Su administración inició con una importante caída en el número de trabajos formales, lo que se repitió en diciembre pasado, generando un déficit significativo de plazas. Entonces llegó la pandemia de Covid-19, el empujón final para una caída más pronunciada.
- En ese contexto López Obrador presenta su segundo informe de gobierno, con una gestión que ha puesto énfasis en mejorar las condiciones laborales, pero que ha quedado a deber en creación de nuevas plazas. Al cierre de julio, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), había 19.4 millones de empleos formales en el país, una reducción de 4.7% de lo que se registró en noviembre del 2018 cuando inició su administración.
- En el 2019 nuestro país tardó nueve meses en cubrir el déficit de más de 300,000 plazas destruidas en el primer mes del sexenio. Lo poco que se logró crear fue eclipsado por el déficit al cierre del año pasado, con un diciembre que dejó un saldo de 400,000 empleos perdidos. México recibió así el 2020. Entonces, la crisis por el nuevo coronavirus se hizo presente en el país causando estragos en el mercado laboral, con la pérdida de un millón 117,583 plazas entre marzo y julio. La caída de la actividad económica y la pandemia han incrementado el rezago en el empleo formal. “Es claro que en el 2020 el mercado laboral ha resentido los efectos negativos de esta situación”, expone José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (DIC).
- El año pasado, con una caía de 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB), nuestro país ligó varios meses con los peores resultados en generación de empleo.
- “En 2019 hubo una caída de cerca de la mitad del empleo generado en 2018. Es decir, ya venía para abajo, explicado por la desaceleración económica del año pasado. En ese contexto, viene la pandemia. Con un proceso lento de empleo, se nos viene encima la pandemia y el efecto ha sido bárbaro”, explica Carlos Ramírez Fuentes, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores. Si la tendencia del sexenio pasado se hubiese mantenido, en estos meses del actual gobierno, nuestro país debería haber creado un millón 156,000 empleos, agrega Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios para el Empleo Formal (CEEF).
El desafío que tiene México, coinciden los especialistas, no es sólo generar plazas para cubrir lo perdido, sino también para satisfacer la necesidad de trabajo de los jóvenes que se incorporan cada año al mercado.
Facturas pendientes
La desacelerada creación de empleo ha cobrado facturas importantes. Informalidad e ingresos más bajos han sido dos de las consecuencias más fuertes para el mercado de trabajo, afirma José Luis de la Cruz.
“Estas son dos de las facturas que se están ampliando. La informalidad, la precarización de los salarios y ahora la desocupación, son elementos que siempre han estado presentes en la economía mexicana durante los últimos 40 años”, dice el director general del IDIC.
Golpe inusitado la crisis de empleo por el Covid-19 ha golpeado con fuerza este sexenio, pero el impacto de la crisis de 1994 fue aún mayor./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO