Bandas del crimen organizado han conformado empresas fachada para distribuir gas robado, uno de los delitos con mayor crecimiento durante la administración lopezobradorista, denunció a Crónica la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADIGAS), la cual agrupa a empresas medianas y pequeñas del ramo, con casi una quinta parte del mercado nacional.
Mediante canales de distribución ilegal, estas células ofrecen el combustible hurtado a gaseras establecidas —las cuales usualmente adquieren el gas con Pemex— e incluso de manera directa a usuarios, en especial a quienes son dueños de pequeños negocios con requerimiento de gas, como tortillerías, el más prolífero en territorio mexicano.
“Ha sido alarmante el crecimiento de cómo llegan a las empresas afiliadas a nuestra organización a ofrecer producto, a precios irrisorios”, revela Víctor Figueroa, presidente de ADIGAS.
- El llamado huachigas se ha disparado en nuestro país casi 500 por ciento, si se comparan los primeros nueve meses de 2018 con los de 2019, de acuerdo con los últimos datos disponibles de Petróleos Mexicanos: las tomas clandestinas de gas LP pasaron de 150 a 877.
—¿Cuál es el modo de operación de estos grupos delincuenciales? —se preguntó a Figueroa.
—Se acercan a los puntos de venta y dicen: ‘¿no les interesa comprar gas?, lo traigo a la mitad de lo que cobra Pemex’, ése es el gancho.
—¿Cuál es la diferencia de precio?
—Pemex nos lo está dando alrededor de 10 pesos el kilo, y ellos te lo ofrecen a la mitad: a 5 pesos, a primera vista es un gran negocio, pero estamos haciendo campaña con los gaseros para que no caigan, puede resultar muy peligroso.
—¿Cuál es el riesgo?
—Sabemos que cuando se le da entrada al producto ilegal, los empresarios se convierten en rehenes del delincuente: si entran a comercializar producto robado, ya no se pueden salir, porque el delincuente tiene forma de chantajear: ‘ah sí, pues voy a buscar que te metan a la cárcel, porque ya vendiste’. No hay que entrarle al juego.
Los entidades más críticas son Puebla (556) y Estado de México (193), las cuales acaparan más del 85 por ciento de la incidencia.
“Si tanto se ha multiplicado el ilícito, en algún lado se está vendiendo el gas, los bandidos no se roban 10 o 15 toneladas para ir a guardarlas a sus casas, sino para venderlas, convertirlas en dinero y subsidiar otras fechorías.
—¿Quiénes pudieran estar detrás de estas redes?
—Al ducto le tienen que frenar la presión para hacerle el agujero, y luego volverle a subir la presión, tiene que haber alguien dentro de Pemex que avise y diga: tal día entre las 2 y las 5 de la mañana vamos a parar el ducto, no habrá presión, a esas horas hacen los agujeros y ponen las válvulas para que, cuando funcione, le abran a la llave; perforar un ducto con presión es muy riesgoso y difícil, se requiere de un gran nivel técnico.
Según el presidente de la Asociación, la inteligencia debe comenzar en casa, con el monitoreo interno en Pemex, “y no querer resolver todo mandando a la Guardia Nacional a perseguir delincuentes, lo más importante es el combate desde adentro”.
—¿El gas sólo se está ofreciendo a las empresas?
—No, también al consumidor, de manera directa. Hay veces que llegamos a una tortillería, a la que le surtes un determinado día de la semana 500 litros y, de repente, el tortillero te dice: ‘es que ya me surtieron’. ¿Cómo? Empiezas a hacer tu labor comercial: ‘deme la oportunidad, le igualo el precio’. Pero salen con que se los dejaron a la mitad, ¿y ahí cómo compites? Es importante concientizar a los dueños de pequeños negocios: si los descubren, perderán su negocio y hasta su libertad. Algunos lo entienden, pero otros no, se convierte en un canal ilícito que nos quita clientes.
—Pero entonces hablamos de organizaciones con infraestructura, con personal, vehículos…
—Son empresas fachada. Basta una vuelta por la ciudad para ver cómo están proliferando marcas patito: Gas González, Gas Escalera, Gas esto, Gas lo otro, pura simulación, pintan vehículos con esos nombres y listo, han inundado la zona metropolitana del Valle de México.
—¿Y qué unidades usan?
—Se roban las pipas. Se han descubierto ya encierros donde guardan las pipas toda la noche, de repente 10 o 15, todas de diferentes marcas y pintadas con distintos colores; algunas son clonadas, de marcas reconocidas, las pintan igual para no llamar la atención, son canales de distribución al menudeo, ventas chiquitas, pero de una en una se hacen montañas.
Conforme a datos de la Fiscalía General de la República, retomados por el Observatorio Ciudadano IGAVIM, de enero a septiembre de este año se presentaron 105 denuncias por robo de pipas transportadoras de gas LP.
Como medida emergente, Figueroa urgió al restablecimiento pleno del Sistema de Registro Estadístico de las Transacciones Comerciales de Gas Licuado de Petróleo (Siretrac), una plataforma contratada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para registrar las transacciones de los gaseros y atacar prácticas como el robo y la evasión fiscal.
Esta herramienta, documentó Crónica, se encuentra subutilizada e inservible, tras casi 2 años y medio de ser adquirida en 34 millones de pesos a la empresa PlanMedia Mex S.A de C.V.
“Ahí tendríamos que registrar cuánto gas compramos a Pemex, cuánto vendimos y a dónde lo fuimos a vender, es la forma en que el gobierno puede darse cuenta de los malos negocios. No puedo decir que compré 500 toneladas a Pemex y vendí mil, ¿de dónde salieron? Pero el instrumento no funciona, se cae a cada rato, no hay acuse de recibo, tiene muchas deficiencias y no se arregla, ¿cómo va entonces la administración de López Obrador a atacar este delito? Hay que empezar por optimizar lo que se tiene”…/LA CRONICA-PUNTOporPUNTO