El proyecto de inscribir a las trabajadoras del hogar se ha topado de frente con la realidad del país: los incentivos siguen del lado de la informalidad laboral, por lo que de los 2.3 millones de trabajadoras del hogar, el IMSS sólo logró asegurar a 16 mil 397 personas, es decir 0.6 por ciento, luego de que la Suprema Corte ordenará abrir un programa piloto de inscripción.
- La decisión de la Suprema Corte fue tomada en diciembre de 2018 al avalar el proyecto de amparo directo 9 de ese año. La Corte determinó entonces que “no existe ninguna razón constitucionalmente válida por la cual la Ley Federal del trabajo y la Ley del IMSS excluyen el trabajo doméstico”.
- La Corte dio al IMSS seis meses como plazo para crear un programa piloto, el primer esquema de inscripción directa de trabajadores del hogar, aun cuando existían mecanismos en los que dicha inscripción podía adaptarse.
El piloto debe ser la pauta para pasar a un esquema permanente y reglamentado en octubre próximo, ya con la inscripción de las trabajadoras como obligatoria para todo aquel que reciba sus servicios.
Iniciado en abril pasado, los números de altas y bajas se han estabilizado después de 10 meses, 3 mil nuevas altas cada mes, con mil 500 bajas, lo que da un ritmo de crecimiento que permite vaticinar un potencial de acabar con un 25 mil empleadas registradas en el IMSS al momento en el que se cumplan los 18 meses de pilotaje.
A este ritmo se requerirían 187 años para cubrir el universo de 2.3 millones de trabajadoras del hogar en el país (dato de INEGI).
Pero la revisión de este proceso, asegura una de las expertas que más ha analizado el tema, no puede basarse sólo en los datos. “Lo considero exitoso en el diseño, pero le falta determinación política”, resume Marta Cebollada Gay, “la parte técnica está, pero la decisión política es un fracaso, no se lanzó una promoción debida que permita incrementar el número de inscripciones”.
- La académica del ITAM, en una entrevista que presentaremos completa mañana, señala que los principales incentivos en este proyecto son que la atención médica después de un accidente en la jornada de trabajo estaría cubierta; se incrementaría la estabilidad laboral a partir de que la trabajadora desearía conservar su puesto, y finalmente la pensión debería ser el tercer incentivo (en este caso, para el trabajador).
“Son las consecuencias de la formalidad, estudiadas por muchos académicos, implica mayor estabilidad laboral”, señala.
Sobre qué tanto éxito se podrá tener, la especialista dice “es un misterio, yo creo que el IMSS, el régimen federal, debe ir hacia este sistema que tiene el programa piloto, se debe permitir que cada trabajador tenga varios patrones y que la inscripción se haga por internet”.
“No creo que las cifras se muevan mucho, la mayor publicidad se dio al principio, las cosas van muy lentas. La publicidad es fundamental antes y después de que se haga obligatoria la inscripción, esto es algo de largo plazo”, concluye Marta Cebollada.
ESQUEMA
El IMSS ya tenía un mecanismo para que las trabajadores del hogar tuvieran inscripción e incluso se habló de 115 mil trabajadores de este tipo afiliados bajo diferentes regímenes, pero el programa piloto es el primer esquema completo (diseño técnico íntegro) para brindarles esta cobertura y, en realidad, el único camino abierto para cumplir el mandato de la Suprema Corte./LA CRONICA-PUNTOporPUNTO