A casi un año, la exigencia de la sociedad y los actores políticos es que los 11 consejeros se pongan de acuerdo para garantizar la gobernabilidad del Instituto y la neutralidad en sus decisiones rumbo a la elección del 2024.
- Al exterior e interior del organismo se acusa que hay dos bloques: uno, encabezado por la presidenta, Guadalupe Taddei, que, afirman, busca «quedar bien» con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido, y otro que quiere mantener el control del organismo, así como en la época de Lorenzo Córdova, y mostrar una distancia con el Gobierno.
- En abril, con la llegada de cuatro nuevos consejeros al INE, entre ellos la presidenta, la composición del Consejo General cambió sustancialmente, y, con ello, la dificultad para llegar a consensos.
Esto no sólo para lograr acuerdos administrativos y operativos, como son los nombramientos de altos mandos, también para imponer multas, medidas cautelares y fijar posición frente al Poder Ejecutivo.
Así, en los hechos, se han conformado dos bloques de cinco, y es la consejera Carla Humphrey la que marca el desempate, hacia un lado u otro.
- Por una parte, está el grupo de Taddei. Ella llegó arropada por dos consejeros nuevos: Jorge Montaño y Rita Bell López, quienes desde su elección fueron ligados a Morena.
- Ellos lo han negado reiteradamente, pero algunas de sus votaciones o acciones los han puesto en esa posición.
Por ejemplo, en la reciente discusión sobre multas a Morena por los gastos de sus aspirantes a la Presidencia, Montaño insistió en no sancionar ninguna conducta, incluso aseguró que los morenistas no se habían beneficiado de la publicidad que se desplegó en todo el País por desconocidos. Por mayoría, el partido fue sancionado con 85 millones de pesos por gastos sospechosos o irregulares.
Desde el primer momento, la consejera Norma de la Cruz, quien fue propuesta de Morena para ocupar la consejería, dio su respaldo incondicional a la sonorense.
- En junio, a ese grupo se unió Uuc-Kib Espadas, crítico del Presidente López Obrador y su partido. La semana pasada, el yucateco reconoció públicamente que estaba «comprometido a respaldar la gobernabilidad del INE, con Taddei al frente».
Del otro lado están algunos consejeros que son acusados de simpatizar con la Oposición y otros que se ubican como neutrales. En ese grupo está Claudia Zavala, Dania Ravel, Martín Faz, Jaime Rivera y Arturo Castillo, quien llegó en abril.
Taddei y el control del INE
El diseño institucional del INE está hecho para que decisiones de impacto no recaigan solo en la presidencia del organismo, sino en la mayoría del Consejo General.
Gran parte de los presidentes del Instituto han tenido algunas dificultades para asumir el control, sin embargo, pronto esquivaron obstáculos para lograrlo.
- Sin embargo, en ocho meses Guadalupe Taddei ha mantenido un jaloneo constante con un grupo de consejeros, por lo que ha tomado decisiones que han sido calificadas por sus pares como unilaterales.
- Desde el primer día, la sonorense mostró que traía su propia agenda.
Habían pasado unas horas desde que tomó protesta, y, en su primera reunión privada, propuso ir a la Secretaría de Gobernación para reunirse con su titular, Adán Augusto López. Ante la negativa, sugirió que si no querían ir, ella podía ir sola en su representación.
El INE venía de dos años de descalificaciones permanentes por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador y estaba en marcha la implementación de la reforma electoral, conocida como Plan B, en la que el punto central era recortar considerablemente la estructura del organismo y eliminar facultades. Ésta fue invalidada en junio.
- Por ello, dicha visita, le advirtieron, significa una sumisión y falta de dignidad como institución. A regañadientes, los consejeros aceptaron que López acudiera a la sede electoral, pero la actitud «amigable» de Taddei con el morenista no gustó.
- La consejera también logró un acercamiento con el Presidente, quien recibió a los 11 consejeros en Palacio Nacional, incluso les prometió que no intervendría en el proceso con sus declaraciones, lo cual no ha sucedido.
Otra de las acciones que molestó a los consejeros fue el cambio de color de la simbología del organismo, pues de rosa pasó a un tono morado. El argumento de la presidenta es que ese color estaba ligado con partidos, no a la llamada «marea rosa» que defendió al INE.
Una inconformidad más ha sido la relación de Taddei con las cabezas del Órgano Interno de Control. Mientras Córdova mantenía una confrontación con su extitular, Jesús George, pues consideraba que al ser colocado por Morena actuaba por consigna, la sonorense no deja de reconocer su labor e incluso ha pedido su asesoría al nuevo encargado para tomar decisiones./CONGRESO-PUNTOporPUNTO