En medio de la sequía en Norteamérica agravada por el cambio climático, Estados Unidos voltea al reseco norte de México para solucionar su escasez de agua.
Ya sea mediante acuerdos y convenios que beneficien a ambas partes, o con presiones, demandas y exigencias de represalias, los estadunidenses quieren que el norte de México les ceda agua o se las entregue con carácter de urgente y en cumplimiento de recursos hidráulicos.
- Baja California dejará de recibir casi 500 millones de metros cúbicos de agua a través de la frontera a lo largo de tres años, a cambio de 65 millones de dólares que se usarán para mejorar infraestructura de recursos hidráulicos, de acuerdo con información de la Comisión Internacional mexicana de Límites y Aguas (CILA).
Mientras que Estados Unidos usará el flujo sobre el río Colorado en el estado de Colorado para nueva generación de energía, los agricultores del Valle Mexicali descansarán sus tierras durante esos 36 meses.
- El acuerdo quedó comprendido este año en el Acta 330 de la Conagua, el cual se alcanzó después de dos años consecutivos de que EU redujo en 5 y 7% la entrega de agua del río Colorado a México. Según acuerdos históricos entre las CILAs de los dos países, EU entregaría a México 10% del flujo del río Colorado a la altura de la frontera entre los estados de Baja California y Sonora.
- Pero el sobrecalentamiento terrestre con la consecuente sequía y el consumo excesivo han reducido el nivel del Colorado a niveles históricos.
Este es el tercer año consecutivo de recortes de agua del Colorado a México. En el 2024 México tiene una reducción de 99 millones de metros cúbicos de agua, que aunados a casi 500 millones de metros cúbicos en el acuerdo binacional, se traduce en cerca de 600 millones de pies cúbicos de agua.
- La reducción se registra mientas “México está experimentando una de las sequías más extensas e intensas de las últimas décadas y son los estados de la región norte los que se han visto más afectados”, según el experto Emiliano Ramírez Madrid, del grupo asesor Caintra de Nuevo León.
“Los grandes depósitos naturales de reserva se encuentran en niveles alarmantemente bajos, lo que pone a prueba los recursos hídricos del país para el consumo, la agricultura y la irrigación” en el norte mexicano, aseguró.
La falta de agua en el norte se traduce en pérdidas de 12 mil millones de pesos anuales y la escasez de agua ya impacta 60% de los municipios del norte de país, según datos del Monitor de Sequía de México.
Por lo menos 60 grandes reservas del norte de México están 25% por debajo de si nivel normal, esto ha llevado a que, por ejemplo, 20 mil sinaloenses de una docena de municipios vivan en estado de emergencia.
- Mientras la sequía impacta toda la frontera norte de México y por el oeste se reduce tan sólo este año —hubo recortes en los anteriores dos— casi 600 millones de metros cúbicos de agua que EU debiera entregar a México, en Texas algunos legisladores demandan a México por retraso en el pago de agua e incluso exigen represalias para el norte de México.
Debido a la sequía, México ha sido inconsistente para cubrir un compromiso de pagar cada cinco años, y para beneficio de EU, 1.75 millones de acres pies de agua al río Bravo.
Un acre pie es una medida internacional de agua, equivale, al líquido que cubriría con un pie de profundidad una extensión de un acre; como cubrir con 30 centímetros de profundidad de agua una cancha de futbol.
Unos 14 senadores y congresistas texanos ha pedido a sus comités de apropiaciones –presupuesto— y al Departamento de Estado, que suspendan la ayuda a México, que este año fue equivalente a 138 millones de dólares hasta que México pague la actual deuda de agua.
Los legisladores argumentan que una planta productora de caña de azúcar de la frontera tuvo que cerrar por falta de agua. En contraste, la Conagua declaró que en Tamaulipas –a unos kilómetros al sur de esa planta—transcurría este domingo el décimo día consecutivo de sequía extrema.
Exigen congresistas de Texas pagar deuda de agua
La crisis del agua del Río Grande, que debe ser surtida por México a Estados Unidos como parte de un tratado internacional, ha tomado un nuevo matiz con la llegada de la virtual nueva presidenta, Claudia Sheinbaum.
- Una congresista federal republicana y uno demócrata –ambos que representan el Valle del Río Grande, al Sur de Texas– están tratando de reunirse con la nueva mandataria de México, quien asumirá el poder en octubre.
- La republicana Mónica De la Cruz escribió a Sheinbaum, solicitando una reunión para abordar las entregas de agua que se deben a Estados Unidos.
“La continua escasez de agua en el Sur de Texas representa una verdadera crisis tanto para las comunidades como para los agricultores”, escribió De La Cruz.
“Dada la urgente necesidad de alivio hídrico en el Sur de Texas, solicito respetuosamente una reunión con usted para que podamos trabajar juntos para resolver este problema de larga data”, agrega su texto.
El congresista demócrata Vicente González aseguró, en contraste, que tenía reuniones planeadas con Sheinbaum “y algunos miembros entrantes de su gabinete el lunes y martes”.
González dijo recientemente en “Inside Valley Politics” que se reuniría con Sheinbaum para discutir los pagos de agua y otros temas.
“Tengo la intención de abordar los temas que he criticado en México, la inseguridad a lo largo de nuestras fronteras y en el interior de México. Voy a abordar la deuda de agua que aún no se ha pagado y otros asuntos que considero preocupantes para nosotros”, dijo González.
- El volumen de agua entregada por México a Estados Unidos como parte del Tratado de 1944 es el más bajo en las últimas casi tres décadas.
- La cantidad ha provocado reacciones en el estado de Texas, donde el cierre de una cooperativa de productores de azúcar fue atribuido a la falta de cumplimiento del tratado por parte de México.
Tanto De la Cruz como González han sido francos y agresivos en sus esfuerzos por lograr que México pague el agua que se debe a Estados Unidos, y específicamente al Río Grande, que suministra la mayor parte del agua potable y agrícola para las comunidades del Sur de Texas.
“Bajo el Tratado de Aguas de 1944, México se comprometió a suministrar a Estados Unidos un promedio de 350,000 acres-pie de agua anualmente durante un ciclo de cinco años”, escribió De La Cruz. “Desafortunadamente, ha habido retrasos constantes en el cumplimiento de estas obligaciones, lo que está causando que la agricultura en el Valle del Río Grande sufra”.
- Según el tratado, México está obligado a pagar 1.75 millones de acres-pie de agua a Estados Unidos a través del Río Grande durante un ciclo de cinco años. El ciclo actual termina en octubre de 2025 y México aún no ha entregado 400,000 acres-pie de agua, lo que equivale apenas a un año de agua adeudada, según la Sección Estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, que supervisa el Río Grande.
- Las lluvias recientes provocadas por una tormenta tropical y otras perturbaciones han aumentado un poco la capacidad de agua en las dos presas de la región. El embalse Amistad, cerca de Del Río, estaba al 19% de su capacidad el viernes, y la presa Falcon estaba al 12% de su capacidad el viernes, según la CILA.
A pesar de ello, De La Cruz y González dicen que los niveles de agua este año han sido históricamente bajos.
- El 28 de junio la Cámara de Representantes aprobó una legislación que incluye un lenguaje para retener unos $7 millones en fondos a México hasta que se pague el agua a Estados Unidos. La legislación fue parte del proyecto de ley de asignaciones para el Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados para el Año Fiscal 2025 que entraría en vigor en octubre. La legislación está pendiente en el Senado.
“Como buenos vecinos, debemos ayudarnos en tiempos de necesidad. Ese momento es ahora. Insto a su próxima administración a cumplir con las obligaciones de México”, dijo De La Cruz a Sheinbaum, en su carta.
- Consultado al respecto, el actual secretario de la Sección Mexicana de la CILA, Manuel Morales, dijo estar analizando con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la forma de dar cumplimiento al Tratado y recordó que el ciclo vence en octubre de 2025.
“Se están analizando en conjunto con la Conagua (…) se está atendiendo este tema con la finalidad de que nuestro país continúe, como siempre lo ha hecho, cumpliendo con sus compromisos establecidos en el Tratado de Aguas de 1944”, dijo Morales a este medio.
“No ha habido quejas formales al respecto, sólo algunos comentarios recibidos de manera informal, pero lo que puedo comentar es que esos cierres (de los productores de azúcar) no se deben estrictamente a la cantidad de agua que se ha entregado en este ciclo en particular, han tenido que ver con varios factores ajenos a ello, del tipo comercial y de negocios de esas industrias”, agregó.
Ya en febrero pasado, el anterior secretario técnico de la Sección Mexicana de la CILA, Jesús Luévano, advirtió que el retraso del país en el cumplimiento de la obligación bajo el Tratado de 1944 era preocupante.
- El incumplimiento en la entrega del agua por parte de México tensaría la relación entre ambos países, sobre todo si el republicano, Donald Trump, regresa a la Casa Blanca en las elecciones que celebrará ese país en noviembre próximo, advirtió por su parte Andrew Selee, vicepresidente ejecutivo del Centro Internacional Woodrow Wilson.
De acuerdo con el experto, si Trump gana la contienda electoral, puede convertir el asunto del agua en una “moneda de cambio” para conseguir cosas como ya lo hizo en el pasado con temas como el de la migración.
“Sin duda sería un problema que heredará Claudia Sheinbaum y que puede tensar nuevamente la relación bilateral, pues cada vez son más las voces desde el Congreso que presionan al gobierno federal para que obligue a México a cumplir”, dijo Selee.
EU condiciona los apoyos a México por deuda de agua
La capacitación de fuerzas del orden que combaten a los grupos del crimen organizado en México y otros fondos para apoyos federales que otorga Estados Unidos a nuestro país podrían suspenderse si no cumple con su parte del tratado de agua de 1944, que le exige enviar 431.7 millones de metros cúbicos anuales del líquido desde el Río Bravo, en ciclos de cinco años.
Esta semana, un grupo bipartidista de legisladores de Texas envió una carta a los responsables de los fondos en la Cámara de Representantes y el Senado, en la que acusan a México de exacerbar la escasez de agua que afecta a los agricultores del sur del estado por no entregar a tiempo la parte del líquido que le toca. Además, exigen retener la ayuda si no cumple.
México tiene hasta octubre del próximo año para cumplir con la cuota de agua, pero hasta ahora sólo ha enviado alrededor de 30 por ciento, lo que representa la cantidad más baja de cualquier ciclo de cuatro o cinco años desde 1992, de acuerdo con datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), encargada de supervisa el tratado.
“Los agricultores y ganaderos de todo el sur de Texas siguen bajo continua presión financiera y podrían sufrir un destino similar al de la industria azucarera si México continúa reteniendo agua”, escribieron los legisladores en la misiva.
- Destacan que, incluso, el ingenio azucarero Rio Grande Valley Sugar Growers tuvo que cerrar en febrero pasado después de 50 años, debido a la repetida escasez de agua y con ello más de 500 trabajadores quedaron sin empleo.
- Aunque los legisladores no especifican qué tipo de fondos federales para México deberían retenerse, la oficina de la senadora Mónica De La Cruz, republicana por McAllen, una de las firmantes de la carta, respondió a El Sol de México a través de un correo electrónico que “México podría verse afectado en la ayuda financiera que recibe para reforzar las fuerzas del orden e incluso para la lucha contra el narcotráfico” si no entrega el agua que le corresponde. “De alguna manera México debe garantizar que cumplirá con el tratado y entregará puntualmente el agua que le corresponde para no afectar a los estadounidenses”, agregó.
El gobierno del presidente Joe Biden comprometió más de 138 millones de dólares en asistencia al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en el último año fiscal, que abarca de septiembre de 2023 a octubre de 2024.
México afirma que su capacidad para suministrar agua es limitada debido a las condiciones de sequía en su lado de la frontera. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), actualmente 79.4 por ciento del territorio mexicano enfrenta sequía de grave a extrema.
- Los estados del norte que colindan con Estados Unidos, como Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, presentan entre 80 y 90 por ciento de su territorio sin agua y las presas internacionales La Amistad y Falcón se encuentran por debajo de 22 por ciento de su capacidad.
“Dado que los esfuerzos por negociar un compromiso razonable entre nuestros países no han logrado producir una solución aceptable para nuestros electores, instamos a usted y a sus colegas en el Comité de Asignaciones a retener los fondos designados para México hasta que México haya aceptado proporcionar fondos más confiables y entregas constantes de agua a los Estados Unidos”, agrega la carta, firmada además por los senadores John Cornyn y Ted Cruz, entre otros.
- En el año 2020 México estuvo a punto de incumplir el tratado de agua con Estados Unidos debido a la sequía, pero apenas tres días antes de que venciera el plazo, en octubre logró transferir 130 millones de metros cúbicos de líquido a la Unión Americana. El agua fue extraída de dos presas de Nuevo León y Tamaulipas, provocando la molestia de agricultores de esos estados.
Los texanos, en especial, han estado presionando al Congreso por el tema del agua durante meses. El republicano John Cornyn ha insistido en que “Estados Unidos debe utilizar todas las herramientas diplomáticas a su disposición para garantizar el cumplimiento de México, por lo que continuaremos buscando formas de apoyar a la comunidad agrícola del sur de Texas, que sufre por la falta de agua”.
No más ayuda a México por deuda de agua
El grupo de legisladores texanos ha presentado un proyecto de ley exigente, proponiendo suspender el suministro de agua a México hasta que se resuelva la deuda pendiente en el marco del Tratado de Aguas Internacionales de 1944. Esta medida se toma en medio de una preocupante sequía que afecta a la región.
El tratado establece que México debe entregar una cantidad específica de agua de sus afluentes en Chihuahua al Río Bravo, crucial para el abastecimiento de agua en ciudades y para la agricultura en el sur de Texas. Sin embargo, según datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas de Estados Unidos, México ha cumplido solo parcialmente con sus obligaciones en los últimos ciclos de cinco años.
Se avecina una guerra por el agua
En virtud de un tratado de 80 años de antigüedad, Estados Unidos y México comparten las aguas del río Colorado y del río Grande, respectivamente. Sin embargo, debido a la grave sequía y a las altas temperaturas, México se ha retrasado mucho en el suministro, lo que pone en grave peligro la capacidad del país para cumplir sus obligaciones.
Algunos políticos dicen que no pueden dar lo que no tienen.
- Es un argumento difícil de aceptar para los agricultores del sur de Texas, que también sufren la escasez de lluvias. Dicen que la falta de agua procedente de México los está llevando a una crisis, dejando el futuro de su agricultura en la cuerda floja. Algunos líderes tejanos han pedido al gobierno de Biden que retenga la ayuda a México hasta que no se resuelva el problema.
Ambos países se enfrentan a la perspectiva de otro verano largo y caluroso, y muchos tienen puestas sus esperanzas en una tormenta que haga crecer los ríos mexicanos afectados por la sequía. Sin embargo, expertos afirman que rezar para que llueva es una estrategia arriesgada y cortoplacista frente a un grave problema a largo plazo.
El conflicto subraya las inmensas dificultades que plantea el reparto de unos recursos hídricos cada vez más escasos en un mundo cada vez más seco y caluroso.
Un río en declive
En virtud de un tratado de 1944, México está obligado a enviar a EE.UU. 1,75 millones de acres-pies (equivalente a 2.159 kilómetros cúbicos) de agua cada cinco años desde el río Grande, y EE.UU. a enviar a México 1,5 millones de acres-pies (unos 1.900 kilómetros cúbicos) de agua al año desde el río Colorado.
Un acre-pie es agua suficiente para inundar un acre (equivalente a 0,4 hectáreas) de tierra a un pie (0,3 metros) profundidad. Se trata de una enorme cantidad de agua intercambiada entre los dos países: aproximadamente 1.800.000 de litros de EE.UU. al año y unos 2.100.000 de litros de México cada cinco años.
México está muy retrasado en el cumplimiento de sus obligaciones, afirmó María Elena Giner, comisionada estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, el organismo binacional que supervisa el tratado.
«Sólo hemos recibido un año de agua y ya estamos en el cuarto año», dijo a CNN. El ciclo actual termina en octubre de 2025.
- El río Grande —llamado río Bravo en México— es uno de los ríos más largos de Norteamérica y recorre unos 3.040 kilómetros desde las Montañas Rocosas de Colorado, atravesando tres estados de EE.UU. y cinco de México antes de desembocar en el golfo de México.
- Años de extracción excesiva para abastecer a agricultores y poblaciones en auge, junto con el calor y la sequía provocados por el cambio climático, han pasado factura.
A medida que el calor provoca la pérdida del manto de nieve en las montañas, el caudal del río disminuye, explica Alfonso Cortez Lara, director del Colegio de la Frontera Norte.
Aproximadamente 320 kilómetros del río Grande, que se extienden desde Fort Quitmen hasta Presidio, Texas, se conocen como el «tramo olvidado», donde el lecho del río suele estar seco hasta los huesos durante todo el año. Las aguas del río Conchos, en el estado mexicano de Chihuahua, el mayor afluente del río Grande, le devuelven la vida río abajo.
La imprevisibilidad del río es la razón por la que los compromisos de México se basan en ciclos quinquenales en lugar de anuales, dijo Giner. «Habrá épocas de déficit y de superávit».
Los déficits de un ciclo quinquenal pueden prorrogarse, pero tienen que compensarse en el siguiente, aunque el tratado no tiene ningún mecanismo de aplicación.
Durante las primeras décadas del tratado, todo fue bien. Pero a partir de principios de los 90, «algo cambió», dijo Giner. Llegaba menos agua al río.
- Al igual que el acuerdo sobre el río Colorado entre los estados del suroeste de EE.UU., el tratado entre México y EE.UU. calculó la disponibilidad de agua basándose en datos de la primera mitad del siglo XX. Preveía sequías a corto plazo, pero no megasequías plurianuales.
- México terminó dos ciclos quinquenales deficitarios, de 1992 a 2002. «Fue la primera vez que realmente tuvimos estas tensiones políticas exacerbadas entre los dos (países) en relación con el agua», dijo Vianey Rueda, investigadora de la Universidad de Michigan especializada en el tratado sobre el agua de 1944.
Ahora, a punto de cumplirse otro ciclo de cinco años, México se enfrenta a una situación similar. Solo que esta vez es más intensa, dijo Rueda. «El sistema de suministro de agua sigue siendo el mismo, pero la crisis del agua ha empeorado».
Una confluencia de factores ha alimentado esta crisis.
La demanda de agua se disparó con el desarrollo a lo largo del río Grande. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que entró en vigor en 1994, provocó una explosión de granjas y maquiladoras (fábricas) en México, muchas de las cuales cultivaban y fabricaban productos destinados a los mercados estadounidense y canadiense. Ambos lados de la frontera se urbanizaron y la población aumentó.
En el trasfondo de todo ello, el tamborileo constante de la crisis climática alimenta un calor y una sequía más frecuentes y prolongados. «Tenemos tratados que fueron concebidos para un clima estable, pero que ahora intentan aplicarse en un clima que no es estable», dijo Rueda.
Dolor en ambos países
El agua procedente de México va a parar a los embalses de Falcón y Amistad, que se extienden a ambos lados de la frontera y abastecen de agua tanto a los hogares como a las granjas. Ambos embalses han caído a niveles históricamente bajos: a mediados de junio, Amistad estaba a menos del 26% de su capacidad y Falcón a sólo el 9,9%.
«Los agricultores del Valle del río Grande de Texas se están quedando sin agua», afirma Brian Jones, agricultor que cultiva algodón, maíz, sorgo y soja de regadío en el condado de Hidalgo (Texas) y miembro de la junta directiva del Texas Farm Bureau.
La escasez de agua procedente de México, combinada con la escasez de lluvias en la región, amenaza la industria citrícola del estado, dijo Jones a CNN, pero la situación es aún peor para el azúcar.
«La industria azucarera está perdida en Texas y nunca volverá», afirmó.
La única azucarera del estado, que empleaba a más de 500 trabajadores a tiempo completo y temporales, cerró en febrero tras más de 50 años de funcionamiento.
Los propiertarios, la Rio Grande Valley Sugar Growers, culparon a México. «Durante más de 30 años, los agricultores del sur de Texas han luchado contra el incumplimiento por parte de México de las disposiciones del tratado de aguas de 1944», afirmó en un comunicado de prensa en el que se anunciaba el cierre.
- Algunos líderes estatales han exigido medidas punitivas. «La falta de suministro oportuno de agua por parte de México pone en peligro toda la agricultura de Texas», declaró en febrero la representante republicana de Texas Mónica De La Cruz, quien pidió a la administración Biden que «pusiera los pies en el fuego a México».
- De La Cruz, que también cuenta con el apoyo de Ted Cruz y John Cornyn —ambos republicanos representantes de Texas en el Senado de EE.UU.—, añadió un texto al proyecto de ley presupuestaria 2025 de la Cámara de Representantes que retendría la ayuda a México hasta que acepte cumplir el tratado sobre el agua. El proyecto de ley superó un obstáculo de procedimiento el miércoles, aunque no es seguro que consiga los votos suficientes para ser aprobado en el Congreso.
El dolor de la escasez de agua no es unidireccional. Al sur de la frontera, la gente también sufre.
- México sufre la sequía más grave y extensa desde 2011, que afecta a casi el 90% del país. El agua se ha convertido en un tema cada vez más espinoso, con el temor de que las ciudades —incluida Ciudad de México— puedan precipitarse hacia un «día cero», en el que el agua se agote.
La situación es especialmente grave en el norte de México. «El impacto se refleja en los niveles muy bajos de muchas de las presas del norte de México e incluso en los niveles de las aguas subterráneas», afirma Víctor Magaña Rueda, climatólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Todo el estado de Chihuahua está en sequía desde febrero, y los datos de finales de mayo muestran que casi el 40% está en «sequía excepcional», la denominación más grave.
«No ha caído una sola gota de lluvia en más de ocho meses», dijo Salvador Alcántar, diputado de Chihuahua. «El cambio climático está aquí para quedarse, tenemos que aprender a lidiar con él». El agua de los ríos y las aguas subterráneas están disminuyendo rápidamente y los agricultores llevan años sufriendo las consecuencias, declaró a CNN.
- Las tensiones llegaron a un punto de ebullición en 2020 después de que el gobierno mexicano decidiera liberar agua de una de las presas de Chihuahua para cumplir con sus obligaciones de reparto de agua. Los agricultores protestaron en un enfrentamiento que se volvió mortal cuando una mujer recibió un disparo de la Guardia Nacional.
De nuevo Chihuahua se resiste. «Si no hay agua, ¿con qué se puede pagar? No se puede obligar a nadie a dar lo que no tiene», dijo Alcántar.
Un conflicto sin vencedores
La dificultad de reformar acuerdos de reparto del agua que datan de hace 80 años radica en que han creado dependencia.
- La gente llega a depender de los derechos sobre el agua para desarrollar la industria, cultivar la tierra y construir ciudades, explica Sarah Porter, directora del Kyl Center for Water Policy de la Universidad Estatal de Arizona. «Y una vez que se tiene esa dependencia, resulta muy difícil cambiarla», declaró a CNN.
Una renegociación completa del tratado es poco probable. En su lugar, las enmiendas se acuerdan entre los países mediante un proceso de «actas». Las actas pueden abarcar desde el intercambio de datos hasta cambios en el suministro de agua.
Las discusiones sobre una nueva minuta destinada a aumentar la fiabilidad del suministro de agua en México se estancaron a finales del año pasado, cuando México se centró en las elecciones. Ahora que han terminado, con la climatóloga Claudia Sheinbaum a punto de asumir el cargo en octubre, las negociaciones se están intensificando de nuevo, dijo Giner. «Hemos pedido a México un plan sobre cómo va a cubrir su déficit en este momento».
Algunas esperanzas residen en una tormenta tropical o una temporada de huracanes activa. Pero es difícil predecir cuándo y dónde azotarán las tormentas y caerá la lluvia. Depender sólo de las tormentas para reducir la escasez de agua haría que México quedara «totalmente expuesto a lo que la naturaleza decida sobre nuestro futuro hídrico», dijo Magnaña Rueda, de la UNAM.
A corto plazo, «si no hay agua para distribuir, no hay nada que podamos hacer», dijo Giner, pero sigue siendo positiva. Está impulsando herramientas para aumentar la resistencia a la sequía y fomentar la conservación y la eficiencia del agua.
Sheinbaum, la presidenta electa, se ha comprometido a dar prioridad a las cuestiones relacionadas con el agua. Pero Estados Unidos también podría tener un nuevo presidente cuando termine el actual ciclo quinquenal en 2025, lo que podría complicar aún más las relaciones.
En última instancia, es necesario reconocer que los acuerdos sobre el reparto del agua deben adaptarse a un clima cambiante, afirmó Rueda.
En lugar de ver el agua como un juego de suma cero, en el que la ganancia de una parte depende de la pérdida de la otra, ambas partes deberían darse cuenta de que están «sufriendo lo mismo a causa del cambio climático», afirmó.
«Entonces empiezas a eliminar ese juego de suma cero, empiezas a decir que ambos estamos perdiendo esencialmente. En realidad, nadie está ganando».
¿Por qué México tiene una deuda de agua con Estados Unidos?
Cada año México está obligado a pagar una deuda de agua a Estados Unidos de acuerdo a un tratado firmado hace casi 80 años. En épocas de sequía este compromiso causa conflictos sociales del lado mexicano que muchas veces se salen de las manos.
El origen de esta deuda es un tratado firmado en 1944 entre México y Estados Unidos. El acuerdo especifica cómo los dos países deben repartirse el agua de los ríos Bravo y Colorado, que delimitan sus fronteras y de los cuales, ambos lados se abastecen.
Anualmente, el gobierno de México tiene un periodo de 30 días para entregar a la Unión Americana la parte que le corresponde. Para cumplir con el compromiso, debe utilizar lo que se acumula en la presa la Boquilla, en el estado de Chihuahua.
Sin embargo, cada año hay fuertes resistencias sociales por parte de los campesinos que se niegan porque afirman que se quedan sin el vital líquido para sus sembradíos.
A veces los conflictos escalan a sucesos violentos contra elementos de la Guardia Nacional por el control de la presa, como sucedió en el 2022, cuando una fuerte sequía azotó el país.
El gobierno mexicano actual está buscando renegociar el tratado para cumplir con su compromiso evitando los confilctos sociales con los campesinos fronterizos.
Políticos mexicanos aseguran que el tratado en cuestión es la base del problema y anunciaron que acudirán a tribunales internacionales para una revisión del mismo
El contenido del tratado
El tratado de la distribución de las aguas internacionales firmado por ambos paísesen 1944 tiene antecedentes en otro acuerdo que se firmó un siglo antes.
El Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo, conocido históricamente como Tratado de Guadalupe Hidalgo fue firmado en 1848 al final de la guerra por la disputa de Texas y en la que México perdió más de la mitad de su territorio.
- La nueva conformación geográfica de la frontera hizo que fuera del río necesario un plan de distribución entre ambos países. Después de años de negociación se firmó en Washington el tratado que aún está vigente en la actualidad.
- Según lo negociado, México se queda con dos tercios de la corriente principal del Bravo y cede a su vecino el resto del caudal, que no podrá ser menor de 432 millones de metros cúbicos anuales.
En compensación, Estados Unidos cede a México cada año 1,850 metros cúbicos del Río Colorado, que en su mayoría se encuentra en suelo estadounidense pero que también pasa por la frontera entre ambos países hasta desembocar en el golfo de California, entre los estados mexicanos de Baja California y Sonora.
CILA, la encargada de dirimir conflictos
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional, es quien se encarga de resolver las posibles diferencias que se agudizan cuando hay periodos extenso de sequía, lo que hace difícil cumplir los compromisos.
- Mundo Roberto Velasco, director general para América del Norte del gobierno mexicano menciona lo complicado que significa cumplir con los compromisos adquiridos hace 80 años.
- Es un tratado que no fue nada fácil de negociar y en el que se tuvieron que hacer muchísimas proyecciones de ingeniería porque define los límites entre los dos países y esta distribución de las aguas
De esta manera, mientras no se modifique el tratado original, México estará siempre como una deuda de agua con Estados Unidos./Agencias-PUNTOporPUNTO