A medida que el planeta se prepara para la transición de El Niño a La Niña, la perspectiva climática sigue siendo incierta, especialmente para las regiones vulnerables a eventos climáticos extremos. La Niña, la fase opuesta del patrón climático recurrente, está próxima, y sus implicaciones son profundas, especialmente para aquellos que residen a lo largo de las costas del Atlántico y del Golfo de los Estados Unidos.
- Pedro DiNezio, un científico de la atmósfera y el océano en la Universidad de Colorado, arroja luz sobre el cambio inminente y sus posibles ramificaciones. La Niña se manifiesta cuando las temperaturas en el océano Pacífico oriental descienden, preparando el escenario para trastornos atmosféricos con consecuencias de largo alcance.
Este fenómeno climático, caracterizado por patrones de circulación atmosférica intensificados como la Circulación de Walker y alteraciones en la trayectoria de la corriente en chorro, ejerce una influencia significativa en los sistemas climáticos globales. Durante La Niña, emergen condiciones más tormentosas en ciertas regiones mientras que otras lidian con una aridez intensificada, estableciendo el escenario para una interacción compleja de extremos climáticos.
La Niña y sus consecuencias climáticas: lo que debes saber
De particular preocupación es el impacto de La Niña en la actividad de huracanes en la cuenca del Atlántico. Con la disminución del cizallamiento del viento, los huracanes tienen un entorno propicio para su formación e intensificación, lo que representa amenazas inminentes para las comunidades costeras que ya están sufriendo las consecuencias de temporadas de tormentas anteriores.
- Además, las repercusiones se extienden más allá del ámbito de los ciclones tropicales. La influencia de La Niña en los patrones de precipitación puede exacerbar las condiciones de sequía en el suroeste de Estados Unidos, lo que potencialmente lleva a escasez de agua y aumenta los riesgos de incendios forestales.
- En el hemisferio sur, se desarrolla un conjunto contrastante de anomalías climáticas, con regiones como Chile y Argentina enfrentando condiciones de sequía mientras que otras, como el Amazonas y partes de Australia, luchan contra el exceso de lluvias e inundaciones.
Complicando estos desafíos está la superposición del calentamiento global, que amplifica la intensidad y la frecuencia de eventos climáticos extremos. Si bien La Niña puede mitigar temporalmente el aumento de las temperaturas, el avance inexorable del cambio climático subraya la necesidad urgente de tomar medidas concertadas para mitigar sus impactos.
A medida que el mundo se prepara para el inicio de La Niña y sus efectos cascada, la vigilancia, la preparación y las medidas proactivas son imperativas para proteger a las comunidades vulnerables y mitigar la amenaza inminente de desastres inducidos por el clima.
¿Qué es La Niña?
La Niña y El Niño son los dos extremos de un patrón climático recurrente que puede afectar el clima en todo el mundo.
Los meteorólogos saben que La Niña ha llegado cuando las temperaturas en el Océano Pacífico oriental a lo largo del ecuador al oeste de América del Sur se enfrían al menos medio grado Celsius (0,9 Fahrenheit) por debajo de lo normal. Durante El Niño, la misma región se calienta.
Esas fluctuaciones de temperatura pueden parecer pequeñas, pero pueden afectar la atmósfera de maneras que se propagan por todo el planeta.
- Los trópicos tienen un patrón de circulación atmosférica llamado Circulación de Walker, nombrado así en honor a Sir Gilbert Walker, un físico inglés de principios del siglo XX. La Circulación de Walker son básicamente bucles gigantes de aire que suben y bajan en diferentes partes de los trópicos.
- Normalmente, el aire se eleva sobre el Amazonas e Indonesia porque la humedad de los bosques tropicales hace que el aire sea más flotante allí, y desciende en África Oriental y el Pacífico oriental. Durante La Niña, esos bucles se intensifican, generando condiciones más tormentosas en los lugares donde suben y condiciones más secas donde descienden. Durante El Niño, el calor del océano en el Pacífico oriental cambia esos bucles, por lo que el Pacífico oriental se vuelve más tormentoso.
El Niño y La Niña también afectan la corriente en chorro, una fuerte corriente de aire que sopla de oeste a este a través de Estados Unidos y otras regiones de latitudes medias.
- Durante El Niño, la corriente en chorro tiende a empujar las tormentas hacia los subtrópicos, haciendo que estas áreas típicamente secas sean más húmedas. Por el contrario, las regiones de latitudes medias que normalmente sufrirían tormentas se vuelven más secas porque las tormentas se alejan.
Este año, los meteorólogos esperan una rápida transición a La Niña, probablemente a finales del verano. Después de un fuerte El Niño, como el que vivió el mundo a finales de 2023 y principios de 2024, las condiciones tienden a cambiar con bastante rapidez hacia La Niña. Cuánto tiempo durará es una pregunta abierta. Este ciclo tiende a oscilar de extremo a extremo cada tres a siete años en promedio, pero mientras El Niño tiende a ser de corta duración, La Niña puede durar dos años o más.
¿Cómo afecta La Niña a los huracanes?
Las temperaturas en el Pacífico tropical también controlan la cizalladura del viento en gran parte del Océano Atlántico.
- La cizalladura del viento es una diferencia en las velocidades del viento en diferentes alturas o direcciones. A los huracanes les resulta más difícil mantener la estructura de su columna durante una fuerte cizalladura del viento porque los vientos más fuertes en altura empujan la columna hacia afuera.
- La Niña produce menos cizalladura del viento, lo que elimina un freno a los huracanes. Esas no son buenas noticias para las personas que viven en regiones propensas a huracanes como Florida. En 2020, durante la última La Niña, el Atlántico registró un récord de 30 tormentas tropicales y 14 huracanes, y en 2021 hubo 21 tormentas tropicales y siete huracanes.
Los meteorólogos ya advierten que la temporada de tormentas del Atlántico de este año podría rivalizar con la de 2021, debido en gran parte a La Niña. El Atlántico tropical también ha sido excepcionalmente cálido, con temperaturas de la superficie del mar batiendo récords durante más de un año. Ese calor afecta la atmósfera, provocando más movimiento atmosférico sobre el Atlántico, alimentando huracanes.
¿Qué sucede en el hemisferio sur durante La Niña?
Los impactos de El Niño y La Niña son casi una imagen especular en el hemisferio sur.
- Chile y Argentina tienden a sufrir sequías durante La Niña, mientras que la misma fase provoca más lluvias en el Amazonas. Australia sufrió graves inundaciones durante la última La Niña, que también favorece el monzón indio, lo que significa precipitaciones superiores a la media. Sin embargo, los efectos no son inmediatos. En el sur de Asia, por ejemplo, los cambios tienden a aparecer unos meses después de la aparición oficial de La Niña.
La Niña es bastante mala para el este de África, donde las comunidades vulnerables ya se encuentran en una sequía de largo plazo.
¿Está el cambio climático afectando el impacto de La Niña?
El Niño y La Niña ahora se suman a los efectos del calentamiento global. Eso puede exacerbar las temperaturas, como vio el mundo en 2023, y las precipitaciones pueden desbordarse.
- Desde el verano de 2023, el mundo ha tenido 10 meses consecutivos de temperaturas globales récord. Gran parte de ese calor proviene de los océanos, que todavía se encuentran en temperaturas récord.
La Niña debería enfriar un poco las cosas, pero las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el calentamiento global siguen aumentando en el fondo. Entonces, si bien las fluctuaciones entre El Niño y La Niña pueden causar cambios de temperatura a corto plazo, la tendencia general es hacia un calentamiento del mundo.
5 ciclones podrían impactar en esta parte de México
El telón de la temporada de huracanes 2024 en el Pacífico está a punto de abrirse y las predicciones apuntan a que, al menos, 5 ciclones tropicales podrían dejar su paso por el país, según información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Durante los meses con niveles relativamente altos de actividad ciclónica en la zona, que suelen ser desde finales de junio hasta principios de octubre, la atención del país se centra en el cielo, vigilando los movimientos atmosféricos que podrían impactar nuestras costas.
- Con la llegada oficial de la temporada de ciclones tropicales, la Conagua y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) han anunciado su pronóstico de huracanes y tormentas con nombre para el 2024.
- Según este pronóstico, se estima la formación de entre 15 y 18 ciclones en el océano Pacífico y entre 20 y 23 en el Atlántico.
De acuerdo a información de Meteored , se estima que, de los ciclones tropicales que se formen en el escenario del Océano Pacífico, alrededor de 9 adquieran la fuerza suficiente para ser clasificados como tormentas tropicales con nombre.
Dentro de este grupo, entre 4 y 5 podrían evolucionar hasta convertirse en huracanes de categoría I y II, mientras que se prevé que entre 3 y 4 alcancen la categoría de huracanes mayores, alcanzando niveles de intensidad de categoría III, IV, V o incluso más. Según los pronósticos emitidos por la Conagua, se advierte que un total de 5 ciclones tropicales podrían impactar el oriente de la República Mexicana.
En tanto, en el océano Atlántico, se anticipa la formación de entre 11 y 12 tormentas tropicales . De estas, se estima que entre 5 y 6 podrían evolucionar hasta convertirse en huracanes de categoría 1 o 2.
Además, se prevé que entre 4 y 5 de estos huracanes alcancen niveles de intensidad de categoría 3, 4 o incluso 5, representando una amenaza significativa para las áreas potencialmente afectadas.
¿Qué estados tienen una mayor probabilidad de ser impactados por un huracán?
El SMN, encabezado por su coordinadora general Alejandra Margarita Méndez Girón, en colaboración con la Conagua y basándose en antecedentes históricos , ha determinado los porcentajes de probabilidad de los estados que podrían verse afectados por huracanes en la próxima temporada:
- Baja California Sur: 13.9%
- Sinaloa: 10.3%
- Quintana Roo: 10.3%
- Veracruz: 8.9%
- Tamaulipas: 8.4%
- Yucatán: 7.5%
- Campeche: 6.3%
- Sonora: 5.3%
- Oaxaca: 5%
- Jalisco: 3.8%
- Guerrero: 3.6%
- Michoacán: 3.4%
- Colima: 2.4%
- Baja California: 2.2%
- Chiapas: 2.2%
- Nayarit: 1.7%
- Tabasco: 1.7%
Este lunes, el organismo informó que la temporada de huracanes 2024 iniciará el próximo 15 de mayo.
En rueda de prensa, la Conagua expuso que este año el océano Atlántico será el que tendrá mayor actividad influenciado por el fenómeno de ‘La Niña’.
Se prevé que el Atlántico tenga hasta un 50% más de actividad de lo normal, con aproximadamente 14 sistemas.
Por su lado, en el Océano Pacífico se espera una temporada normal con alrededor de 15 ciclones.
Los ciclones que se avecinan
Los nombres de estos sistemas siguen un orden alfabético. En el Pacífico, el primer sistema que se desarrollaría se llamará Aletta, seguido por:
• Bud
• Carlotta
• Daniel
• Emilia
• Fabio
• Gilma
• Héctor
• Ileana
• John
• Kristy
• Lane
• Miriam
• Norman
• Olivia
• Paul
• Rosa
• Sergio
• Tara
• Vicente
• Willa
En el océano Atlántico se esperan 23 de estos fenómenos meteorológicos y la posibilidad de cinco huracanes de alto impacto y el primer sistema tendrá el nombre de Alberto.
“Por el lado del Atlántico, se esperan de 11 a 12 tormentas tropicales, 5 a 5 huracanes categoría I o II, y 4 a 5 huracanes categoría III, IV o V, lo que suma un total de 20 a 23 sistemas. El primer sistema que se espera se desarrolle en el Atlántico llevaría el nombre de Alberto.”
Además de Alberto, los nombres de los fenómenos meteorológicos en el Atlántico, serán:
• Beryl
• Chris
• Debby
• Ernesto
• Francine
• Gordon
• Helene
• Isaac
• Joyce
• Kirk
• Leslie
• Milton
• Nadine
• Oscar
• Patty
• Rafael
• Sara
• Tony
• Valerie
• William
El Centro Nacional de Huracanes es el responsable de nombrar a estos sistemas meteorológicos, puede saberse la intensidad con la rapidez en la que evolucionan y horas antes de su impacto e intensidad con la que tocarán tierra.
Prevén lluvias más intensas
La próxima temporada de lluvias se prevé más intensa este año, pues se esperan entre 35 y 41 ciclones tropicales en ambos litorales; es decir, hasta 12 fenómenos hidrometeorológicos más que el promedio, de los cuales, al menos cinco pueden impactar al país, previó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
- Al presentar ayer su pronóstico para la temporada de lluvias y ciclones tropicales 2024, que se inicia el 15 de mayo en el océano Pacífico y el 1 de junio en el Atlántico, las autoridades indicaron que en este último puede haber hasta 50 por ciento más fenómenos por arriba del promedio, que es de 14 sistemas, debido al sobrecalentamiento del mar en más de 1.5 grados Celsius en el Caribe; es decir, habría hasta 23 ciclones.
- En el caso del océano Pacífico, la estimación es que se ubiquen dentro del promedio, que son 15 sistemas, aunque pudieran ser hasta 10 por ciento más, con un pronóstico de hasta 18 ciclones.
La coordinadora general del SMN, Alejandra Margarita Méndez Girón, indicó que en el Pacífico se pronostican entre 15 y 18 ciclones tropicales con nombre, de los cuales entre ocho y nueve serían tormentas tropicales; de cuatro a cinco serían huracanes que alcanzarían categorías 1 o 2, y de tres a cuatro serían también huracanes de niveles entre 3 y 5.
Asimismo, en el Atlántico se pronostican de 20 a 23 sistemas, de los cuales entre 11 y 12 serían tormentas tropicales; de cinco a seis alcanzarían la fuerza de huracanes niveles 1 o 2, y de cuatro a cinco sistemas pueden ser huracanes categorías de 3 a 5.
En cuanto a los estados con mayor probabilidad de impacto ciclónico, Baja California Sur encabeza la lista con un 13 por ciento, seguido por Sinaloa y Quintana Roo, ambos con un 10.3 por ciento, y Veracruz con un 8.9 por ciento.
La funcionaria expuso que 2023 fue declarado por la Organización Meteorológica Mundial como el más seco y cálido en el planeta, y “se espera que este 2024 sea aún más cálido”.
“Las consecuencias del cambio climático en 2023 son evidentes, sobre todo en la intensificación de ciclones y tifones”, resaltó la especialista, y puso como ejemplo la devastación causada en octubre pasado por el huracán Otis, de categoría 5, en Acapulco y Coyuca de Benítez, Guerrero.
“Esta adversidad exige fortalecer aún más los sistemas de información de alerta temprana en nuestro país y la colaboración entre instituciones nacionales e internacionales, como la existente con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos”, detalló Méndez Girón.
- La titular del Servicio Meteorológico subrayó que en las últimas seis décadas han ingresado a México 285 ciclones tropicales, 170 de ellos a través del litoral del Pacífico.
- Y el 2023, apuntó, fue clasificado como el quinto más activo en las últimas cinco décadas, con 37 ciclones: 17 en el Pacífico y 20 en el Atlántico.
Frente a este pronóstico, la titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), Laura Velázquez Alzúa, sostuvo que el Gobierno de México, en coordinación con las autoridades estatales y municipales, está preparado y cuenta con los recursos humanos y materiales necesarios para brindar apoyo a la población durante la temporada de lluvias y ciclones.
Entre las acciones más importantes que los gobiernos están implementando en materia de prevención ante estos fenómenos, figuran la realización de reuniones preventivas y de preparación con los 17 estados costeros del país, en las cuales participan autoridades de los tres órdenes de gobierno, con el fin de identificar las zonas de riesgo y actualizar los protocolos de actuación de cada entidad.
Además, destaca la elaboración de escenarios de posibles impactos por ciclones tropicales, inundaciones, deslizamientos de laderas, vientos fuertes y mareas de tormenta, integrados al Atlas Nacional de Riesgos. También se trabaja en el diseño de dos mil 450 mapas que permitan identificar puntos críticos para las 32 entidades federativas.
- De igual manera, entre las acciones está la actualización de la Plataforma Digital para Refugios Temporales a nivel nacional, que compila y clasifica el padrón de refugios temporales durante situaciones de emergencia. La plataforma registra actualmente 11 mil 647 refugios, con capacidad para albergar a dos millones 494 mil 569 personas.
Finalmente, está la implementación de una estrategia de comunicación y difusión, dirigidas a la población, sobre acciones de prevención, preparación y actuación ante ciclones tropicales, deslizamientos de laderas, inundaciones, tormentas de granizo y tormentas eléctricas.
¿Qué es un ciclón tropical?
Un ciclón tropical es una poderosa tormenta atmosférica caracterizada por un sistema de baja presión, vientos fuertes y lluvias intensas que se forma sobre los océanos tropicales. Estos sistemas se alimentan del calor del agua del océano y se desarrollan en regiones donde las temperaturas superficiales del mar son de al menos 26.5°C (aproximadamente 80°F).
Los ciclones tropicales se clasifican en diferentes categorías según la velocidad máxima del viento sostenido en su centro, utilizando la escala de huracanes Saffir-Simpson para los ciclones del Atlántico y el este del Pacífico. Estos sistemas pueden tener diferentes nombres según la región geográfica donde se forman, siendo llamados huracanes en el Atlántico y el noreste del Pacífico, tifones en el noroeste del Pacífico, y ciclones tropicales en el océano Índico y el suroeste del Pacífico.
Los ciclones tropicales pueden tener impactos devastadores, incluyendo vientos destructivos, marejadas ciclónicas y fuertes precipitaciones, lo que puede causar inundaciones, deslizamientos de tierra y daños severos a la infraestructura y la propiedad. Por esta razón, es importante monitorear y seguir las advertencias y consejos de los servicios meteorológicos y las autoridades locales durante la temporada de huracanes o ciclones tropicales.
¿Qué es un huracán?
Un huracán es un ciclón tropical extremadamente poderoso y destructivo que se desarrolla sobre las aguas cálidas del océano, típicamente en regiones cercanas al ecuador. Los huracanes se forman a partir de disturbios atmosféricos que adquieren rotación debido a la rotación de la Tierra y a la convergencia de los vientos en la superficie.
- Los huracanes se caracterizan por tener vientos sostenidos de al menos 119 kilómetros por hora (74 millas por hora) y pueden alcanzar velocidades mucho más altas. Estas tormentas también producen lluvias intensas, marejadas ciclónicas (elevación anormal del nivel del mar) y a menudo generan tornados.
Los huracanes se clasifican en diferentes categorías según la velocidad máxima del viento sostenido en su centro, utilizando la escala de huracanes Saffir-Simpson. Esta escala va del huracán de categoría 1, con vientos de 119 a 153 kilómetros por hora, hasta el huracán de categoría 5, con vientos superiores a 252 kilómetros por hora.
Los huracanes pueden tener impactos devastadores en las áreas que afectan, causando inundaciones, destrucción de propiedades, interrupción de servicios básicos y, en los peores casos, pérdida de vidas humanas. Es fundamental estar preparado y seguir las instrucciones de las autoridades locales cuando se aproxime un huracán.
Categorías de un huracán
La escala de huracanes Saffir-Simpson es la que se utiliza para clasificar la intensidad de los huracanes basándose en la velocidad del viento y sus posibles efectos en tierra. Esta escala tiene cinco categorías, numeradas del 1 al 5:
- Categoría 1: Huracán leve. Vientos de 119 a 153 km/h (74 a 95 mph). Daños principalmente a árboles, carteles y casas móviles. Las marejadas ciclónicas pueden inundar áreas bajas cerca de la costa.
- Categoría 2: Huracán moderado. Vientos de 154 a 177 km/h (96 a 110 mph). Daños más significativos a edificaciones y árboles. Las marejadas ciclónicas pueden inundar áreas costeras hasta varios cientos de metros tierra adentro.
- Categoría 3: Huracán severo. Vientos de 178 a 208 km/h (111 a 129 mph). Daños extensos a edificaciones, árboles y tendido eléctrico. Las marejadas ciclónicas pueden causar inundaciones significativas tierra adentro.
- Categoría 4: Huracán extremadamente severo. Vientos de 209 a 251 km/h (130 a 156 mph). Daños catastróficos a edificaciones, árboles y tendido eléctrico. Las marejadas ciclónicas pueden penetrar varios kilómetros tierra adentro.
- Categoría 5: Huracán catastrófico. Vientos de más de 252 km/h (157 mph). Daños catastróficos a casi todas las estructuras, con la posibilidad de que muchas edificaciones queden completamente destruidas. Las marejadas ciclónicas pueden penetrar profundamente tierra adentro, dejando áreas inhabitables por semanas o meses.
¿Qué hacer en caso de un huracán?
En caso de huracán, es crucial seguir las recomendaciones de los servicios de emergencia y las autoridades locales para proteger tu vida y la de tus seres queridos. Aquí hay algunas acciones que puedes tomar para prepararte y mantener la seguridad durante un huracán:
Mantente informado: Sigue las actualizaciones meteorológicas y las advertencias de huracanes proporcionadas por los servicios meteorológicos y las autoridades locales. Utiliza fuentes confiables de información.
Prepara suministros: Abastece un kit de suministros de emergencia que incluya agua potable, alimentos no perecederos, medicamentos, linternas, pilas, un radio de emergencia, documentos importantes y suministros básicos de primeros auxilios.
Refuerza tu hogar: Asegura puertas y ventanas con tablones de madera o contraventanas. Retira objetos al aire libre que puedan convertirse en proyectiles durante la tormenta.
Planifica una ruta de evacuación: Si vives en una zona propensa a inundaciones o marejadas ciclónicas, planifica una ruta de evacuación y mantente listo para evacuar si las autoridades locales lo ordenan.
Almacenamiento seguro de objetos: Guarda objetos importantes en lugares seguros y elevados para protegerlos de posibles inundaciones.
Mantente en un lugar seguro durante la tormenta: Quédate en el interior de un edificio sólido y seguro durante la tormenta. Evita las ventanas y las puertas exteriores. Si es necesario, busca refugio en una habitación interior sin ventanas.
Evita conducir durante la tormenta: Evita conducir o caminar por áreas inundadas. Las inundaciones repentinas pueden ser extremadamente peligrosas.
Mantén la calma y ayuda a los demás: Mantén la calma y ayuda a aquellos que puedan necesitar asistencia, especialmente a personas mayores, niños y personas con discapacidades.
Recuerda que la preparación y la prevención son clave para minimizar los riesgos y mantener la seguridad durante un huracán./Agencias-PUNTOporPUNTO