De acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), la energía representa más de dos tercios de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que causan el cambio climático.
Esto significa que la energía debe estar en el foco principal de cualquier solución y no tenemos tiempo que perder. El último reporte del IPCC sobre cambio climático de 2022 nos indica que las emisiones globales deben reducirse a cero neto (Net Zero) en las próximas décadas para evitar un aumento peligroso en las temperaturas globales. Caso contrario, las pérdidas económicas serán cuantiosas, con impactos especialmente importantes en países en vías de desarrollo, como México.
- La recuperación económica que siguió a la crisis financiera de 2008 trajo consigo el mayor aumento de emisiones de la historia. El mundo no puede darse el lujo de repetir ese error en el contexto de la escasez de combustibles fósiles que nos representa la Guerra en Ucrania. Requerimos una aceleración drástica en las transiciones hacia energías más limpias y sostenibles que ya están en marcha en muchos países e industrias. El índice Climatescope, elaborado por BloombergNEF, señala que la nueva generación renovable en todo el mundo ya supera la nueva capacidad instalada fósil. Sin embargo, países como México poseen un potencial solar y eólico inmenso que está subexplotado y podrán generar nuevas empresas y miles de nuevos empleos verdes y bien remunerados.
La buena noticia es que ya contamos con tecnologías muy asequibles y confiables para comenzar el camino hacia cero neto, como la energía solar y eólica. Las energías limpias que tenemos a nuestra disposición en este momento pueden generar las disminuciones de emisiones de energía que necesitamos en el largo plazo.
Por otro lado, vemos como varios países están tomando disposiciones para limitar el ingreso de productos con alto contenido de carbono en sus mercados, como la Unión Europea, por lo que las energías limpias no sólo son un buen negocio, son una necesidad para fortalecer nuestra competitividad, junto con vehículos y edificios más eficientes, redes eléctricas inteligentes y la introducción del hidrógeno verde.
- Descarbonizar nuestras economías significa abordar sectores donde las emisiones son especialmente difíciles de reducir, como el transporte marítimo, el transporte de mercancías, la aviación comercial, las industrias pesadas como el acero, el cemento y los productos químicos, y la agricultura. Es importante señalar que esto requerirá también del rápido desarrollo de instrumentos inteligentes, como el sistema de comercio de emisiones de México, que este año entrará en su fase completamente operativa y es administrado por la Semarnat.
El desafío del cero neto exige un cambio radical en la innovación tecnológica en energía, como mejorar la eficiencia energética, hacer que la electricidad baja en carbono sea la principal fuente para calentar propulsar vehículos, capturar, almacenar y reutilizar el dióxido de carbono antes de que vuelva a la atmósfera./Agencias-PUNTOporPUNTO