La candidata presidencial muestra rasgos radicalmente distintos a los de Trump; desea poner fin a la polarización de su país.
Kamala Harris ya es la candidata oficial del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos.
«En nombre del pueblo, de cada estadounidense, sin importar el partido, la raza, el género, o el lenguaje que su abuela hable, acepta su nominación», dijo la vicepresidenta de 59 años que prometió guiar al país hacia «un nuevo camino».
Han quedado atrás los casi cuatro años en la sombra de la Casa Blanca. El de ayer, fue su día de independencia de Joe Biden.
- Ahora, es el presidente quien ha quedado en la sombra de la candidata electa, que ayer conectó con miles de personas que acudieron al United Center de Chicago para confirmar su proclamación como aspirante presidencial.
- El storytelling (cuento bien contado) de las convenciones que terminan por proclamar a candidatos presidenciales se componen de una fórmula clásica: familia, sueño americano y futuro, envueltos en un ejercicio de oratoria destinado para emocionar.
La excepción es Donald Trump, mal orador y con un discurso dirigido a la mitad de la población.
Pero regresemos a la noche de Kamala.
Ella dijo que, de ganar las elecciones de noviembre, será presidenta para todos los estadounidenses. Adiós a las divisiones ridículas y populistas.
No mencionó a México, pero habló sobre la migración. Transfirió la culpa a Trump de haber “ordenado matar” el plan migratorio bipartidista que promovió el presidente Biden.
“Volveré a presentar la ley que él mató para tener seguridad en nuestras fronteras”, comentó Harris agregando componentes emocionales sobre el significado de ser “orgullosamente una migrante”.
Aspirar a la presidencia de Estados Unidos requiere de una visión geopolítica del mundo. La presión que ha sufrido la vicepresidenta Kamala Harris a lo largo de la semana se llama Palestina.
La pequeña Palestina, en Chicago
Cientos de manifestantes provenientes principalmente de la conocida como la “pequeña Palestina”, un pequeño poblado ubicado a 20 km de Chicago, han manifestado su rechazo a Harris por sentirse traicionados.
La candidata demócrata tuvo que ser equilibrista al mencionar que apoyará a Israel en su defensa contra Hamás, pero al mismo tiempo dijo que lo que ocurre en la Franja de Gaza es una tragedia por el número de muertos.
Sobre los dictadores, Harris tomó distancia de Donald Trump: “No seré amigable con tiranos y dictadores como Kim Jong-un, quienes están deseando que gane Trump».
- Donde no jugó con los equilibrios fue en el caso de Ucrania a quien le manifestó su total apoyo.
- Harris habló más sobre derechos civiles que de economía, y cuando lo hizo, se refirió a la clase media. Recordó que su madre le dijo que no todos tienen oportunidades.
“Seré presidenta de las oportunidades”, comentó en medio de la euforia./CONGRESO-PUNTOporPUNTO