La confirmación de la victoria de Andrés Manuel López Obrador no causó ayer un batacazo en los mercados financieros, como muchos predijeron a lo largo de la campaña. Los inversores reaccionaron con calma ante una noticia que ya venían descontando. Una hora después de la apertura de la Bolsa, los números rojos eran la nota predominante. Pero su causa no era tanto el cambio político en México como el repunte de la incertidumbre ante la constatación de que la Administración Trump no piensa dar marcha atrás en su agenda proteccionista./EL PAÍS