La política fiscal expansiva de este año complica la lucha del Banco de México (Banxico) contra la inflación porque le genera presiones adicionales.
- Este 2024, último año del actual Gobierno federal, se espera una política fiscal expansiva (un aumento de la demanda agregada por un incremento del gasto público planteado por el Gobierno) con un déficit público de 5.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
- «Los altos déficits fiscales están relacionados con presiones inflacionarias y presión al alza sobre la tasa de interés, no sólo por las presiones inflacionarias, sino también por la mayor colocación de deuda que debe hacer el Gobierno.
«Esta mayor deuda implica un mayor riesgo, que se compensa con una mayor tasa de interés», explicó Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.
Detalló que la mayor tasa de interés aprecia a la divisa, por el carry-trade (cuando inversionistas toman prestado en una moneda para invertir en otra), hasta el punto de sobrevaluarla y hacerla muy vulnerable de rebotes, como se encuentra actualmente.
- Por eso, los déficits implican que eventualmente la divisa se depreciará, lo que va a generar más presiones inflacionarias, advirtió Siller.
- Enfatizó que el banco central debe estar vigilante de la inflación y del tipo de cambio, implicando un mayor reto para la política monetaria.
- Afirmó que aunque ambas políticas, la fiscal y la monetaria, son independientes, deberían trabajar de la mano.
Al respecto, Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve Por Más, comentó que la política fiscal expansiva es un riesgo al alza para la inflación, al presionar a la demanda agregada.
Recordó que, de hecho, así lo han hecho notar algunos funcionarios de Banxico, de acuerdo con lo observado en las minutas de las últimas reuniones de política monetaria del banco central.
- En la reunión de política monetaria de marzo pasado, la subgobernadora Irene Espinosa señaló que la política monetaria ha tenido que enfrentar retos adicionales, como las presiones provenientes de incrementos salariales y de una política fiscal expansiva, para conducir la inflación a la meta del 3 por ciento.
Lo anterior aunado a un panorama todavía incierto para la inflación -incluso amenazado por otros factores- entre ellos, incremento en precios de materias primas y las presiones salariales, apuntó Saldaña.
Mencionó que, desde su punto de vista, esto último naturalmente orilla al banco central a continuar actuando con cautela.
En la primera quincena de abril, la inflación general se ubicó en 4.63 por ciento a tasa anual, frente al 4.37 por ciento de la quincena previa./Agencias-PUNTOporPUNTO