nte la emergencia sanitaria por Covid-19 se ha generado una desaceleración económica que impacta en la pérdida de empleos y el aumento de la pobreza laboral. Salir de este escenario podría llevar hasta una década, similar a lo que sucedió durante la crisis financiera 2008-2009, advirtió Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios para el Empleo Formal (CEEF).
- En el segundo trimestre de 2020 se registró una baja del PIB de 18.9%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esto representa una caída histórica que supera a las crisis anteriores, pero también impacta en los salarios bajos con los que se está contratando tras la pandemia, opinó el directivo.
“Tenemos a más mexicanos ganando lo mínimo”, aseveró Leñero. A junio de este año, el 36.9% de la población percibe entre uno y dos salarios mínimos (equivalente a 3,746 y 7,492 pesos mensuales). En opinión del presidente del CEEF, esta situación empeora en el contexto de una gran población de empleados informales sin prestaciones sociales y en una crisis donde se pierden vidas.
- El salario mínimo actual equivale a 123.22 pesos diarios, entonces, si consideramos que el costo de la canasta básica ronda los 1,640 pesos, de acuerdo con investigaciones de la UNAM, resulta que el salario no alcanza a cubrir las necesidades de una sola persona.
- Si la persona vive con menos de 1,640 está en pobreza extrema. Para una familia de cuatro integrantes, el promedio en México, la persona debería ganar 6,560 para no caer en una situación de pobreza extrema”, indicó Leñero.
“Estamos en una situación que pone a México en estado de vulnerabilidad porque en esta crisis no solo hay baja económica, que pega a las empresas, sino que se pierden vidas”, alertó el presidente del CEEF.
¿Cómo salir de la pobreza laboral?
El directivo recordó que para que México sea sostenible en presencia de una pandemia, se requiere controlar la curva de contagio. Asimismo, una reapertura económica exige mayor liderazgo y jurisdicción de las autoridades, quienes deben encargarse de tomar acciones como: implementar políticas estructurales que promuevan un beneficio íntegro, el aumento del gasto fiscal para controlar la emergencia sanitaria y una reactivación financiera más eficiente y equitativa, de modo que el gasto público destinado a la salud alcance un 6% del PIB, eso último acorde a recomendaciones emitidas por la Cepal.
Armando Leñero puntualizó que el gran desafío para México es procurar la salud de los empleados durante la reincorporación laboral, ya que al darse un rebrote por Covid-19, podría generar un nuevo paro en la actividad económica, que afecte a los empleadores y su capacidad para cubrir las necesidades económicas y de salud de los colaboradores./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO