Irán lanzó en la madrugada del miércoles pesados ataques con misiles contra dos bases militares en Irak utilizadas por tropas estadounidenses, en una respuesta al asesinato del general iraní Qasem Soleimani por un dron de Estados Unidos.
• Los ataques fueron asumidos por la televisión estatal iraní y los Guardianes de la Revolución, que además amenazaron con golpear también a Israel y a los gobiernos aliados de Washington.
• Al cierre de la edición se desconocen informaciones sobre víctimas a raíz de los ataques.
• En la red Twitter, el presidente estadounidense Donald Trump mencionó que “un balance de las fatalidades y daños está siendo realizada. ¡Todo muy bien hasta ahora!”.
• De acuerdo con el Pentágono, las bases atacadas se encontraban “en alerta, debido a las indicaciones de que el gobierno de Irán planeaba golpear nuestras fuerzas e intereses en la región”.
• La televisión estatal iraní mencionó que se utilizaron “decenas de misiles” contra los objetivos en territorio iraquí, aunque en Washington el Pentágono mencionó que “más de una docena” de proyectiles habían sido lanzados contra las bases aéreas de Ayn al Asad y Erbil.
Al asumir la responsabilidad por los ataques, el gobierno iraní advirtió sobre “más respuestas devastadoras” en caso de que Estados Unidos decida un contragolpe. En una nota, los Guardianes de la Revolución también llamaron a los estadounidenses a llamar de retorno a sus tropas en Irak y en toda la región.
Poco más tarde, el canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, afirmó en Twitter que Irán “tomó y concluyó medidas proporcionadas de autodefensa. No buscamos una escalada o la guerra, pero nos defenderemos de cualquier agresión”, añadió.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el secretario de Defensa, Mark Esper, llegaron a la Casa Blanca ayer por la noche después de que Irán disparara lo misiles.
• “Estamos trabajando en evaluaciones iniciales de daños en la batalla”, dijo el vocero del Pentágono, Jonathan Hoffman, en un comunicado, agregando que las bases atacadas eran la base aérea de al Asad y otra en Erbil, Irak.
Lo que detonó la respuesta
El pasado viernes un ataque de un dron estadounidense mató en Bagdad al influyente Soleimani, así como al jefe militar iraquí Abu Mahdi al Muhandis, alto dirigente de la milicia proiraní Hashed al Shaabi.
Ante la respuesta iraní de este miércoles, los precios del petróleo en los mercados internacionales aumentaron 4.5%, traduciendo de esa forma las preocupaciones globales sobre un dramático agravamiento de las tensiones en la región.
En Washington, Trump adelantó que pronunciará un mensaje a la nación en la mañana de hoy. De inmediato, sin embargo, el ente regulador de aviación determinó la prohibición de vuelos de aviones civiles sobre Irak, Irán y la zona del golfo Pérsico, para evitar el riesgo de “errores de identificación”.
Tensión creciente
La respuesta iraní al asesinato de Soleimani ocurrió después de cinco días de creciente tensión entre Teherán, Bagdad y Washington, en un escenario agravado por la confusión sobre el futuro de las tropas estadounidenses en territorio iraquí.
En las ceremonias fúnebres dedicadas a Soleimani, altas autoridades iraníes prometieron “venganza” por el asesinato, aunque Trump aumentó aún más las tensiones al calificar al militar asesinado como “un monstruo”.
En tanto, la situación se tornó más compleja con las confusiones relativas a la situación de las tropas estadounidenses en Irak.
Suspensión de vuelos comerciales
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) reaccionó rápidamente. Avisó que está prohibiendo a las aerolíneas registradas en Estados Unidos sobrevolar Irak, Irán y el golfo, luego de los ataques con cohetes contra las fuerzas estadounidenses en Irak.
• “La (FAA) emite avisos a los aviadores esta noche explicando las restricciones de vuelo que prohíben a los operadores de aviación civil estadounidenses operar en el espacio aéreo sobre Irak, Irán y las aguas del golfo Pérsico y el golfo de Omán”, dijo en un comunicado.
• La caída de un vuelo comercial de Ukraine International Airlines la noche de ayer al despegar del aeropuerto de Teherán no tiene ninguna relación con el conflicto entre Estados Unidos e Irán.
• Casi al mismo tiempo, su secretario de Defensa, Mark Esper, aseguró en una conferencia de prensa que la política estadounidense “no había cambiado: no abandonaremos Irak”, mencionó.
Gran multitud, en Kerman
Durante su homenaje en Kerman, ciudad natal del general Qasem Soleimani en el sudeste de Irán, una gran multitud exigió venganza gritando “muerte a Estados Unidos”. Lo mismo sucedió cuando su ataúd se detuvo el domingo y el lunes en Teherán y en otras localidades iraníes.
• Pero una estampida dejó más de 50 muertos y 200 heridos, según funcionarios locales citados por los medios iraníes. De acuerdo con informaciones de prensa, Soleimani fue sepultado en la tarde del martes.
• El proceso de “expulsión de Estados Unidos de la región ha empezado”, arengó a la masa congregada en Kerman el general de división Hosein Salami, comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución.
• “Vamos a vengarnos (…) Si (atacan de nuevo), incendiaremos lo que aman”, dijo enigmáticamente. “Ellos (Estados Unidos) saben bien de qué objetivos hablo”.
• El parlamento iraní votó el día de ayer una ley que considera “terroristas” a todas las fuerzas armadas de Estados Unidos tras el asesinato de Soleimani.
• Tanto en Estados Unidos como en otros países ya se está debatiendo sobre la legalidad del ataque en el que murió Soleimani. Trump hizo “una revisión completa y profunda de la base legal”, dijo su secretario de Estado, Mike Pompeo.
• Con la esperanza de lograr una “desescalada”, varios países han intensificado sus esfuerzos diplomáticos. Los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña se reunieron el martes en Bruselas para discutir la crisis.
La crisis llega cuando en el congreso de Estados Unidos se determina el momento en el que enviará al Senado el juicio político del presidente Trump y a pocas semanas de que inicien las elecciones primarias con vista hacia las elecciones presidenciales del próximo noviembre./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO