La investigación sobre el asesinato del activista mexicano Samir Flores ha tropezado con una cartulina. Diez días después de su muerte, todavía no hay detenidos y se mantienen las dos hipótesis principales: la que vincula el suceso al crimen organizado y la que lo relaciona a su activismo contra la puesta en marcha de una central termoeléctrica.
La Fiscalía del Estado de Morelos ha dado más validez a la primera, mientras organizaciones de activistas y familiares defienden la segunda. El miércoles, día del homicidio, la Fiscalía reportó la existencia de una cartulina azul en el lugar del crimen, con el siguiente mensaje en letras negras: “X Puto Chismoso. Denunciaste Abraham Ocampo y sigues tu Michoacano con tu pendeja banda. Atte. Comando Tlahica”./ EL PAÍS