La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el año pasado cambió el panorama de la relación comercial entre México-Estados Unidos, pero ¿qué tanto fue benéfico o perjudicial el libre comercio para la economía mexicana?
- Desde que era candidato, Donald Trump amenazó con sacar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), acuerdo comercial que empezaron a renegociar los equipos de México, EU y Canadá desde agosto de 2017 y en el que aún no hay consenso.
- Luego, la presión de fue mayor cuando el presidente estadounidense decidió fijar aranceles a las importaciones de acero y aluminio desde México, Canadá y la Unión Europea. Pero ante el escenario de una posible salida de EU del TLCAN, ¿la economía mexicana debería seguir abierta al libre comercio? y ¿qué alternativas tiene?
- En el análisis Política comercial de México en el siglo XXI, el economista Manuel Molano, director adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), desarrolla y propone algunas respuestas.
TLCAN: beneficios y perjuicio
El documento expone más beneficios que perjuicios del TLCAN en la economía mexicana, pues durante más de dos década ha tenido efectos positivos en los consumidores.
- Entre los beneficios están la disponibilidad de productos alimentarios para los mexicanos tras el TLCAN, pues incentivó una mayor eficiencia en la producción interna de productos como carne de ave, huevo y maíz y las importaciones generaron mayor acceso de proteínas a los consumidores en México.
- «Mercados que antes de la apertura comercial eran poco competidos, donde los consumidores tenían que conformarse con pocas opciones, de baja calidad y altos precios, se transformaron para dar acceso a muchas más familias y personas a bienes y servicios de clase mundial», se lee en el documento.
En contraparte algunos sectores que no se abrieron al libre comercio quedaron rezagados, como el energético -Pemex y CFE no crecieron a la par – y el de servicios, que al tratarse de bienes intangibles se quedaron en monopolios locales.
Estos dos factores explican el perjuicio del TLCAN: una baja tasa de crecimiento económico. «A pesar de los datos presentados por muchos, Hufbauer, Cimino y Moran (2014) concluyen que el TLCAN no fue perjudicial para la economía de los Estados Unidos.
Concluyen que la única crítica justa al tratado es que en realidad no impulsó la tasa de crecimiento de la economía mexicana como se pensó inicialmente», se lee en el documento.
Alternativas si EU dice bye-bye al TLCAN
Los efectos negativos que traerá a México la salida de EU, su principal socio comercial, del TLCAN ya han mostrado su fea cabeza con la depreciación del peso. «Hay muchos otros elementos que pueden influir en el nivel de la cotización de la moneda mexicana, como la salud de las finanzas públicas y la política monetaria de EU, pero es innegable que el clima político hacia el tratado al menos ha causado mucha volatilidad en la cotización peso-dólar».
- Solo en los últimos tres meses, el peso mexicano ha perdido cerca 10.5% frente al dólar ante la incertidumbre que ha provocado el TLCAN en los mercados. La moneda mexicana cotiza arriba de 20 pesos por billete verde, la peor desde que Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.
- Además de que los economistas proyectan una disminución en el PIB mexicano. Según el análisis «Estimando los costos de la renuncia de Estados Unidos al TLCAN», México perdería 0.9 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto en 2019, con una contracción de 0.9 en las exportaciones y 0.8% para importaciones.
Pero ante este escenario, ¿hay algo que hacer? El director adjunto del IMCO propone algunas posibilidades, pues considera que «el daño a la economía mexicana depende mucho más del contragolpe mexicano al proteccionismo de los Estados Unidos». Y advierte que si México responde con más proteccionismo, «la economía podría meterse en muchos problemas».
Estas son las alternativas económicas a una eventual salida de EU al TLCAN según el IMCO:
- Poder suave contra el proteccionismo: La voz de México es influyente en los círculos comerciales. Hay que aprovechar ese poder.
- No excederse en las medidas de represalia contra otros países. Nuestra respuesta a los agravios no puede convertirse en una nueva forma de proteccionismo.
- No cerrar la economía mexicana a otros países. Hace sentido abrir la economía incluso con países que producen cosas parecidas a las nuestras. Nuestras cadenas se harán más eficientes.
- Solamente tomar represalias en productos donde hay alternativas de suministro. Las represalias comerciales no deben afectar las cadenas regionales de valor.
- Nunca tomar represalias para proteger a un sector doméstico. Solamente tomar represalias como medida de reacción y para revertir la medida proteccionista original.
Todas las represalias comerciales tienen que ser temporales.
- Darle mayor importancia a la estrategia multilateral y bilateral de México. La estrategia comercial de México históricamente ha apostado mucho a acuerdos regionales como el TLCAN.
- Bilaterales como el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM) o el Tratado con Japón, pero realmente poco a la estrategia multilateral.
- Es importante pensar en nuevos acuerdos bilaterales (como un posible acuerdo con la Gran Bretaña), pero fortalecer la estrategia multilateral./ CON INFORMACIÓN DE HUFFINGTON POST