Una eventual guerra comercial entre Estados Unidos y China puede, en el corto plazo, generar oportunidades para las exportaciones mexicanas que compiten con productos chinos en Estados Unidos, pero también obligará a México a vigilar mejor sus aduanas para evitar la triangulación de mercancías, plantearon expertos y empresarios.
- Sobre el primer punto, sin embargo, hay que matizar que en el mediano y largo plazo todos los países pierden en una guerra comercial de amplias dimensiones y que el efecto particular para México en ese horizonte dependerá también de lo que pase en el sistema multilateral de comercio, advirtió Luis de la Calle, director general de la Consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera.
- Delimitó su comentario además en el sentido de que no se le desea ningún mal a la economía de China, aun cuando fuera en beneficio directo de México. La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció oficialmente el viernes pasado que impondrá, en dos etapas, aranceles de 25% a las importaciones de productos chinos con un valor de 50,000 millones de dólares, la primera de las cuales inicia el 6 de julio.
- De no llegar a un acuerdo ambos países para evitar estas tarifas, De la Calle dijo que México podría tener oportunidades para ampliar sus exportaciones al mercado de Estados Unidos respecto a los productos enlistados, que incluyen autopartes, equipo eléctrico, maquinaria ligera, impresoras y equipo médico, entre otros.
En paralelo, proyectó que el gobierno de Estados Unidos no insistirá en los “próximos meses” en su salida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De enero a abril del 2018, las exportaciones mexicanas de productos al mercando estadounidenses sumaron 110,271 millones de dólares, mientras que las de China a ese mismo destino fueron por 161,342 millones de dólares, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
México es un competidor directo de China en una amplia gama de productos manufacturados exportados al mercado estadounidense. Por cada 100 dólares en el valor final de un bien que Estados Unidos importa de México, 40 son de contenido estadounidense. La participación equivalente en el caso canadiense es de 25 dólares.
En contraste, por cada 100 dólares de importación de China y la Unión Europea, únicamente 4 y 2 dólares, respectivamente, corresponden a insumos de Estados Unidos. En otro marco de referencia, Raúl Feliz, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, dijo que el actual contexto es un espejo de cómo han iniciado las guerras comerciales en el mundo,
“Hasta ahora, se han aplicado medidas relativamente pequeñas frente al tamaño de la economía global, pero así comenzaron todas las guerras comerciales, con el escalamiento de represalias y el riesgo de provocar una recesión mundial”. Feliz expuso que la experiencia histórica ha enseñado que las guerras comerciales van en contra de los propios países que las propician. “Nadie gana, es un mal diseño de política”, dijo./ CON INFORMACIÓN DE EL ECONOMISTA