Frente a la demanda de elevar el salario mínimo para el 2020, el sector empresarial advirtió que un incremento significativo podría deteriorar la actividad económica, mermar la productividad y tener impacto en el empleo formal.
- “Dentro del entorno actual de debilidad de la economía, un aumento significativo al salario resta competitividad a la planta productiva, en razón de que es difícil que aumente la productividad laboral en un entorno de desaceleración. De considerarse un aumento al salario muy sustantivo podría inclusive afectar el nivel de empleo, sobre todo en el sector formal”, sentenció el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
- En su análisis semanal, el organismo aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), consideró que un enfoque prudente de la política pública debe garantizar que los aumentos salariales sean concomitantes a la productividad.
- “Eso es lo recomendable desde el punto de vista de la eficiencia económica y para un adecuado desempeño del mercado laboral. Sin embargo, está bien documentado en México que el crecimiento de la productividad de los factores de producción y, en particular, la del trabajo no especializado, se ha visto limitada por una asignación inadecuada de los factores”, abundó.
- De acuerdo con los analistas del sector privado, la asignación de trabajadores en sectores de baja productividad, debido a la elevada informalidad del mercado laboral y sus causas, así como a fallas de mercado tales como impuestos diferenciados, evasión fiscal y barreras a la entrada, que acotan la competencia, entre otros aspectos, “restringe de manera importante el incremento de la productividad en la economía”.
El CEESP detalló que la contribución de la productividad al crecimiento de nuestro país ha sido prácticamente nula después de la crisis financiera de 2009, lo que explica las reducidas tasas de crecimiento de México, en razón del vínculo significativo entre crecimiento de la productividad y crecimiento económico en los países.
La productividad laboral de la economía mexicana cayó 3.1% desde el segundo semestre de 2017, período en el que alcanzó su mayor nivel, abundó.
- Ante esta situación, el sector empresarial recomendó que las autoridades, sindicatos y empresas sean cautelosas sobre la decisión de aumento al salario mínimo, en el sentido de que debe ser congruente con la evolución de la productividad de la economía.
- De ser así, esto evitaría poner un obstáculo adicional al crecimiento de la economía y evitar poner en riesgo el objetivo inflacionario. Además, ofrece una salvaguarda de la competitividad de la economía mexicana, ya que esta debe ser la prioridad dada la situación actual de incertidumbre y desaceleración global.
Los analistas de la IP refirieron que el ánimo que parece prevalecer entre las autoridades —y desde luego el movimiento sindical— es de utilizar la revisión del mínimo como un elemento para mejorar el bienestar de las familias, en especial de los segmentos de menores recursos.
- Ello continuaría la tendencia de los últimos tres años, cuando, por cierto, no se han presentado efectos claros tanto en el desempleo como en la inflación, reprobó el CCE./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO