En sólo dos meses la pandemia de Covid-19 ha dejado sin empleo formal a poco más de 62 mil 800 trabajadores del campo, revelan cifras oficiales. La pérdida de plazas laborales en el sector, afirman especialistas, recrudece la precariedad en que viven las personas que se dedican a esa actividad esencial para el país.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en marzo pasado el número de personas contratadas formalmente en el sector era de 807 mil 608; sin embargo, para mayo anterior (última información disponible) la cantidad había caído a 744 mil 799.
Carlos Bautista, especialista en comercio de la Universidad La Salle, explicó que, aunque los empleos formales del campo representan una parte muy pequeña respecto del total, la disminución es otro golpe importante a los trabajadores del sector, los cuales, en su mayoría, tienen bajos salarios y cero prestaciones.
- De acuerdo con el IMSS, al cierre de mayo había 19 millones 583 mil 170 trabajadores registrados en el sector formal, lo cual significa que los 744 mil 799 del sector agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza representan apenas 3.8 por ciento del total.
- La actividad que más empleos formales aporta al país es la industria de la transformación, con poco más de 5 millones 400 mil plazas laborales.
Caso especial
Bautista explicó que el caso de los trabajadores del campo es especial, pues su empleo aporta al número de empleos formales, porque la mayoría no tienen contratos de trabajo, prestaciones u horario determinado.
Los trabajadores del campo son jornaleros, es decir, se les paga por su jornada laboral, sin tener la seguridad de si el día de mañana tendrán más actividad.
- Explicó que aunque las cifras oficiales indican que se han perdido más de 60 mil empleos en el campo, la realidad puede ser más cruda, pues la mayor parte de los trabajadores agropecuarios no aparecen en las listas oficiales de desempleados.
- Para analistas de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, los efectos económicos de la pandemia en México han sido devastadores y todavía es incierto su alcance y duración.
Lo anterior, pese a que el sector agroalimentario es uno de los más resistentes a las turbulencias económicas, se ha reflejado en mayor desempleo, consecuencia de que se han perdido plazas laborales en todo los segmentos del país, lo cual se traduce en que si no hay ingresos el consumo es menor.
- Al respecto, el catedrático de la Universidad La Salle señaló que las ventas en todos los rubros han bajado, incluyendo los productos del campo. Por tanto, si el productor vende menos, entonces contratará a menos trabajadores, lo que afecta a comunidades enteras.
La esperanza del campo es que el Tratado México, Estados Unidos y Canadá permita incrementar las exportaciones, porque el trabajo escasea y la esperanza de que alguien los contrate, aunque sea a tiempo parcial, los mantiene ilusionados, puntualizó./LA JORNADA-PUNTOporPUNTO