La regionalización del suministro de energía es una estrategia que algunos países están usando para aumentar su producción local a través de fuentes renovables, pero México está dejando escapar esa oportunidad.
- Se trata de una transición que implica superar la dependencia a los hidrocarburos y alcanzar los objetivos de disminución de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) planteados en el Acuerdo de París, señala el informe “La transición hacia un modelo regional, cercano y ‘verde’”, de la consultoría Deloitte.
“Es un hecho que la industria energética actual enfrenta un contexto con múltiples riesgos y desafíos causados por una dependencia internacional al uso de los combustibles fósiles”, se establece.
“Ante esta situación surge un nuevo camino que puede modificar el rumbo: el nearshoring o relocalización cercana del suministro de energía, y la regionalización, impulsando el uso de energías renovables”, se destaca en el documento.
- Sin embargo, México necesita invertir más en energías renovables para tener una matriz diversificada que además pueda hacer que dependa menos del gas natural, expuso Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Es necesario volver a las subastas de largo plazo, dijo, darle impulso a los certificados de energías limpias. “Y como ahorita no hay temporadas abiertas (subastas) y no se están dando los permisos para poder construir más centrales de generación renovable, sí estamos perdiendo ese potencial porque finalmente el viento corre y el sol ilumina, da calor y nosotros no estamos aprovechando eso para generar electricidad”, explicó.
Apostando por el combustible fósil
Lejos del planteamiento hecho por México en Glasgow, Escocia, donde el gobierno mexicano llamó a una “acción climática inclusiva y justa”, aplicando una perspectiva de derechos humanos, igualdad de género e inclusión a los pueblos indígenas, ha emprendido megaproyectos sin permisos ambientales, con afectaciones a los ecosistemas y que han ignorado las protestas de comunidades involucradas.
- Además de reafirmar los mismos compromisos planteados desde 2015, el gobierno de México ha hecho poco por reducir el uso de combustóleo en la generación de electricidad, incluso lo ha fortalecido con la creación de una nueva refinería, el subsidio a los combustibles fósiles y el intento de reformas que benefician este modelo energético.
El gobierno mexicano impulsó cambios a la Ley de la Industria Eléctrica, que dan prioridad a las plantas de combustibles fósiles de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y utilizando solo plantas hidroeléctricas como alternativa de “energía limpia”.
- También construye la refinería en Dos Bocas, una de las megaobras prioritarias del gobierno, bajo el argumento de reforzar la “seguridad energética”, con el objetivo de incrementar la producción de gasolina y diésel y reducir su importación.
- En cuanto a la construcción del Tren Maya, otra de las megaobras prioritarias en el sureste del país, el gobierno entró en una compleja batalla legal con habitantes, académicos y ambientalistas, por el avance de obras sin contar con los permisos ambientales requeridos por la ley.
El gobierno ha señalado que la mayoría de las poblaciones indígenas implicadas en el proyecto está de acuerdo con la obra, sin haber realizado el proceso de consulta indígena con todas las comunidades. Además, se expropió una superficie de 1 millón 093 mil 118 metros cuadrados para la construcción del Tramo 5 del tren.
De hecho, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho pública su intención de desaparecer al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), al señalar que sus funciones puede adoptarlas la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y que se trata de un tema donde “hay mucha hipocresía”.
Registran gran fuga de metano
Varios satélites registraron otra gran fuga de metano en una plataforma marina de la mexicana Pemex en agosto, según datos exclusivos compartidos con Reuters, incluso cuando aumenta la presión sobre la petrolera para que reduzca estas emisiones.
- Tres satélites captaron imágenes de penachos de metano en los campos Ku-Maloob-Zaap en el Golfo de México durante seis días entre el 5 y 29 de agosto, dijo Itziar Irakulis-Loitxate, científica de la Universidad Politécnica de Valencia (España).
Durante estos días se liberaron a la atmósfera unas 44,064 toneladas de metano desde Zaap en otra «ultraemisión», estimó la experta, equivalente a 3.7 millones de toneladas de CO2. Reuters no pudo determinar la causa de la fuga, pero los especialistas han expresado su preocupación por la infraestructura.
- Un artículo de investigación revisado por pares en junio, en el que Irakulis-Loitxate fue la autora principal, reveló una fuga masiva de metano en diciembre en el mismo activo petrolero, el más grande de México por volumen de producción.
- El trabajo es parte de un estudio más amplio financiado por la Agencia Espacial Europea para detectar y cuantificar desde el espacio las emisiones humanas.
- Pemex y la Secretaría de Energía no respondieron a las reiteradas solicitudes de comentarios de Reuters. El gobierno mexicano está bajo presión para limpiar las operaciones de Pemex, que batalla con una infraestructura envejecida.
La senadora opositora Xóchitl Gálvez, con quien Reuters compartió los hallazgos, dijo que presentaría una queja ante un organismo de control del gobierno y los reguladores ambientales sobre el tema, como ya hizo luego de la historia de Reuters en junio sobre la fuga de metano anterior.
«Es realmente alarmante lo que está pasando», dijo. «Deberían quitar a Pemex el derecho de operar este campo petrolero», reclamó.
- El gas natural que llega a la superficie como un subproducto de la exploración y producción de petróleo se quema de forma rutinaria para reducir el impacto nocivo del metano en el medio ambiente, pero la liberación directa de metano en esta escala es inusual y ambientalmente catastrófica, señalaron los expertos.
La liberación de gas natural directamente a la atmósfera es ilegal según las leyes mexicanas, sólo está permitido cuando se hace por razones de seguridad. Irakulis-Loitxate detalló que Pemex había estado soltando «grandes cantidades de metano».
«En diciembre, la combustión se apagó y estuvieron ventilando gas casi constantemente durante 17 días», explicó. «Esta vez, sin embargo, han estado ventilando y quemando gas intermitentemente durante todo el mes», añadió. La científica dijo que los datos no establecen si se ha solucionado.
- Durante los períodos de venteo de gas, un cuarto satélite que detecta la radiación del fuego con datos diarios y ayuda a complementar la información no detectó la radiación que habrían emitido las antorchas, indicó, confirmando que la llamarada se había apagado.
- Pemex no ha hablado públicamente sobre los hallazgos pero dos fuentes familiarizadas con las operaciones confirmaron a Reuters que la plataforma estaba teniendo problemas.
La proporción de gas natural que sale a la superficie como subproducto aumenta a medida que se agotan los campos más antiguos, como los del Golfo de México. Según los geólogos de yacimientos de petróleo, esto plantea desafíos operativos y, como resultado, se desperdicia más gas natural.
Un camino difícil
En 2020 México exhaló más de un millón de toneladas de metano, según el Monitoreo de Metano de la Agencia Internacional de Energía, organismo internacional que asesora a los gobiernos en cuestiones energéticas. Esto posiciona al país dentro de los emisores de metano más grandes del mundo. Pero a pesar de los compromisos internacionales asumidos, México enfrenta obstáculos para cumplir esas metas a 2030.
Anaid Velasco, coordinadora de investigación de la ONG Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), explica que existen varias formas para reducir las emisiones: por vías tecnológicas, instrumentos jurídicos y normas. Pero para esto, se necesita superar las limitaciones actuales: el retraso de la aplicación de las reglas y el énfasis en el sector hidrocarburos. Además, las formas de medir y calcular las emisiones de metano actualmente se consideran inadecuadas.
- En Estados Unidos, el plan de acción sobre el metano de la Casa Blanca, publicado en noviembre, incluye incentivos financieros para que los emisores reparen las fugas de metano. En México no existen estos incentivos y la situación parece ser peor que la que indican las mediciones oficiales.
A partir de captaciones satelitales y aéreas durante 2018 y 2019, un equipo de la agencia no gubernamental con sede en Nueva York, el Fondo para la Defensa del Ambiente (EDF, en inglés) concluyó que es probable que la producción de petróleo y gas en el país emita más metano de lo que informa de manera oficial, lo que pone de manifiesto que estos inventarios se basan en cálculos genéricos no localizados para México.
La EDF también descubrió que este país latinoamericano lanza 4,7% del gas que produce a la atmósfera, tasa superior a la de Estados Unidos de 2,3% y una vez descrita como «alarmante» por un científico que participó en el estudio.
- Pero las promesas de reducción de alto nivel han llegado, aunque no las acciones necesarias. Desde 2015, México, uno de los 15 mayores productores de petróleo y gas en el mundo, se comprometió a reducir los niveles de metano, sin éxito. Primero, asumió la baja de 25% de ese gas en 2030 en fugas, venteo y quema, frente a las emisiones de 2013, en la contribución determinada a nivel nacional (NDC, en inglés), las metas climáticas voluntarias para cumplir con el Acuerdo de París.
Luego, acordó en 2016 con Canadá y Estados Unidos el acotamiento del CH4 de hidrocarburos en un rango de 40-45% para 2025, en comparación con las mediciones de 2012. En Estados Unidos ese plan quedó detenido por la llegada de Donald Trump a la presidencia en 2017 y México hizo poco para mitigar esa contaminación. Trump revirtió varias políticas ambientales vigentes, entre ellas la regulación del metano, mientras México sólo diseñó la normativa.
- En noviembre del año pasado, los presidentes de los tres países revivieron ese pacto durante la Cumbre de Líderes de América del Norte y por el cual se comprometieron a reducir la contaminación de todos los sectores, especialmente de gas y petróleo.
Ese arreglo se expandió durante la cumbre climática COP26 de Glasgow de noviembre pasado, cuando se lanzó el Compromiso de Metano, para decrecer esas emanaciones en 30% en 2030, en comparación con 2020. Pero los avances hacia estos compromisos se han visto frenados./PUNTOporPUNTO