La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo este miércoles, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, que se está celebrando en Ginebra (Suiza), un llamado «urgente» a tomar medidas contra el cambio climático.
«Las razones más apremiantes para adoptar medidas climáticas urgentes no son las repercusiones en el futuro, sino ahora mismo, en la salud. La crisis climática es una crisis sanitaria, que alimenta los brotes, contribuye a aumentar las tasas de enfermedades no transmisibles y amenaza con desbordar nuestro personal sanitario y nuestras infraestructuras sanitarias», aseguró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
- En su intervención, detalló las medidas que habría que tomar, como reducir las emisiones de carbono; crear sistemas de salud «mejores, más resilientes al clima y sostenibles desde el punto de vista ambiental»; y «proteger la salud de la amplia gama de repercusiones del cambio climático».
«Necesitamos energías renovables en las instalaciones sanitarias; financiación específica para el sector sanitario destinada a la resiliencia climática; y un mayor uso de electricidad fiable, barata y ecológica», esgrimió el doctor Tedros.
Al respecto, la OMS alertó de que el cambio climático está «aumentando las enfermedades no transmisibles y facilitando la aparición y propagación de enfermedades infecciosas». «Además, está afectando a nuestro personal sanitario y a nuestras infraestructuras, reduciendo al mismo tiempo la capacidad de alcanzar la Cobertura Sanitaria Universal», han añadido.
- De acuerdo con el organismo sanitario internacional, un «mayor retraso» en la acción climática «aumentará significativamente los riesgos para nuestra salud, socavará décadas de mejoras en la salud mundial y contravendrá nuestros compromisos colectivos de garantizar el derecho humano a la salud para todos».
- En este sentido, la directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente de la OMS, la española María Neira, apuntó a tres retos que la comunidad sanitaria debe afrontar en materia climática. El primero, y «más importante», es «abordar las diversas repercusiones sanitarias de la crisis del cambio climático, haciendo hincapié en la necesidad de salvaguardar el bienestar humano».
El segundo reto gira en torno a la construcción de sistemas sanitarios «resilientes» que «puedan navegar eficazmente por las complejidades del siglo XXI, garantizando una prestación sanitaria óptima en un panorama en constante evolución».
Por último, Neira destacó las «ventajas sanitarias derivadas de la transición hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono, ilustrando la interacción crítica entre la sostenibilidad medioambiental y el bienestar humano».
«Estos tres grandes retos instan a la comunidad sanitaria a movilizarse y emprender acciones transformadoras para salvaguardar la salud pública y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras», apuntó.
- Por su parte, John Kerry, Enviado Presidencial Especial de Estados Unidos para el Cambio Climático, dio las gracias a la OMS por dar la voz de alarma sobre la crisis climática y advirtió sobre sus repercusiones a la comunidad internacional: «No hay forma educada de decirlo, la crisis climática está matando gente».
Por último, el director general de la COP28, Adnan Z. Amin, anunció que se incluirá un ‘Día de la Salud’ en la conferencia de este año, que incluirá una reunión de ministros de Sanidad y Clima.
El cambio climático puede agravar más de la mitad de las enfermedades infecciosas
Los peligros climáticos han agravado, en algún momento de la historia, el 58 por ciento de las enfermedades infecciosas humanas, según un estudio publicado en Nature Climate Change, que constata que el cambio climático continuado conlleva riesgos para la salud humana.
«Los peligros climáticos son demasiado numerosos para que la sociedad se adapte de forma integral, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de trabajar en el origen del problema: la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero», señalan los autores en su artículo.
Está relativamente bien aceptado que el cambio climático puede afectar a las enfermedades patógenas humanas, relatan los investigadores liderados por Camilo Mora, de la Universidad de Hawai; sin embargo, el alcance total de este riesgo sigue estando, advierten, mal cuantificado.
Hasta ahora, los estudios se han centrado principalmente en grupos específicos de patógenos (por ejemplo, bacterias o virus), en la respuesta a determinados peligros (olas de calor o aumento de las inundaciones) o en los tipos de transmisión (por ejemplo, de origen alimentario o hídrico).
Pero se desconoce la amenaza total para la humanidad en el contexto del cambio climático y las enfermedades.
- Antecedentes lo comprueban: Para avanzar en este sentido, los investigadores revisaron más de 70.000 artículos de la literatura científica, revelando 3.213 casos empíricos que vinculan enfermedades patogénicas humanas únicas con diez amenazas climáticas, como el calentamiento, las inundaciones o la sequía.
En total, los autores encontraron que el 58 por ciento (218 de 375) de las enfermedades infecciosas documentadas a las que se enfrenta la humanidad en todo el mundo se han visto agravadas en algún momento por riesgos asociados al cambio climático y el 16 por ciento disminuidas.
Si bien numerosos factores biológicos, ecológicos, ambientales y sociales contribuyen a la aparición exitosa de una enfermedad patógena humana, en el nivel más básico depende de que un patógeno y una persona entren en contacto y que el grado de resistencia de los individuos disminuya o que el patógeno se fortalezca por un peligro climático.
Esos riesgos incluyen aquellos que facilitan el acercamiento entre patógenos y personas; por ejemplo, el calentamiento aumenta la zona en la que actúan los organismos que transmiten enfermedades, como la de Lyme, el dengue y la malaria.
Por otro lado, están aquellos problemas climáticos que acercan personas a los patógenos. Por ejemplo, las tormentas, las inundaciones y el aumento del nivel del mar provocan desplazamientos humanos implicados en casos de fiebre de Lassa (enfermedad vírica hemorrágica aguda) o con la enfermedad del leginario (infección pulmonaria grave).
El estudio también ve peligros en los cambios del uso de la tierra facilitados por la invasión humana, lo que ha aproximado a las personas a vectores y patógenos ocasionando, por ejemplo brotes de enfermedades como el ébola.
- El riesgo aumenta: El análisis observó asimismo que los cambios en las precipitaciones y la temperatura afectan a las reuniones sociales humanas y a la transmisibilidad de virus como el de la gripe y COVID-19.
Es posible, escriben los autores, que el calor extremo obligue a las personas a permanecer en el interior, lo que puede aumentar el riesgo de transmisión, especialmente cuando se combina con una ventilación deficiente.
Los científicos concluyen que estos hallazgos revelan vías únicas en las que los peligros climáticos pueden provocar enfermedades, lo que subraya la limitada capacidad de adaptación de la sociedad y pone de relieve la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero./Agencias-PUNTOporPUNTO