Entre enero y octubre de 2018, México pagó más del doble (118 por ciento adicional) de intereses derivados de la deuda pública nacional, en comparación con el mismo periodo de 2013. La diferencia (237.3 mil millones de pesos) en estos cinco años es equiparable, por ejemplo, a la mitad (44 por ciento) de lo que el Gobierno federal invirtió el año pasado en salud, o a la tercera parte (35 por ciento) de lo que erogó en materia educativa.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Gobierno de México pagó, hasta octubre de este año, más de 438.5 mil millones de pesos para el pago de intereses de la deuda pública.
- Para el cierre de este año, el país habrá pagado cerca de 489.1 mil millones, según los estimados del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018. Esta cantidad es 13 veces superior al presupuesto (38.3 mil millones de pesos) que el Gobierno federal le otorgó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para 2018.
- Comparado por años, el aumento de los intereses entre 2012 y 2017 fue de 74.7 por ciento, por una diferencia cercana a los 228 mil millones de pesos. En 2019, según el PEF, México pagará casi 543 mil millones de pesos en intereses. Esto será 11 por ciento superior a lo que la SHCP prevé para el cierre de 2018, por una diferencia de casi 54 mil millones.
- El pago de intereses por deuda pública es parte del “gasto no programable” del Gobierno federal. Esto implica que es una obligación “que no financia la operación de las instituciones” gubernamentales. Es decir, que no se traduce en bienes y servicios para la población.
Los intereses limitan, por un lado, el espacio fiscal (o el dinero disponible para gastos) del Gobierno. Además, como uno de sus principales impactos, contribuye al aumento de la deuda pública.
Según la SHCP (comunicado 088/2018), entre 2018 y 2017, “el costo financiero de la deuda aumentó 12.3 por ciento real, debido, en mayor medida, por un mayor pago de intereses de la deuda y, en menor medida, a mayores recursos para los programas de apoyo a ahorradores y deudores de la banca”.
Sin embargo, las cifras mencionadas son el dato más conservador del total de intereses que comprometen, cada año, al presupuesto federal. Si consideramos –además del “Ramo General 24 Deuda Pública”– las “otras erogaciones” gubernamentales, como lo son la deuda de las empresas de Estado y los ramos generales 29 (para pago de operaciones y programas de saneamiento financiero) y 34 (para las erogaciones de programas de apoyo a ahorradores y deudores de la banca), los intereses se disparan.
En 2018, el costo financiero estimado de la deuda pública ascendió a 663.5 mil millones de pesos. Para 2019, las previsiones de Hacienda se elevan a más de 749 mil millones. Esto es una diferencia de 11 puntos porcentuales, equiparables a un monto de 53.8 mil millones de pesos.
Con ese dinero, por ejemplo, casi podría triplicarse el monto total (35.1 mil mdp) que la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) invertirá, en 2019, para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático.
Inclusive, el costo financiero de la deuda pública para 2019 supera, con un copete de 249 mil millones de pesos, a la inversión inicial (500 mil mdp) del nuevo Gobierno para el desarrollo de proyectos de infraestructura prioritarios, como lo son los trenes en el Istmo de Tehuantepec y de la Riviera Maya, o la construcción de 300 caminos rurales en el sureste del país.
De acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma del Estado de México (Uamex), los costos financieros de la deuda pública se incrementaron como consecuencia de factores macroeconómicos (como el ajuste de las tasas de interés y el tipo de cambio).SIN EMBARGO- PUNTOporPUNTO