Muchos y variados son los argumentos que podemos dar cuando de atender nuestra salud se trata, y que van desde no tener tiempo para acudir al médico, no gustarnos ir e incluso no tener dinero para atendernos. Sobre este último punto valdría la pena reflexionar, en que ningún dinero que se invierta en la salud debe verse como una pérdida, sino más bien como una inversión.
El hecho de que no se tenga ninguna molestia, no es garantía de nada, máxime si se toma en cuenta que en algunos padecimientos como es el caso del cáncer, en la mayoría de los casos –independientemente del tipo que sea- no presenta síntomas en sus primeras etapas; lo cual lo hace más peligroso, porque cuando ya se manifiestan la enfermedad está muy avanzada.
Tal es el caso del cáncer de Ovario, que tanto en México como en todo el mundo ocupa la segunda causa de muerte dentro de los cánceres ginecológicos, tanto en países desarrollados como en desarrollo. La teoría que se maneja al respecto es que “este tipo de tumor depende de la ovulación, es decir, no es un cáncer ni de ricos, ni de pobres”, refirió Armando Ramírez Ramírez, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Juárez de México (HJM).
Informó que en Estados Unidos y Europa no existen casos de cáncer Cérvico-uterino (CCU), pero el cáncer de Endometrio ocupa el primer lugar, seguido del de Ovario; mientras que en nuestro país el primer sitio lo ocupa el CCU y el segundo el de Ovario (CO).
De ahí que ante la proximidad del 8 de mayo, fecha en la que se celebra el Día Mundial de Cáncer de O, es menester iniciar el mes informándole a las mujeres que es muy difícil encontrar un cáncer de Ovario en etapas temprana; por lo que exhortó a las mujeres adultas a que “cuando vayan a su médico a realizarse la detección de cáncer de Mama o Cérvicouterino, aprovechen para que les hagan una revisión ginecológica buscando algún quiste”.
En entrevista con Hablemos de Cáncer…..sin miedo, el especialista informó que la mayoría de los quistes que quitan en el Hospital van de los 7 a 10 centímetros, que es precisamente cuando empiezan a presentar alguna sintomatología, como problemas al orinar, estreñimiento o molestias como si se tratase de un embarazo.
“El problema del carcinoma de Ovario es que empieza a crecer, a crecer y a crecer sin que la mujer sienta alguna molestia, pero cuando se presenta el tumor, ya se encuentra en etapa III y algunos en etapa IV. Las mujeres nunca llegan en etapa I, sino en la etapa III y IV; entonces cómo vas a curar a la paciente si ya se les diseminó el tumor”, explicó.
Cuando el quiste de ovario se rompe todas las células cancerosas se diseminan, primero por la cavidad peritoneal y después por toda el área abdominal. “Es triste porque la paciente ya tiene todo el cáncer regado por la zona abdominal y ya no puede comer porque su intestino ha dejado de funcionar, mientras el resto de su cuerpo funciona bien”, acotó.
Ramírez argumentó que el problema de cáncer de ovario radica en que por su naturaleza las mujeres tienen la capacidad de albergar a un bebé por nueve meses y están felices; entonces bien pueden tener un tumor en la pelvis, en el abdomen que no causa dolor hasta que no está ya muy desarrollado.
Finalmente advirtió que “todo cáncer de ovario comienza con un quiste, va creciendo y creciendo sin que la mujer sienta nada”; de ahí la importancia de la revisión ginecológica.
Así que mujeres, si tenemos tiempo para otros asuntos como la belleza o hacer vida social, también debemos darnos tiempo para checar nuestra salud, porque con salud se puede todo y sin salud nada.
HJM festejó a los niños en su Día
Porque un niño siempre será un niño, aun estando enfermo, es que el pasado viernes medio centenar de pacientes pediátricos –en su mayoría oncológicos, entre hospitalizados y quienes sólo acuden ciertos días a recibir alguna terapia- se olvidaron por un momento de la enfermedad para integrarse a la fiesta y la diversión que el Hospital Juárez de México, de la mano del Patronato del nosocomio, empresas privadas y asociaciones civiles organizaron en su honor por motivo del Día del Niño.
Acompañados de sus doctores, enfermeras y camilleros, los pequeños dejaron su cama de hospitalización –algunos de ellos en sillas de ruedas, con su oxígeno o suero- para integrarse a la colorida fiesta, donde pudieron disfrutar del festejo que se prolongó por más de cuatro horas, el cual incluyó show de payasos, así como la presencia de princesas, superhéroes, luchadores y hasta jugadores de fútbol. Para estar a tono con la celebración, todos los niños pasaron al área de “pintacaritas” donde en minutos los pequeños fueron trasformados en mariposas, princesas o superhéroes.
Por supuesto, como una fiesta no es fiesta sin pastel; además del pastel tuvieron piñata y pudieron degustar antojitos, paletas, aguas frescas al amparo de la carpa que se montó en la parte posterior el Hospital.
Para cerrar con broche de oro, a los niños se les obsequiaron regalos y juguetes; incluso a los que no pudieron asistir al festejo, personal del Patronato convivió con ellos y también les llevaron regalos.
Es de resaltar que a este festejo, también asistieron niños sanos, cuyo papel consistió en adornar la carpa y atender a los pacientes pediátricos; lo cual como experiencia es muy buena, porque les ayuda a comprender la importancia de estar sanos, pero a la vez a poner en práctica valores como la amistad, la solidaridad y el respeto hacia quienes tienen una condición diferente a la suya, y a que no hay mejor regalo en la vida, venga de quien venga, que el regalo de la salud.
Con 14 años de edad Wendy Joselín Vázquez Mújica, es una niña que hasta hace un año llevaba una vida normal cursando el segundo grado Secundaria, pero fue diagnosticada con de Leucemia Linfoblástica Aguda, lo que la hace acudir periódicamente al Hospital Juárez a que le apliquen quimioterapia; tratamiento al que estará sometida por tres años.
“Antes de que supiera de que estaba enferma me dolían mucho las piernas y se lo decía a mi mamá, pero como jugaba mucho basquetbol ella decía que era por eso, pero como además me empezaron a salir manchas rojas en las piernas me llevó a un consultorio del Dr. Simi y ahí le dijeron que era alergia lo que tenía. Después empecé a tener tos cada ocho días, cada vez más fuerte. Cuando me trajeron aquí (HJM) nos dijeron que tenía LLA (Leucemia Linfoblástica Aguda)”, me dice con mucha naturalidad, porque sabe perfectamente de qué se trata su padecimiento y sabe qué le están haciendo en el hospital para que recupere su salud.
Aunque por su condición falta mucho a clases, lo que hace que en “la boleta tenga puro cinco de calificación” a Wendy se le ilumina la cara cuando dice: “quiero estudiar criminología”.
Así es que papás, la recomendación –con todo respeto- es a estar vigilantes de la salud de sus hijos y a no dar por hecho nada; ya que la salud la podemos perder de un día a otro, sino estamos atentos.