La última recomendación, emitida el jueves 18 de octubre, refiere que un hombre viajaba en autobús de Monterrey hacia Nuevo Laredo, acompañado por su novia, cuando fue detenido en un retén operado por elementos de la Sedena, quienes lo trasladaron a un cuartel, donde fue golpeado, le aplicaron descargas eléctricas y trataron de asfixiarlo cubriéndole el rostro con una bolsa de plástico.
- Posteriormente, fue llevado al aeropuerto de Reynosa, Tamaulipas, y luego lo pusieron a disposición del Ministerio Público Federal en Ciudad de México, acusándolo de delitos contra la salud y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
- Con la recomendación del jueves pasado, suman dos recomendaciones por este delito contra la Secretaría de la Defensa Nacional en lo que va del año y ocho en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, que involucran a militares en operaciones en Baja California, Guerrero, Nuevo León, Jalisco y San Luis Potosí.
- Las recomendaciones por tortura crecieron exponencialmente desde el inicio de la «guerra contra el narcotráfico» en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). En su administración, la CNDH emitió 28 recomendaciones a la Sedena por tortura.
- En 2010, la Secretaría recibió un mayor número de recomendaciones por tortura, con 10, seguido de 2011, con 9 recomendaciones, y el año siguiente con 8.
- Las denuncias por tortura no fueron las únicas. Desde 2006 y hasta julio de 2016, la CNDH recibió casi 10,000 denuncias de abusos cometidos por miembros del Ejército, incluidas más de 2,000 durante el gobierno de EPN. En más de 100 casos, los militares cometieron violaciones serias de derechos humanos.
‘Tlatlaya: la orden fue abatir’
El 30 de junio de 2014, un presunto enfrentamiento entre integrantes del crimen organizada y miembros de las fuerzas armadas dejó un saldo de 22 personas fallecidas. Aunque en un principio se dijo que era por fuego cruzado, la CNDH investigó el caso y concluyó que militares ejecutaron a 15 de los 22 muertos hallados en el suelo de la bodega en Tlatlaya, Estado de México.
- En el estudio «Tlatlaya a un año: la orden fue abatir», el Centro de los Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), documentó que a la Base de Operaciones San Antonio del Rosario se le ordenó abatir delincuentes en horas de oscuridad y, tras los hechos de Tlatlaya, «el teniente a cargo de la base informó al mando que en efecto se había abatido delincuentes. La orden había sido cumplida».
- «El número de víctimas de ejecución extrajudicial es significativamente más alto», concluyó el Centro Prodh./HUFFINGTON POST- PUNTOporPUNTO