El impacto en México de la relocalización de empresas, o nearshoring, aún no es tan relevante; en principio, lo que se observa es un aumento en la construcción de privados para crecer la capacidad de producción en centros manufactureros tradicionales.
- A un año de analizar el impacto del nearshoring en el país, la agencia calificadora Standard & Poor’s identifica que se está desarrollando lentamente y hay obstáculos «significativos» para acelerarlo.
- «La reubicación de las actividades de fabricación de empresas extranjeras en México hasta ahora ha sido limitada», expresa S&P en un análisis reciente.
Para que el nearshoring pueda impulsar el PIB del país a 3%, el sector manufacturero tiene que duplicar el promedio de su crecimiento registrado en la década anterior a la pandemia.
Explica que el crecimiento manufacturero tendría que promediar un crecimiento 5.6% al año, en comparación con 2.8% que se tuvo en los 10 años previos a la covid-19.
Entre los subsectores manufactureros, observa que ya hay algunas señales de que podría estar teniendo lugar una deslocalización en la producción de componentes electrónicos y para computadoras.
«El sector de componentes electrónicos y computación de México podría estar beneficiándose de algunas de las medidas que Estados Unidos ha tomado en los últimos años, como la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley CHIPS».
Dichas medidas pueden alentar a las empresas extranjeras que operan en este segmento a trasladarse a México.
¿Cuál será la siguiente etapa del nearshoring en México?
S&P dice que la próxima etapa del nearshoring en México será más «difícil», puesto que implicará la atracción de más fabricantes foráneos, los datos de la Inversión Extranjera Directa (IED) de México apuntan que que el número de empresas manufactureras que se han relocalizado en el país ha sido relativamente pequeño.
«La mayor parte de la IED ha sido de empresas que ya tenían operaciones en el país mediante la reinversión de sus ganancias».
Para que más empresas extranjeras lleguen a México se requiere de un suministro suficiente de energía limpia, agua y mano de obra para satisfacer las crecientes necesidades de producción, seguridad y una política comercial estable.
La calificadora prevé que en la parte energética el sector seguirá altamente centralizado y la participación del sector privado será limitada.
En el suministro de agua proyecta que hasta 20 de los 32 estados del país afrontarán una alta exposición al estrés hídrico en los próximos años.
- En el capital humano refiere que el sector manufacturero ya emplea a más de 16% de la fuerza laboral total y las empresas dicen que afrontan dificultades para satisfacer algunas de sus necesidades de mano de obra más especializada.
- En seguridad apunta que la tasa de criminalidad en México sigue siendo alta, lo que afecta la actividad empresarial.
Finalmente, en lo que respecta la política industrial no está esperando un cambio significativo en los fuertes vínculos comerciales entre Estados Unidos y México.
«Existe cierto grado de incertidumbre con respecto a posibles cambios en la política comercial después de las elecciones en Estados Unidos el 2 de noviembre. El T-MEC se revisará en 2026»./Agencias-PUNTOporPUNTO