- En la Ciudad de México, la superficie de área verde promedio por habitante de la capital es de 7.54 metros cuadrados, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 10 y 15 metros cuadrados de espacio verde por habitante para garantizar un bienestar óptimo del ser humano.
- La insuficiencia de áreas verdes como consecuencia de exceso de calles pavimentadas, materiales de construcción y una mayor concentración de vehículos, es peligrosa porque provoca que se irradie más calor, lo que se conocer como “islas de calor”.
- Saúl Alcántara Onofre, arquitecto paisajista de la UAM Azcapotzalco, advirtió que hay un rezago en la implementación de áreas verdes en la capital, ya que se ha incrementado el asfalto, el concreto, se han levantado más banquetas y muros, y las arañas de cables de teléfono, internet y electricidad han desplazado a los árboles.
Resaltó que una opción es aumentar los metros cuadrados con masa arbórea y no área verde entendida como pasto, ya que esto es completamente antiecológico.
- Por su parte, Mariana Rodríguez Sánchez, técnica de la Subdirección de Conservación y Beneficios Ambientales de Corenadr, explicó que las “islas de calor” son el resultado de la pérdida de la cobertura vegetal.
“Lo principal es conservar lo que ya tenemos, pero también recuperar y restaurar lo que hemos estado perdiendo debido a todas estas acciones progresivas. Debe haber una corresponsabilidad entre las autoridades, las alcaldías y la ciudadanía, ya que nosotros, como habitantes, debemos velar por nuestro medio ambiente y cuidarlo, ya que no es solo responsabilidad de una sola persona o de una sola institución”, indicó.
- No se puede considerar área verde lo que se tiene como más pasto, sino la masa arbórea en donde prácticamente el 65% es vegetación es exógena, es decir que no es su ámbito natural la Ciudad de México, señaló Saúl Alcántara
¿Qué es una isla de calor?
La “isla de calor” es un fenómeno de origen térmico que se produce en áreas urbanas y que marca un contraste de temperatura entre la zona urbana y la zona rural. Se deriva de la acumulación de estructuras urbanas como edificios, aceras y zonas asfálticas, que absorben más calor y lo liberan más lentamente. A este fenómeno se le asocia con los procesos de urbanización.
A las estructuras de la ciudad, hay que agregar la presencia de aparatos electrónicos, vehículos y máquinas que emiten calor incluso durante la noche.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las islas de calor pueden elevar la temperatura hasta 5 grados por encima del promedio de las áreas verdes circundantes de una ciudad.
Según la Red de Meteorología y Radiación Solar de la Sedema, en la CDMX se identifican varias “islas de calor”:
- Centro Histórico
- Plancha del Zócalo
- Calle Francisco I. Madero
Árboles, los mejores aliados
El investigador de la UAM comentó que la tala de árboles es una plaga que ocasiona que el suelo se empiece a degradar, ya que cuando llega la lluvia, el agua ya no penetra y simplemente escurre. Para que el suelo se regenere, se requieren cien años.
- “Los árboles son fábricas de agua, reducen la temperatura, retienen el polvo y convierten el monóxido de carbono en nutrientes. Además, son hermosos y tienen un impacto importante en la mejora del ambiente. Son bosques de agua y debemos cuidarlos”, agregó.
- Una opción para mitigar esta situación es dar prioridad a la masa arbórea, ya que esta es la que contribuirá significativamente a la mejora de la ciudad. “Los árboles proporcionan sombra, lo cual no influye tanto en la temperatura, pero sí en el confort de las personas”.
El arquitecto paisajista de la UAM propone incluir especies arbóreas como Populus deltoides, Alnus cacuminata, Celtis occidentalis, Liquidambar styraciflua, Quercus rugosa, Ficus benjamina y Ligustrum lucidum, todas con una alta capacidad de enfriamiento y la capacidad de mitigar eficazmente las islas de calor.
- Mariana Rodríguez mencionó que para reducir las islas de calor se debe emprender una educación ambiental que fomente la conciencia ambiental y la importancia de la conservación de la vegetación.
- “No solo debemos conservar el bosque porque se ve bonito, sino que rehabilitar el manto acuífero nos ayuda a purificar el aire y sirve como refugio para la diversidad. Además, es donde se genera parte del alimento que consumimos en la ciudad” concluyó.
Van contra islas de calor por decreto
De acuerdo con el medio Reforma, las autoridades capitalinas respondieron con un decreto que deja el tema en la cancha del Jefe de Gobierno, Martí Batres y de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), ante la urgencia de grupos ciudadanos y expertos por integrar medidas contra los riesgos asociados al cambio climático en instrumentos de planeación y desarrollo urbano, como las islas de calor.
- Reforma publicó anterior mente una investigación del Instituto de Geografía de la UNAM, firmado por Naxhelli Ruiz, donde se alertó porque las islas de calor no figuran en el Programa General del Ordenamiento Territorial (PGOT) que se busca aprobar en el Congreso, en medio de un polémico proceso por diversas quejas de irregularidades.
Que el tema no se aborde en el PGOT, enfatizó Ruiz, alarma porque este sería el instrumento ideal para controlar dicho fenómeno, pues su afectación depende de la forma en que se construye la Ciudad y se atiende a partir del ordenamiento.
Tras esto, el Gobierno capitalino emitió un decreto en la Gaceta Oficial local, por el que modificó la Ley de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático y Desarrollo Sustentable de la Ciudad de México.
- En el decreto reconoció las afectaciones por las islas de calor, aunque no estableció acciones específicas, ni planes, metas o plazos. En cambio, indicó que su atención quedará en manos de la persona titular de la Jefatura de Gobierno, que ahora es Martí Batres y de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).
- «Desarrollar e implementar políticas públicas, en coordinación con las autoridades de la Ciudad de México, el sector académico, social y privado, para prevenir y mitigar los efectos del fenómeno de islas de calor urbanas, así como para atender y responder a sus impactos», se determinó como sus atribuciones.
¿Qué son las islas de calor y cómo ‘achicharran’ a las ciudades?
Los memes donde a las 6:00 de la mañana hace frío, a medio día todos se rostizan de calor y a las 5:00 de la tarde ya hay un diluvio, no son sólo para reír. Muestran la realidad de un fenómeno que se llama islas de calor urbanas.
Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se tiene conocimiento de este evento desde hace más de 200 años.
“Este fenómeno se refiere a la presencia de aire más caliente en ciertas zonas de ciudad, a diferencia del que se encuentra en las zonas rurales que lo rodean”, explica la doctora Elda Luyando, investigadora del grupo de Cambio Climático y Radiación Solar del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
¿Por qué aparecen las islas de calor?
La especialista de la UNAM explicó que las islas de calor no se presentan 24/7 en los territorios. Explica que hay condiciones meteorológicas que permiten su aparición:
- Cielo despejado.
- Viento en calma, muy suave y caliente.
- Radiación solar alta, que ‘enciende’ el aire de la ciudad.
Otros aspectos que propician la aparición de las islas de calor son:
- Acumulación de estructuras, como grandes edificios, aceras y asfaltos que absorben más calor y lo liberan lentamente.
- Contaminación y calor generador por el tráfico y la industria.
- Escasez de vegetación y áreas vedes.
¿Cómo afectan las islas de calor a la vida del ser humano?
Según un artículo sobre sostenibilidad de Iberdrola, así afectan las islas de calor:
- Se consume más energía debido al incremento en el uso de aire condicionado.
- Afectan la salud de los habitantes de las grandes ciudades. Destacan los problemas respiratorios, insolaciones, deshidratación, cansancio y golpes de calor.
- Más contaminación atmosférica. Se empeora la calidad del aire porque se consumen más combustibles fósiles.
La CDMX es una olla de presión y cada año el calor seguirá
En Ciudad de México que, en lugar de zonas verdes con árboles, cada vez tiene más zonas con construcciones de concreto y vialidades asfaltadas, que no protegen a las personas de las olas de calor como la que vive la capital del país, sino que incluso absorben e irradian calor y agudizan sus efectos, estableció en entrevista con la Silla Rota el investigador del Centro Interdisciplinario de Innovación y Estudios Sobre Medio Ambiente y Desarrollo del Instituto Politécnico Nacional, Ángel Refugio Terán Cuevas.
- “Las zonas urbanas que antes eran montes ahora son cemento. Los rayos del sol inciden en el cemento provocando que haya un calentamiento mayor a lo normal, provocas una radiación del suelo y un sobrecalentamiento del aire que te rodea. En consecuencia, alrededor existe también turbulencias, las bajas presiones que es cuando ocurren las lluvias, es lo que ocurre en la parte sur del país”.
- “Te puedo decir que todo este derivado es lo que hablamos de que es el cambio climático. Explícitamente son las islas del calor, la emisión radiante de los efectos de los incendios forestales, las quemas no controladas. Es un sinnúmero de efectos que están impactando en la atmósfera. Es lo que llamamos una onda de calor efervescente y es lo que estamos viendo en estos momentos en la Ciudad de México”, agrega el doctor en medio ambiente y desarrollo.
Sobre la onda de calor que afecta a gran parte del país, explica que es por una condición anticiclónica que causa que las condiciones del viento sean muy estables y además hay una corriente en chorro subtropical -aire caliente- que acarrea este tipo de movimientos de los vientos hacia abajo. “Ha provocado una alta presión atmosférica en forma de estática sobre el centro del país”, puntualiza.
- De acuerdo con investigadores, en las ciudades ya se siente más calor que en zonas rurales, pero incluso dentro de las metrópolis hay zonas con mayor temperatura, las llamadas islas de calor.
- El experto en medio ambiente reitera que eso se debe a las modificaciones que del entorno ha hecho el hombre, así como por la contaminación que generan gases de efecto invernadero, que a su vez calientan la atmósfera. El calor puede ser tan intenso que puede causar golpes de calor en algunas personas que no se cuidan del calor, o no se hidratan.
“Los golpes de calor son cuando comenzamos a sentir dolores de cabeza, náuseas, mareos, etcétera. Ese va a ser el impacto directo que vas a tener, exponiéndote al sol en general. Por eso se recomienda no salir porque el impacto de golpe de calor es muy fuerte sobre el ser humano y eso es inevitable. Por supuesto si tienes que andar corriendo en esta ciudad que es una olla de viento y de calor te va a afectar muy intenso”.
- Respecto a las construcciones en la ciudad, que en muchos casos ocupan zonas alguna vez rurales, el cemento lo que hace es absorber el calor y lo acumula de tal forma que se genera la incidencia de radiación de calor.
- “Actúa como un cuerpo negro, lo que llega de energía solar luego lo emite. Por eso en el pavimento se observan las ondas de calor como si estuviera irradiando, también en carreteras vas a ver esa brisa caliente, es la efervescencia en el suelo”, añade.
Entrando a efectos del cambio climático
Se le pregunta si ante la pérdida de zonas como Xochimilco, la tala de árboles en alcaldías como Tlalpan o la Magdalena Contreras o la urbanización de otras de carácter rural como Tláhuac, los calores como los de este año en la Ciudad de México se repetirán. Responde que la situación no es privativa de la capital mexicana, sino que ocurre en todo el mundo.
“El impacto es global y no solo en México, en las grandes ciudades del mundo. Son olas tremendas y las islas de calor son totalmente efervescentes en verano, puedes ver las ondas de calor más continuas. Ya hemos entrado al proceso denominado cambio climático, ya estamos sintiendo los impactos de este tipo de problemas que siempre nos van a tocar al ser humano provocar.
“Cuando hablamos del cambio climático, pues ya nos va a tocar el incremento del nivel del mar. Vamos a tener ciertas situaciones atípicas de ahora llueve mucho o donde llovía dejó de llover, esas condiciones son las alteraciones que se tienen en forma global. No es exclusivo de México, es para todo el mundo. Eso es provocado por la emisión de gases invernadero que están alterando nuestra atmósfera”, expresa el profesor.
- Pero también hay peculiaridades para la CDMX, como que al estar el país entre los océanos Atlántico y Pacífico, y la capital en una cuenca, eso la convierte en una olla exprés, compara el académico.
“En el centro del país cuando tú tienes una olla exprés súper caliente, a mayor temperatura el vapor de agua se incrementa, se concentra en la alta atmósfera y pudiéramos tener la penetración de esa humedad, lluvias más severas en las zonas altas de la ciudad. Eso es lo que esperaríamos por la isla de calor que se está incrementando día a día y la deforestación que ocurre a nuestro alrededor, los suelos también se calientan demasiado. En la Sierra de Guadalupe se incrementa la deforestación, eso le mete más temperatura a la isla de calor que tenemos y esto va a terminar en un caos en cierto momento”.
- A ello se suma que el parque vehicular continúa en aumento, así como la contaminación de las empresas que contribuyen a las emisiones de dióxido de carbono y metano, concluye./Agencias-PUNTOporPUNTO