Aunque se desconoce a ciencia cierta qué es lo que origina el cáncer de páncreas (órgano de 18 centímetros de longitud que excreta enzimas y hormonas como la insulina), está íntimamente relacionado con el tabaquismo, la obesidad y la diabetes; además que influyen factores como la edad, la genética y el sexo.
Al ser considerados la diabetes y la obesidad como problemas de Salud Pública por su alta incidencia, se espera en consecuencia que este tipo de neoplasia seguirá en aumento durante los próximos años. Datos de Globocan indican que –hasta el 2017- el cáncer de páncreas ocupaba ya el décimo primer sitio en México.
A nivel mundial este tipo de tumor maligno representa tan sólo el 2 por ciento. En cuanto al número de decesos, Estados Unidos ocupa el cuarto lugar, tanto en hombres como en mujeres; en Europa se sitúa en sexto lugar y en México ocupa el quinto lugar de muerte en hombres y el séptimo en mujeres.
De acuerdo a José Athie Rubio, expresidente del Consejo Mexicano de Oncología (CMO), en la actualidad el cáncer de colón supera al de estómago y páncreas, pero de aquí a una década se estima que la tendencia se revertirá, luego de que se espera que el número de casos de páncreas será mayor al de estómago y colón” al aumentar la expectativa de vida de los mexicanos.
En cuanto a los síntomas de alarma no se han podido determinar en estadios tempranos, pero en etapas avanzadas los pacientes presentan: ictericia (piel amarilla por la acumulación de toxinas como la bilirrubina), pérdida de peso, dolor de espalda, dispepsia (trastorno de la digestión que aparece después de la comidas, provocando por náuseas, pesadez, ardor, dolor de estómago y flatulencias); de ahí el diagnóstico tardío en más del 80 por ciento de los casos.
La pancreatitis crónica ha sido identificada como un factor de riesgo importante para el desarrollo de cáncer de páncreas. En este sentido el especialista reiteró que “el primero y más importante de los factores de riesgo en este tipo de tumor es la lesión pancreática, misma que comienza y tener manifestaciones en la zona del páncreas”.
La pancreatitis crónica, es una inflamación progresiva del páncreas, que da lugar a su destrucción, provocando la pérdida de sus principales funciones: alteración de la digestión de los alimentos (mala digestión) y aumento en los niveles de azúcar en la sangre (diabetes mellitus).
La relación entre cáncer pancreático y diabetes es complicada, no obstante numerosos estudios han demostrado la asociación entre la diabetes y este tipo de neoplasia, especialmente en pacientes de edad avanzada. En los casos en los que el diagnóstico de la diabetes ocurre en un corto tiempo antes del cáncer de páncreas, se cree que ésta es causas por el cáncer de páncreas, sin embargo, no se conoce el mecanismo de esta asociación. Mientras que por otro lado, existe la hipótesis de que la diabetes de larga evolución parece ser un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de páncreas, luego de que algunos estudios han mostrado está asociación.
En entrevista con Hablemos de Cáncer…sin miedo, Rubio indicó que entre 30 a 40 por ciento por ciento de los casos de cáncer de páncreas se relacionan con personas con antecedentes de tabaquismo.
En cuanto a la edad detalló que en el 22 por ciento de los casos, la neoplasia se presenta en menores de 45 años de edad; 45 por ciento en personas entre 45 y 64 años, y 33 por ciento en mayores de 65 años.
Por otro lado, el oncólogo explicó que los cambios genéticos hereditarios (mutaciones) pueden ser trasmitidos de uno de los padres al hijo. “Se estima que el 10 por ciento de los casos de cáncer de páncreas tienen un componente familiar”, añadió.
Las bases genéticas para esta predisposición son desconocidas en la mayoría de los casos, empero algunos síndromes familiares de cáncer están asociados a este tipo de cáncer son: Síndrome hereditario de seno y ovario con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2; Síndrome de Lynch, Pancreatitis familiar; Síndrome de Melanoma Maligno, entre otros.
Ante este panorama podemos concluir, que si bien hay factores predisponentes que no podemos modificar como: herencia (síndromes familiares), edad, sexo, raza e infecciones estomacales relacionadas con la bacteria Helicobacter Pylori, en la aparición de este tipo de tumor maligno, sí podemos en cambio hacer el esfuerzo por cambiar aspectos que tienen que ver con nuestro estilo de vida como: dejar el hábito del alcohol y el cigarro, evitar si es posible la exposición a ciertos químicos (en el trabajo), mejorar o cambiar nuestra alimentación para contrarrestar el sobrepeso y la obesidad; estos dos últimos relacionados directamente con la diabetes.
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