El diputado de Morena, Nazario Norberto, propuso castigar con penas de 1 a 5 años de prisión, a quien abandone, no atienda, o ignore a una persona menor de edad o incapaz que sufra permanente o continuamente de acoso escolar (bullying) teniendo la obligación de cuidarla, y que derivado de ello la víctima pierda la vida o sea lesionada.
- Ante el pleno, el legislador expuso que el bullying no es un juego, ni una manera de fortalecer el carácter infantil, sino un atentado contra la integridad psicológica y física de una niña, niño o adolescente. Por ello, propuso adicionar un articulo 158 TER al Código Penal para la Ciudad de México.
- También estableció como agravante hasta de una tercera parte cuando la conducta sea cometida por los ascendientes o tutores de los menores de edad que estén bajo su potestad o custodia, toda vez que estas personas se convierten en el primer eslabón hacia un cambio más profundo.
El diputado consideró fundamental crear estrategias que coadyuven a abatir esta situación, dentro y fuera de las escuelas, tomando en cuenta que la labor de los padres, familiares, maestras y maestros es fundamental y una corresponsabilidad para mantener un control y cuidado sobre los hijos.
- De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación, 7 de cada 10 niños de 12 a 17 años han reportado en los últimos 5 años haber recibido insultos y burlas, mientras que un tercio, es decir el 36 por ciento señala haber sido víctima de amenazas o empujones, al tiempo que uno de cada 10 adolescentes ha sido víctima de acoso escolar de acuerdo con la encuesta nacional de discriminación.
De acuerdo con testimonios e investigaciones realizadas en México, la edad más vulnerable para ser víctima de bullying o acoso escolar, se presenta entre los 10 y los 14 años, mientras que los factores para detectar el acoso escolar es la baja autoestima, la sensación de rechazo social, aislamiento o sentir que no puede librarse de una situación violenta, lo cual provoca ausentismo escolar, bajo rendimiento académico, ansiedad, trastorno del sueño y depresión./CONGRESO-PUNTOporPUNTO