Lo ha reiterado vez tras otra, en algunos casos como amenaza, y a cada intento frustrado de renegociar el Tratado de Libre Comercio que une a EE UU, México y Canadá (TLC): Donald Trump prefiere los acuerdos entre dos países a los multilaterales. Ayer no solo lo repitió sino que dejó ver que podría ser México el elegido para ese baile. Con el condicional por delante, Trump hace un desplante a uno de sus aliados históricos, con quien comparte idioma y presencia en multitud de foros internacionales, además de un área comercial, en favor de México, habitual blanco de sus ataques y a quien el magnate ha acusado en numerosas ocasiones de ser el origen de los supuestos males que afectan a la economía estadounidense./EL PAÍS