“¡Se solicitan inventores! La máquina a crear tiene que detectar huesos desde el aire o facilitar el trabajo de hallar fosas clandestinas. Se necesita a esos locos que siempre quieren crear algo nuevo, sensibilizar a las universidades y decirles que nos ayuden. Nosotros aprendimos de la nada, de solo escarbar y escarbar”, pide Mario Vergara, quien busca a su hermano Tomás, desaparecido en julio de 2012 en Huitzuco, Guerrero.
• Un perito de la Fiscalía General de la República (FGR), que acompaña al grupo, explica que el problema es que no existe una herramienta infalible para localizar restos humanos.
• “El equipo geotécnico es bueno, pero tiene deficiencias que impiden usarlo en todos los terrenos. Para que funcionen las ondas electromagnéticas el aparato tiene que estar pegado al suelo y en terreno rocoso no lo puedes pasar, tampoco donde hay agua porque la humedad genera una mala lectura”, dice un especialista forense.
• En un paraje en la región Norte de Guerrero, el equipo de la FGR que trabaja con la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que recorrió del 18 de enero al 1 de febrero varias zonas de la entidad y encontró siete cuerpos y decenas de restos óseos, aclara que los detectores de metal tampoco son una buena opción en la búsqueda.
• “Van a detectar cualquier metal, hasta una corcholata o una hebilla y puede que sólo sea eso. Pero a algunos los entierran sin ropa, a ellos no los podríamos encontrar”, dice un especialista forense.
• El equipo canino también interviene con Sico y Boobly, dos pastores alemán. Sin embargo, uno de los líderes del grupo puntualiza que los perros no siempre son confiables. “En Iguala no detectaron nada. Nosotros insistimos y encontramos 200 cuerpos”.
Los cuidadores de Sico y Boobly comentan que el olor que desprenden ciertas raíces puede confundir a los perros y eso provoca “falsos positivos”; también se desorientan con las corrientes de aire cruzadas y los huesos, con el paso de los años, se hacen más difíciles de percibir aún para su agudo sentido del olfato.
Los representantes de 200 familias, procedentes de 16 estados de la República, también son acompañadas por un arquitecto, dos peritos, dos ministerios públicos, dos antropólogos. dos criminalistas, 30 elementos de gendarmería y 28 policías de investigación federales.
Forzar al Estado
• La Brigada Nacional de Búsqueda es impulsada por la Red de Enlaces Nacionales (REN), formada por más de 60 colectivos con presencia en 16 estados. Su objetivo es encontrar a todas las personas desaparecidas y regresarlas a sus familias; fortalecer la capacidad de organización de los colectivos y “forzar al Estado a implementar mecanismos efectivos de búsqueda e identificación”.
• El gobierno federal reconoce que hay más de 40 mil casos de desaparecidos, más de mil 100 fosas clandestinas y cerca de 26 mil cuerpos sin identificar. “Esa es la magnitud de la crisis humanitaria que vive México”, resumió Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, al reunirse con los brigadistas en Tetelilla, municipio de Tepecoacuilco de Trujano, donde se halló un cuerpo. Las familias le dieron una pala y un pico. En menos de 10 minutos surgió entre la tierra una cuerda y después, con ayud de guantes y brochas, se pudo apreciar el fémur de una persona.
• Encinas prometió dar continuidad al esfuerzo de la brigada. “Guerrero amerita un tratamiento… bueno, no sólo es Guerrero, es Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Sinaloa, Michoacán y Jalisco, hay por lo menos 12 estados que requieren un tratamiento especial”, dice.
Ese día doña Reyna Barrera lloró y rezó en voz alta: “Ten piedad y misericordia, señor. Sólo tú sabes cómo sufrió está persona”. El equipo médico intentó calmarla. “Tome esto y respire, abuela”, le dijeron al suministrarle un calmante.
“Nadie sabe que está aquí”
• “Yo estoy bien. Quiero llorarle porque nadie sabe que está aquí. Sus padres no saben. Está aquí solo y yo le voy a llorar porque alguien tiene que hacerlo”, contestó doña Reyna, quien busca a su hijo Luis Javier, desaparecido en Poza Rica, Veracruz, en 2011.
• Cerca de ella dos mujeres de Iguala también rompieron en llanto y se abrazaron. “¿Y cuándo vamos a encontrar a nuestros hijos? ¿Cuánto tiempo más sin saber de ellos?… tanto tiempo, Dios mío… ¿cuánto más?
• La incertidumbre sobre el paradero de los seres queridos desgarra el corazón. Cuando alguien desaparece, se realiza una búsqueda en vida, que consiste en visitar hospitales y centros penitenciarios, sobre todo; a la par, se cava en cerros y montañas. “Somos nosotros los que queremos encontrar a nuestros hijos. Somos los que investigamos y como madres llevamos años esperando justicia y no la hemos encontrado”, afirma Guadalupe Narciso, del Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos.
Rastrear el terreno es un trabajo arduo y difícil. Fueron más de 50 horas bajo el sol, de picar, cavar y quitar piedras para encontrar “tesoros”, el nombre que algunos dan a los restos humanos, como ocurrió en los cerros de los Timbres, en el municipio de Malinaltepec, y de la Mula, en General Heliodoro Castillo, además del descubrimiento de huesos en una fosa ya “procesada”, es decir, ya excavada por las autoridades, lo que es considerado un acto de negligencia para la recolección de evidencias.
• “Eso hacemos todos los días, todos los años”, señala Mario Vergara, “andar haciendo hoyos como animales hasta encontrar un hueso y eso calma nuestro dolor”.
• La señal de telefonía no llega en varias zonas del norte de Guerrero. La búsqueda a veces se desarrolla en cerros, cuesta arriba, en los que se camina más de dos horas para llegar al punto de interés; las espinas del huizache se clavan hasta en las botas y arañan los brazos. El olor de algunas raíces es desagradable y puede confundir a los olfatos inexpertos.
• Mientras se retiran piedras de las probables tumbas salen tarántulas, ciempiés y alacranes “güeros”. “Aquí nos exponemos a una picadura”, dice Alma Rosa, una de las rastreadoras. “Cuando entierran los cuerpos luego les echan piedras, otra capa de tierra y más piedras. Parece que los lapidan”, revela un padre de familia.
Nombran titular de la comisión nacional de búsqueda (CNB)
La doctora Karla Irasema Quintana Osuna será la primera titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de Personas, al obtener la calificación más alta según su perfil y experiencia y tras ser designada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, informó la Secretaría de Gobernación (Segob).
En la terna presentada por Olga Sánchez Cordero, titular de la Segob, también se encontraban Leonor de Jesús Figueroa Jácome y Juan López Villanueva.
• “Este nombramiento refuerza el compromiso del Presidente de la República en la promoción y defensa de los derechos humanos, así como la atención a las víctimas de desaparición y en la búsqueda de los derechos a la justicia, el esclarecimiento de los hechos de los que derivan las desapariciones y el derecho a la verdad”, informó la Segob en un comunicado.
• Quintana Osuna es doctora en Derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, donde también cursó estudios en Derecho, y Lengua y Literatura Hispánicas.
• Además, cuenta con una maestría en estudios de la Diferencia Sexual por la Universidad de Barcelona y Maestra en Derecho (LLM) por la Universidad de Harvard. También fungió como directora general de la Asesoría Jurídica Federal de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y entre 2009 y 2013 se desempeñó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como parte del grupo de litigio ante la Corte Interamericana. /PROCESO-EL UNIVERSAL-PUNTOporPUNTO