Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, se registraron hundimientos súbitos en el terreno donde se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Jorge Abraham Díaz Rodríguez, académico de la Facultad de Ingeniería de la máxima casa de estudios, lleva a cabo una investigación para estudiar el fenómeno de los hundimientos causados por sismos intensos.
Hundimientos en el terreno del NAIM
EL sismo del 19 de septiembre del año pasado, causó estragos en la tierra. Instrumentos robotizados registraron hundimientos súbitos de cinco centímetros en el terreno donde se construye el nuevo aeropuerto.
Según el académico de la UNAM, en el diseño del NAIM se consideraron muchos factores, pero no los que intervienen en los hundimientos súbitos, porque hasta la fecha nadie los conoce a cabalidad ni sabe cómo actúan.
- “Mediante la experimentación en laboratorio se puede comprender mejor el fenómeno y planear las medidas de mitigación o remediación”, remarcó el universitario.
- Pese a la trascendencia de su estudio, el profesor de la FI deja claro que es un “investigador básico” y no hace investigaciones para ninguna obra determinada. “Cuando detecto un fenómeno que me interesa, lo estudio no sólo por el interés científico, sino para ser útil a la sociedad”, puntualiza.
Alcaldías de la CDMX se hunden
- Datos recabados por el satélite Sentinel 1A, de la Agencia Central Europea, el Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (CentroGeo-CONACyT) divulgó que, después del sismo del 19 de septiembre del año pasado, las siguientes zonas de la Ciudad de México sufrieron hundimientos relativos de hasta 25 centímetros.
- Coyoacán (su parte norte)
- Benito Juárez
- Venustiano Carranza,
- Iztapalapa (parte norte)
- Gustavo A. Madero (noreste)
- Nezahualcóyotl, en el Estado de México
Investigación en curso
Días después del terremoto que sacudió a la Ciudad de México, el 19 de septiembre de 1985, Díaz Rodríguez observó que en algunos sitios ocurrieron hundimientos súbitos anormales como consecuencia de la magnitud (8.1) de dicho temblor, y los registró fotográficamente.
El profesor planeó una serie de experimentos en laboratorio para simular el efecto de los sismos en muestras de suelos tomadas del parque Ramón López Velarde, ubicado frente al Centro Médico Nacional Siglo XXI, y de la Alameda Central.
Debido a la falta de recursos económicos y el desinterés de la población y la comunidad al publicar sus resultados preliminares, el académico abandonó el estudio, sin embargo, a 33 años del terremoto del 85 y a uno del ocurrió el 19 de septiembre de 2017, decidió retomar la investigación.
Historia de los suelos de la CDMX
Hace 700 mil años, una gran actividad volcánica formó una cortina natural, la sierra de Chichinautzin, que cerró la cuenca del Valle de México y obstruyó el drenaje que iba al río Balsas. Por esta razón, el agua se almacenó en esta cuenca y generó varios lagos: Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco.
Los ríos que descendían de la sierra circundante depositaron materiales diversos en esos lagos. La parte central de la cuenca se fue llenando con acarreos limo-arenosos y limo-arcillosos, y con cenizas y restos de piedras pómez provenientes de los volcanes del sur.
Al pie de la sierra, y por el brusco cambio de pendiente de los ríos, se crearon grandes depósitos aluviales de composición variable. Con el paso del tiempo, esta combinación de material volcánico lacustre dio origen a los suelos limo-arcillosos de buena parte de lo que sería el subsuelo de la Ciudad de México; además, las condiciones ambientales propiciaron la proliferación de diatomeas (algas unicelulares), lo que les proporcionó propiedades singulares./PUBLIMETRO-PUNTOporPUNTO