Por primera vez en los últimos cuatro años, Joe Biden y Donald Trump se verán frente a frente, y en la misma habitación, para protagonizar el primer debate presidencial de cara a las elecciones generales de noviembre próximo.
- Será hoy a las 19:00 horas (hora del centro de México), 21:00 en Atlanta, que comenzará el debate a través de la cadena de televisión CNN; lugar y fecha establecidos por el presidente Biden, quien también especificó que serán solo dos los enfrentamientos y no tres como se tenía acostumbrado.
A diferencia de hace cuatro años, cuando Biden y Trump se enfrentaron por primera vez, hoy el demócrata y el republicano lo harán con intenciones de voto distintas, críticas y hasta acusaciones legales.
- En el caso del presidente Biden, en el último año el pueblo estadounidense comenzó a enjuiciar su estado de salud por la confusión de nombres durante sus presentaciones a la prensa y su inestabilidad física en eventos públicos.
- En febrero pasado, NBC News publicó una encuesta en la que el 62 por ciento de los estadounidenses cuestionados aseguró que Biden no tiene estabilidad ni física ni mental para ser presidente en un segundo periodo.
Durante el mismo mes en el que se dio a conocer la encuesta, la Casa Blanca expuso una carta con la firma del doctor Kevin C. O’Connor en el que se evidencía la estabilidad física y mental del demócrata, lo que a pesar de las intenciones del oficialismo no detuvo las críticas continuas contra el jefe de Estado.
Biden también estuvo cerca de ser involucrado en un juicio contra su primogénito Hunter Biden, quien no solo es señalado de posesión de armas de fuego mientras consumía drogas, sino de supuestamente realizar convenios millonarios en Asia y Europa, a lo que Donald Trump asegura, que el presidente en funciones está relacionado con el objetivo de enriquecer a su familia.
- Del lado republicano, Trump aparecerá en el primer debate presidencial con tres causas penales que aún no han sido juzgadas y, a su vez, declarado culpable por falsificar registros comerciales para encubrir un pago a Stormy Daniels, actriz de películas para adultos, con quien tuvo una relación previo a su primer cuatrienio.
El magnate también es señalado de tomar papeles de la Casa Blanca una vez que terminó su mandato y esconderlos en su mansión de Florida. Al expresidente se le acusa de mover las cajas con el papeleo clasificado por diferentes zonas de la casa y de borrar las imágenes de las cámaras de vigilancia.
A diferencia de Biden, Trump cuenta con dos “impeachments”: el primero, por abuso de poder y obstrucción al Congreso por contactar al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, para ayudarlo a hallar pruebas que perjudiquen a Hunter Biden; y el segundo, por incitación a la insurrección por el golpe al Congreso en enero de 2021.
’Nada nuevo qué observar’
Por los antecedentes ya conocidos de Biden y Trump, y porque ambos se enfrentaron hace cuatro años por la presidencia de Estados Unidos, “los oyentes no tienen nada nuevo que observar”, así lo asegura la maestra Raquel Saed, especialista en medios y política de Estados Unidos de la Universidad Iberoamericana.
“Este debate es una repetición de lo ocurrido hace cuatro años, los oyentes no tienen nada nuevo qué observar porque sus personalidades ya las conocen, a menos de que se traten las cosas que ocurrieron en los últimos años (…) Podremos ver a un Trump que va a estar defendiéndose por todo lo que ha hecho, y a un Biden que también estará defendiendo su postura por las acusaciones en su contra”, detalla la docente.
- La maestra específica que a diferencia de otros debates, en este primer encuentro no se aceptará la entrada al público, lo que desde su perspectiva permitirá que no haya una percepción para los televidentes de que candidato recibe más aplausos o apoyo en general, y también se apagará el micrófono de quien no tenga la palabra, lo que evitará interrupciones.
CNN confirmó que durante el encuentro entre los candidatos solo habrá tiempo para dos pausas comerciales y en ese espacio el personal de ningún aspirante podrá acercarse para interactuar. Será con el lanzamiento de una moneda al aire como se decidirá qué político inicia el debate.
La televisora también especificó que ninguno de los candidatos tendrá consigo notas descriptivas ni accesorios, a excepción de un bolígrafo, una libreta y una botella de agua.
En opinión de la maestra Saed, entre los temas más relevantes que abordarán Trump y Biden será la migración, al ser el que gana más importancia entre los votantes estadounidenses y por toda la retórica que ha tenido.
- Mientras que del lado republicano la migración es un tema que se debe detener con la construcción de un nuevo muro fronterizo, el refuerzo de la seguridad en la frontera compartida con México y hasta con la movilización de los migrantes a estados demócratas, el oficialismo prioriza un trato humanitario a los migrantes y la defensa de los mismos, siempre y cuando cumplan con las leyes estadounidenses.
La última medida impulsada por el gobierno de Biden en favor de la comunidad migrante fue agilizar las visas de trabajo a los jóvenes beneficiarios del DACA y otorgar residencias permanentes a los cónyuges e hijos de ciudadanos estadounidenses; una política que el gobierno demócrata aseguró mantendrá unidas a las familias.
La influencia del debate
La influencia que los debates presidenciales tienen en los electores es trascendental, tomando en cuenta que el 60 por ciento de los estadounidenses considera los enfrentamientos políticos como una gran ayuda para emitir su voto, de acuerdo a una encuesta realizada por Pew Research Center.
- A pesar de que el primer encuentro entre Joe Biden y Donald Trump se da cinco meses antes de las votaciones, se espera que el debate forme la impresión no solo del 10 por ciento de votantes que aún no deciden su voto, sino también de los donantes cuyos dólares pueden decantar la elección por uno de los candidatos.
- En opinión de la doctora Arlene Ramírez Uresti, internacionalista y académica de la Universidad Iberoamericana, el sistema electoral de Estados Unidos propicia que el impacto que los debates tienen sobre las encuestas influya “profundamente” en la contienda presidencial.
“El impacto del debate en Estados Unidos está en las encuestas y estas todavía tienen un impacto en el electorado, pero sobre todo en la dinámica de los grupos que financian y apoyan a los candidatos. Los debates están dirigidos a mejorar la recaudación, quizá más que a ganar el voto de los electores”, señala la académica.
- De acuerdo con el sitio Project Five Thirty Eight, mientras que Biden cuenta con el 40.8 por ciento de la preferencia del voto, Trump mantiene el 40.6 por ciento. Con las encuestas a nivel nacional en un empate técnico, el debate puede ser el diferenciador en un momento en el que la recaudación del republicano supera a la del presidente en funciones tras la convención del Partido Republicano en Nueva York.
La doctora Ramírez Uresti menciona que si bien las campañas aún se encuentran lejos de llegar a su punto más álgido, los últimos meses en los que han buscado el voto muestran el camino que seguirán en los meses siguientes.
“Trump tiene una estrategia frontal en un tema sensible: la salud del presidente Biden. Para el republicano eso puede significar una ventaja que mueva el cerrado margen de las encuestas (…) Una estrategia del Partido Republicano será resaltar la incapacidad de Biden para un segundo periodo, los episodios de aparente demencia, y la poca capacidad operativa en política exterior e interior. Cuando no eres la administración actual tienes la oportunidad de resaltar todos los errores que están ocurriendo y que están frescos en la gente.
“Por su parte, el equipo del presidente Biden buscará enfatizar que Trump es un criminal que llega a la boleta y que los cargos por los que ha sido imputado no se desvanecen. Esto puede ser un punto a favor de Trump, pues con la campaña de Biden orientada a las imputaciones criminales del expresidente, lo que ha logrado es fortalecer al personaje y al voto duro republicano”, explica la especialista.
La relación con México
México y Estados Unidos comparten una de las fronteras más activas del mundo y las elecciones presidenciales de este año definirán la relación bilateral de los próximos cuatro años.
Independientemente de quién resulte ganador en los comicios estadounidenses, la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, tendrá la obligación de formar una nueva relación con su contraparte estadounidense para atajar temas de seguridad, migración y economía.
- En opinión de la maestra Dora Isabel Gonzáles, internacionalista de la UNAM y profesora en Política Mundial, considera que ninguno de los contendientes estadounidenses representan una ventaja total para México. A pesar de las coincidencias en algunos puntos con la agenda demócrata, hay procesos de largo aliento que no dependen de los ejecutivos de ninguno de los dos países.
“Ninguno tiene una conveniencia total. Por el lado de Joe Biden la agenda demócrata es más coincidente con las agendas progresistas que defienden los derechos humanos, laborales y la diversidad, incluso el presidente ha buscado hacer reformas similares a un Estado de bienestar que se alinean con el discurso de Andrés Manuel López Obrador, pero en los temas que son prioridad para México no se ha transitado adecuadamente porque son agendas nacionales.
“En Estados Unidos la migración y la cuestión de seguridad son temas nacionales para los que necesitas al Congreso para hacer algún cambio y los cuales pueden resultar intransitables aún cuando se encuentren en el discurso”, anota la académica.
- La internacionalista apunta que si bien el candidato republicano, Donald Trump, tiene un discurso mucho más beligerante respecto a México, como presidente en funciones demostró pragmatismo en la relación bilateral y en un segundo mandato tendría que moderar sus acciones.
- Pese a que las elecciones de noviembre marcarán el rumbo de la relación bilateral, hay temas que sin importar quién se encuentre en la Casa Blanca tendrán que resolverse en la mesa de negociaciones.
“En 2026 nos vamos a enfrentar con dos asuntos. El primero de ellos es la revisión del T-MEC, de la cual estará encargado el futuro secretario de Economía y excanciller Marcelo Ebrad. Las discusiones sobre microconductores y la evaluación de autopartes hechas en México con pequeñas colaboraciones chinas van a ser los principales tópicos junto a los derechos laborales, una negociación que resultó muy desigual y que no permitió desarrollar el Nearshoring (…) El otro tema es la Copa Mundial de Fútbol, que implica muchas exportaciones para México y que podría convertirse en moneda de cambio para lograr avances en otras materias”, señala la internacionalista.
Ante los retos que la próxima presidenta mexicana enfrentará en la relación con el principal socio comercial del país, Gonzáles señala que la legitimidad que le brinda el respaldo que obtuvo en las urnas servirá a Sheinbaum para plantear su agenda ante quien resida en la Casa Blanca el 21 de enero; sin embargo, su mejor carta de negociación serán los resultados de seguridad que su gobierno pueda lograr./CONGRESO-PUNTOporPUNTO