En un contexto de economía estancada en los últimos trimestres, las dificultades derivadas de un entorno externo complejo han sido acentuadas por otros factores atribuibles a la manera de pensar y hacer las cosas en su administración, idiosincráticos, aseguró Javier Guzmán Calafell, subgobernador del Banco de México (BdeM).
En una presentación a integrantes de la Cámara de Comercio de México y Estados Unidos, Guzmán Calafell –el voto disidente en la última reunión de política monetaria del organismo– detalló que en las condiciones actuales la política monetaria debe contribuir a respaldar la confianza.
- Durante la jornada del 15 de agosto –se lee en las minutas del cónclave–, Guzmán Calafell fue el único del lado opositor a bajar la tasa de referencia de 8.25 a 8 por ciento.
- El efecto combinado de diversos factores hace inconveniente relajar la postura de política monetaria, cita dicho documento al subgobernador.
- El posicionamiento de Guzmán Calafell se mantuvo este 6 de septiembre en la Cámara de Comercio de México y Estados Unidos. Ahí, el subgobernador se centró en advertir que la política monetaria en México se da en un contexto de alta incertidumbre.
- A la desaceleración se combina una inflación subyacente persistentemente alta, presiones en el tipo de cambio y un aumento en la percepción del riesgo-país.
- Agregó que el nivel de las tasas de interés es, en parte, reflejo del riesgo-país (el subgobernador es partidario de dejarlas en 8.25 por ciento, su máximo histórico).
- A la par, dijo, aún falta ver los efectos que el incremento salarial de enero pasado y las variaciones en el tipo de cambio tendrán en la inflación.
- En la medida en que persista la incertidumbre, especialmente en relación con los factores internos, es probable que los márgenes de maniobra para la política monetaria sigan siendo limitados, admitió ante los empresarios.
- Luego de recordar los estimados de crecimiento que recién disminuyó el banco –en un rango de 0.2 a 0.7 por ciento para 2019 y de 1.5 a 2.5 por ciento el siguiente año–, advirtió que se espera una brecha de producción negativa para este periodo.
Las posibles consecuencias de las menores tasas de crecimiento esperadas en el país subrayan la necesidad de corregir los factores internos que están afectando el desempeño de la economía mexicana. La política monetaria debería priorizar la prudencia, apuntó.
Sin embargo, también resaltó algunas tareas necesarias fuera del Banco de México. Advirtió que se deben atender las causas de la debilidad económica actual.
Implica garantizar finanzas públicas saneadas a largo plazo, implementar políticas que conduzcan a un aumento de la productividad, fomentar condiciones adecuadas para un aumento de la inversión privada y, en general, mejorar la confianza en las perspectivas de la economía y el marco institucional.
No se disipa la angustia
El subgobernador recalcó frente los empresarios que Petróleos Mexicanos (Pemex) continúa siendo una fuente importante de preocupación.
- Incluso, sobre el plan de negocios que la petrolera presentó a mediados de julio pasado, aseveró: No ha disipado la angustia por las perspectivas financieras de la empresa.
- Guzmán Calafell destacó que ello se debe, primero, a que no se ve factible que se alcance la producción de petróleo y el remplazo de reservas con que está manejándose el gobierno.
- Anticipó que los mercados no descartan una rebaja adicional a la nota crediticia de la empresa productiva del Estado y los efectos que esta política tenga también en las finanzas públicas y en el soberano./LA JORNADA-PUNTOporPUNTO