Las enfermedades no transmisibles aumentan de manera constante y son responsables de casi tres cuartas partes de las muertes anuales a nivel global, sin indicadores claros de que la tendencia vaya a revertirse pronto a menos que se realicen inversiones sustanciales y se tomen medidas eficaces e inmediatas, alertó este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- La agencia abundó que, de mantenerse al mismo ritmo, las enfermedades crónicas serán una amenaza cada vez mayor para las generaciones futuras y estimó que, de no cambiar la trayectoria que llevan, provocarían el 86% de las muertes anuales para mediados de siglo.
En su informe anual de Estadísticas Mundiales de Salud, la OMS ofrece un panorama general de los principales problemas de sanidad y urge a actuar para desempantanar el avance hacia Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Impacto del cambio climático
- Además de los padecimientos no transmisibles, el estudio destaca el impacto que el clima tiene en la salud de las personas, especialmente las más pobres y vulnerables.
- El cambio climático continúa degradando a un ritmo acelerado el medio ambiente y la salud física y mental, lo que plantea enormes riesgos para todos, advierte.
Elaborado con datos hasta 2022, el documento dice que, a pesar de que ha disminuido la exposición a muchos riesgos para la salud -como el consumo de tabaco o alcohol, la violencia, el agua insalubre y el saneamiento deficiente-, los avances han sido inadecuados y otros riesgos, como la contaminación atmosférica, siguen presentes en la vida de las personas.
Retrocesos debidos a la pandemia
En un apartado dedicado a la pandemia de COVID-19, la OMS señala el gran retroceso que supuso en la carrera hacia las metas de desarrollo, calculando en 336,8 millones los años de vida perdidos, un promedio de 22 años por cada una de las 14,9 millones de muertes adicionales.
- Detalla que la pandemia frenó el progreso de muchos indicadores de salud y agudizó las desigualdades en el acceso a una atención médica de calidad, la vacunación sistemática y la protección financiera para los gastos de salud.
Como resultado de ello, continua el informe, se registró una interrupción de servicios de salud primaria a nivel global, se invirtieron las tendencias positivas del combate a enfermedades como la tuberculosis y disminuyó el número de personas que recibieron tratamiento para enfermedades tropicales desatendidas.
- La pandemia también dejó al descubierto y profundizó las inequidades enormes que existen tanto entre los países como dentro de ellos, que incluyeron la desigualdad en el acceso a las vacunas contra el COVID-19.
- Las poblaciones con niveles educativos más bajos residentes en países de renta baja y media tuvieron un acceso más limitado y tardío a la inmunización, y aún hoy continúa siendo menos probable que hayan recibido la vacuna.
“La pandemia de COVID-19 es un claro recordatorio de que las enfermedades infecciosas pueden surgir o resurgir para causar daño a todos”, subrayó la OMS.
Añadió que los padecimientos infecciosos que antes estaban bajo control pueden surgir como resultado de la resistencia a los antimicrobianos.
- Recalcó la alarmante incidencia de obesidad, un problema de salud pública que crece rápidamente sin señales de pueda desacelerarse en el futuro inmediato y que conlleva el incremento de otras enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.
Lejos de la cobertura sanitaria universal
Con respecto al avance hacia la cobertura sanitaria universal, la OMS reportó que se ha ralentizado en comparación con los pasos logrados hasta antes de 2015, al margen de que siguen vigentes las dificultades financieras debidas a los costos de la atención médica.
El informe, una revisión anual del estado de la sanidad mundial, concluye pidiendo un aumento sustantivo en las inversiones en salud y en los sistemas sanitarios “a fin de volver a la senda que permita alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Amenazan con aumentar enfermedades infecciosas en el mundo
Un problema de salud pública sobre el que la Organización Mundial de la Salud ya se ha pronunciado en diversas ocasiones. Así, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) presentó, el año pasado, el libro Las enfermedades infecciosas en 2050, en el que plantean un más que posible horizonte sanitario.
- Es innegable que este tipo de afectaciones han sido una de las principales causas de morbimortalidad en toda la especie humana. Aunque exista la falsa percepción de que ya no suponen un problema, siguen estando presentes.
- «Esta cíclica falsa sensación de seguridad respecto a las enfermedades infecciosas y sus consecuencias se agrava con la pérdida de interés y atención de las autoridades sanitarias», indica el documento de la Seimc.
¿Qué es lo que más preocupa a la comunidad científica?
El doctor José Miguel Cisneros, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío, investigador responsable del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) y miembro de la Seimc, da una visión general.
- Más allá de la gripe, «destacamos los virus emergentes, que con el cambio climático, pueden afectar a nuevos lugares», detalla. Ejemplo de ello son los virus hemorrágicos, «como el del ébola, el caso más reciente del virus de Marburgo o el brote de meningoencefalitis que hubo en el 2020, en Sevilla, a causa del virus del Nilo», indica.
No solo esto, sino que tampoco se descarta la aparición de virus zoonóticos, a semejanza de lo que ha ocurrido con el SARS-Cov-2:
- «En el reino animal hay miles de virus desconocidos, y existe el riesgo de que se produzca saltos entre especies y que, al final, el virus en cuestión se adapte al humano, provoque infecciones y tenga capacidad de transmisión entre personas», precisa. Si esto sucediese, el riesgo de pandemia sería «muy alto».
Los virus no son los únicos protagonistas. En el terreno bacteriano, lo que más preocupa a la Seimc son las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos. «Son una amenaza que en la actualidad ya es real», apunta el doctor Cisneros, que añade:
- «Hay estimaciones que indican que será la primera causa en el mundo por enfermedad». Un contratiempo que si no se le pone solución irá a peor: «El número de antibióticos nuevos que se desarrollan es infinitamente menor que el número de resistencia que las bacterias adquieren», señala.
Se habla de un cierto desgaste en materia de solución a este tipo de problemas con un origen multifactorial. «Se sabe que el cambio climático o el estilo de vida que llevamos puede afectar», precisa la doctora María Tomás, miembro de la Seimc y microbióloga en el Complexo Hospital Universitario de A Coruña (Chuac), que reconoce grandes avances en los métodos de vigilancia.
«Detectamos mejor este tipo de infecciones y estamos más alerta por si se volviese a producir una nueva pandemia», indica. Esto es, precisamente, lo que hace que las autoridades sanitarias piensen más en los años venideros.
- Las futuras pandemias se consideran una amenaza real, especialmente en las que el protagonista sea el virus de la gripe A. Así, la variabilidad genética de este, la falta de predicción de los cambios genéticos y la existencia de reservorios animales se configuran como hipótesis de apoyo a este problema. Es más, las infecciones respiratorias agudas siguen siendo las más frecuentes en todos los grupos de edad a nivel mundial.
- Si bien es cierto que la enfermedad suele ser más habitual en las vías respiratorias superiores, esta puede progresar hacia el tracto respiratorio inferior, como ocurre con la bronquitis o neumonía, y revertir una mayor gravedad. «El virus de la gripe A ya ha ocasionado cuatro pandemias y la quinta es una posibilidad debido a estos antecedentes», explica el doctor José Miguel Cisneros.
Tanto este patógeno, como otros causantes de infecciones respiratorias, por ejemplo el rinovirus, «están en constante evolución, lo que afecta a aspectos como la capacidad de transmisión, la evasión a la respuesta inmune o la resistencia a fármacos antivirales», detalla el libro de la SEIMC.
Precisamente, la gripe aviar preocupa porque se ha observado un salto a mamíferos: «Primero comenzó en aves de granja, luego pasó a las silvestres y ahora está en mamíferos. Se debe vigilar que no llegue a los cerdos porque si lo hace, hay más probabilidad de que se transmita a los humanos», cuenta la doctora Tomás. Eso sí, deja claro que no hay que caer en alarmismos.
- Sin mejoras en el VIH: Se estima que la infección por el VIH seguirá preocupando en 30 años. Pese a verse como algo ya superado, en la actualidad sigue suponiendo un problema sanitario de enorme importancia. No solo afecta a más de 150.000 personas en España, un dato que sigue creciendo, sino que se transmite a un grupo de población con mucho peso, pues son pacientes muy jóvenes que previamente estaban sanos, y además, en los de mayor edad, acelera el proceso de envejecimiento prematuro y la probabilidad de padecer otras alteraciones cardiovasculares o tumorales.
A su vez, el perfil epidémico es cambiante. «En la actualidad, se asocia con un fuerte incremento en las infecciones de transmisión sexual así como el consumo de drogas recreativas», algo que solo contribuye a plantear nuevos desafíos.
La doctora María Tomás reconoce que ya no es el problema que era, pero se muestra preocupada por el perfil de paciente: «Supone que la persona tenga que tomar un tratamiento de por vida y esto ya supone un cambio en su día a día», precisa la experta. Algo que, por el momento, no variará.
La Seimc señala que la carencia de un abordaje global de esta pandemia, la falta de inversión en la curación y desarrollo de vacunas, y las insuficientes medidas de prevención alejan el objetivo de erradicarla en 30 años. Para la sociedad médica, la situación de endemicidad se prolongará en el tiempo.
- Incremento de las infecciones de transmisión sexual: En relación a lo anterior, las infecciones de transmisión sexual (ITS) son otra de las grandes preocupaciones. Según la OMS, cada día más de un millón de personas contraen una infección de este tipo, una cifra que no ha parado de incrementarse en los últimos años.
«Hay más de 30 agentes causales diferentes entre bacterias, virus y parásitos. Ochos son los responsables de las ITS con mayor incidencia; cuatro bacterianas curables (sífilis, gonococia, clamidiasis y tricomoniasis) y cuatro virales sin solución (hepatitis B -VHB-, virus herpes simple -VHS-, virus de la inmunodeficiencia humana -VIH-, y virus del papiloma humano -VPH-)», indica el libro.
La entidad apunta que, de mantenerse las tendencias sociales, demográficas y migratorias de la actualidad, la población expuesta a la ITS seguirá creciendo. «Es un problema enorme puesto que se han incrementado en un 300 %», aclara la doctora Tomás.
- La principal razón que lo explica es la carencia de miedo a la ITS, y por lo tanto, consciencia del peligro. «Las infecciones de transmisión sexual se han vuelto crónicas, con un tratamiento la gente tiene una vida normal, y por eso se han relajado a la hora de tomar precauciones», lamenta la experta.
- Para el doctor Cisneros, un caso que ejemplifica bien la situación es el reciente brote de Viruela del Mono. «Ilustró bien el efecto de los cambios culturales, de las relaciones que, unidos a la globalización, hace que la posibilidad de transmisión se vaya incrementado», detalla el experto.
Las infecciones de este tipo no son inocuas, sino que van más allá de una molestia local. «Es causa de infertilidad en la mujer, de cáncer cérvix o de ano, o de tumores como el hepatocarcinoma con la transmisión del virus de la hepatitis», lamenta el doctor Cisneros.
- Hepatitis, mejoras según el tipo: La hepatitis todavía ocupó titulares en el 2022, con el brote en población infantil de varios países, entre los que figuraba España. «Se asoció a un tipo de adenovirus y se debió a que, probablemente, estos niños no pudieron desarrollar inmunidad después de la pandemia debido a las medidas preventivas, lo que empeoró su pronóstico», indica la doctora Tomás.
Esta enfermedad infecciosa trae tanto buenas como malas noticias. En el lado positivo, «para el 2050 será posible, si lo hacemos bien, erradicar en el mundo las infecciones por el virus de la hepatitis B, que ha sido la principal causa de hepatitis hasta la vacuna, el virus C, gracias a los nuevos antivirales, y el virus A de la hepatitis», expone el doctor Cisneros.
Sin embargo, el aspecto negativo viene de la mano del tipo E y de las hepatitis por virus emergentes, «ante el aumento de casos en humanos causados por virus que tradicionalmente estaban en animales», explica.
OMS pone en marcha una red mundial para detectar y prevenir infecciones
La OMS y sus asociados están poniendo en marcha una red mundial para ayudar a proteger a la población frente a las amenazas de las enfermedades infecciosas aprovechando las posibilidades que ofrece la genómica de los patógenos.
- La Red Internacional de Vigilancia de Patógenos (IPSN) ofrecerá una plataforma para conectar a los países y regiones, mejorar los sistemas de recopilación y análisis de muestras, utilizar los datos resultantes para impulsar la toma de decisiones sobre salud pública y ampliar el alcance de esa información.
- La genómica de los patógenos permite analizar el código genético de virus, bacterias y otros organismos causantes de enfermedades para saber hasta qué punto son infecciosos, en qué medida son mortales y cuánto se propagan.
- Esta información puede ser utilizada por los científicos y los responsables de la salud pública dentro de un sistema más amplio de vigilancia de la morbilidad para identificar y rastrear enfermedades a fin de prevenir y responder a brotes, así como para desarrollar tratamientos y vacunas.
La IPSN, cuya secretaría es acogida por el Centro de Información de la OMS sobre Pandemias y Epidemias, reúne a expertos de todo el mundo que trabajan en la vanguardia de la genómica y el análisis de datos, y que proceden del ámbito gubernamental, fundaciones filantrópicas, organizaciones multilaterales, la sociedad civil, el mundo académico y el sector privado. Todos comparten un objetivo común: detectar y responder a las amenazas que plantean las enfermedades antes de que se conviertan en epidemias y pandemias, y optimizar la vigilancia sistemática de la morbilidad.
«Esta nueva red tiene un objetivo ambicioso, pero también puede desempeñar un papel vital en la seguridad sanitaria, como es el de poner al alcance de todos los países la secuenciación y el análisis genómicos de patógenos para que los integren en su sistema de salud pública», afirmó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
«Como quedó tan claramente demostrado durante la pandemia de COVID-19, el mundo es más fuerte cuando permanece unido en la lucha contra las amenazas de salud comunes.»
- La COVID‑19 puso de relieve el papel fundamental que desempeña la genómica de los patógenos en la respuesta a las amenazas de pandemia. Si no se hubiera obtenido rápidamente la secuenciación del genoma del SARS-COV-2.
- Las vacunas no habrían sido tan eficaces ni habrían estado disponibles con tanta celeridad. Tampoco se habrían identificado con tanta rapidez las nuevas variantes del virus que resultaron aún más transmisibles.
La genómica es un elemento fundamental para lograr la eficacia de la preparación y respuesta frente a las epidemias y pandemias, además de un componente de la vigilancia en curso de una amplia variedad de enfermedades, desde las de transmisión alimentaria y la gripe hasta la tuberculosis y el VIH. Su uso en la vigilancia de la propagación de la farmacorresistencia del VIH, por ejemplo, ha dado lugar a regímenes antirretrovíricos que han salvado innumerables vidas.
«La colaboración de alcance global en la vigilancia genómica de los patógenos ha sido decisiva en la lucha conjunta de todo el mundo contra la COVID‑19,» declaró el Dr. Rajiv J. Shah, Presidente de la Fundación Rockefeller.
- «A partir de esta experiencia, la IPSN crea una plataforma sólida con el objeto de que los asociados de todos los sectores y países compartan conocimientos, herramientas y prácticas a fin de garantizar el carácter innovador y la solidez de la prevención y la respuesta frente a las pandemias en el futuro».
- A pesar de que recientemente los países han incrementado la capacidad genómica a consecuencia de la pandemia de COVID‑19, muchos carecen todavía de sistemas eficaces para recopilar y analizar muestras, o para utilizar los datos resultantes para orientar las decisiones sobre salud pública.
El intercambio de datos, las prácticas y las innovaciones son insuficientes para construir una arquitectura sólida de vigilancia de la salud a nivel mundial. Los mismos presupuestos que se incrementaron drásticamente durante la pandemia, permitiendo con ello el desarrollo rápido de capacidades, ahora se están recortando, incluso en los países más ricos.
- «La Argentina está profundamente comprometida con el desarrollo de su propia capacidad, y la de otros países, en materia de genómica de patógenos», afirmó la Dra. Josefina Campos, Directora del Centro Nacional de Genómica y Bioinformática de la ANLIS Malbrán (Argentina).
- «Las enfermedades no respetan fronteras: la amenaza de enfermedad que afecta a un país también afecta a otros. Esperamos con gran interés poder colaborar con los miembros de la IPSN a fin de lograr nuestro objetivo común de prevenir enfermedades y salvar vidas».
- La IPSN abordará estos retos a través de una red mundial que conectará zonas geográficas y redes orientadas a enfermedades específicas con el objeto de construir un sistema de colaboración capaz de mejorar la detección, prevención y respuesta frente a las amenazas de enfermedades.
Los miembros trabajarán juntos en grupos especializados centrándose en abordar retos específicos, y contarán con el apoyo financiero de la IPSN para ampliar la escala de las ideas y proyectos sobre genómica de patógenos.
Conectando a los países, las regiones y las partes interesadas en general, la IPSN ayudará a aumentar las capacidades críticas, amplificar la voz de las regiones y países, y fortalecer sus prioridades./Agencias-PUNTOporPUNTO