Pemex se ha comenzado a despedir de manera formal de las metas prometidas para este sexenio y que constituían una parte vertebral en la tarea de rescate de la compañía.
- La petrolera ha plasmado en su último plan de negocios sus objetivos a cumplir en los próximos años y ninguno de ellos se asemeja a lo que se presumió desde presidencia en los primeros años de la administración morenista. Algunas declaraciones de los principales funcionarios de la política energética y documentos de la Secretaría de Hacienda ya daban señales de que las metas no se lograrían. Pero ahora Pemex ha colocado estos datos en su documento rector.
El primer objetivo que ha sepultado Pemex es el relacionado con la cantidad de crudo que producirá. Las perspectivas de la compañía dicen que logrará una cifra máxima de 1.965 millones de barriles hacia 2024. Lejos queda así la meta de entre 2.4 y 2.6 millones con la que el presidente buscaba impulsar los recursos de la compañía y de la hacienda pública para impulsar sus programas sociales. La cifra más cercana a la promesa presidencial se alcanzaría hasta 2027.
- Los analistas siempre dudaron de ese número: la poca inversión destinada de manera histórica al negocio de exploración y la aversión al riesgo de la administración de Pemex –que se ha centrado en campos maduros o ya probados– hacían dudar de los planes y ahora las sospechas se confirman.
- En los cuatros años de la administración actual, la estatal no ha logrado elevar su producción, aunque las calificadoras han reconocido que ésta se ha estabilizado. Los últimos datos de la petrolera sitúan esta cifra en un promedio de 1.759 millones de barriles durante el año, incluyendo a los condensados, un hidrocarburo al que Pemex le ha prestado mucha atención en los últimos años y que tiene un valor importante en el mercado.
- La autosuficiencia en combustibles también se ha comenzado a dejar de lado: la idea de que el país produzca toda la gasolina que aquí se consume no podrá ser posible, de acuerdo al último plan de negocios. La compañía dice en el documento que hacía 2027 –tres años después de que termine el sexenio– se importará 22% de la demanda del combustible o 5% si se toma en cuenta la producción de Deer Park –pero no toda la producción de la refinería texana se importa a México–.
La promesa consistía en lograr eliminar la dependencia a las compras, sobre todo de Estados Unidos, antes del fin de la administración del presidente López Obrador, pero el mal estado de las refinerías –que no han logrado aumentar de manera importante el proceso de crudo– y los retrasos en la puesta en marcha del complejo de Dos Bocas han dificultado cumplir la tarea, aunque los analistas siempre dudaron de la viabilidad de esta propuesta. La compañía ha ocultado en su plan de negocios la fecha en que iniciaría operaciones la refinería y los planes relacionados con ésta.
- Para el cumplimiento de la autosuficiencia, Pemex necesitaba despedirse de uno de sus negocios más rentables: la exportación de crudo. El presidente López Obrador había pedido que la estatal interrumpiera las exportaciones de petróleo durante el año próximo. La pausa se daría de manera paulatina, pero los números reportados por Pemex no muestran un avance en la tarea.
En el documento, la estatal ha identificado como oportunidad el alto valor que ha registrado el petróleo en los últimos meses, tras los efectos de la pandemia y la disminución en la oferta de hidrocarburos rusos. La compañía no menciona cuál será la cantidad de crudo que enviará al extranjero en los próximos años, pero el resto de las cifras indican que Pemex no parará con esta estrategia que la ha hecho incrementar sus ingresos./Agencias-PUNTOporPUNTO