Las explosiones en ductos de Pemex son relativamente comunes en México, la mayoría por tomas clandestinas defectuosas. En noviembre, cuatro personas murieron en el Estado de Tabasco por una explosión. Y en diciembre, las autoridades de Guanajuato sacaron de sus casas a 2.000 personas por un derrame. 40 vecinos acabaron en el hospital, intoxicados por los vapores de la gasolina. Hace unos días trascendió un video de una fuga de un ducto a la altura de Acambay, en el Estado de México. En las imágenes se ve a decenas de vecinos alistando sus bidones, preparados para guardar todo el combustible posible antes de que llegue la policía. No ocurría nada parecido desde hace más de ocho años. En diciembre de 2010, una explosión por una toma clandestina en Puebla provocó la muerte de 29 personas. Fue en San Martín Texmelucan, uno de las puntos rojos del huachicol en el país. Según datos de la Secretaría de la Defensa, en 2018 ubicaron 228 conexiones ilegales al ducto en este municipio, una de las cifras más altas./ EL PAÍS