En medio de las diferencias políticas que tienen en el interior del grupo parlamentario de Morena, con 20 legisladores que son abiertamente unos fuertes críticos de su coordinador, Ricardo Monreal, la bancada está inmersa en el proceso de decidir a quién respaldarán para que presida el Senado a partir de septiembre, si al moderado Alejandro Armenta o al radical José Narro Céspedes.
En entrevista, ambos morenistas ofrecen su experiencia política como ventaja para generar diálogo y acuerdos legislativos, pero además, para no abonar a la polarización del pleno.
- Alejandro Armenta plantea la importancia de mantener una relación de diálogo con los poderes Ejecutivo y Judicial, “con estricto apego a la soberanía de poderes” y considera que la apuesta en la política siempre debe ser el diálogo y “cuando ya no hay política, hay guerra”.
- José Narro habla de la necesidad de servir a la Cuarta Transformación y anticipa que no generará división entre los morenistas por sus diferencias con el coordinador Ricardo Monreal.
Ambos legisladores tienen ya el respaldo verbal y escrito de una parte de sus 58 compañeros de bancada, pero necesitan la mayoría absoluta para que en la segunda quincena de agosto, en la reunión interna de Morena donde definirá a su abanderado para presidir al Senado, serán únicamente los votos los que tengan la última palabra.
Alejandro Armenta: Prudencia y equilibrio para el Senado, en medio de la polarización
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE HACIENDA DEL SENADO, el poblano Alejandro Armenta quiere presidir el Senado porque considera que su perfil puede ayudar a construir en medio de la polarización que vive el pleno, como efecto de las diferencias políticas y los resultados de los procesos electorales.
P. ¿Qué puede aportar Alejandro Armenta para la Mesa Directiva del Senado?
R. Sin duda, primero fortalecer la conciliación interna, que es una tarea permanente. No es un asunto de esta Legislatura. Todas las Legislaturas tienen contextos, por la propia naturaleza de sus integrantes. Somos representantes de entidades federativas, todas y todos, el Senado, por selecto, posee perfiles de hombres y mujeres con trayectorias políticas muy consolidadas. Ese trabajo es sin duda un reto enorme, en la Mesa Directiva y en la coordinación de todos los grupos parlamentarios.
Tengo una formación política de 33 años. He sido legislador. He sido desde el cabildo hasta los niveles federales. Dirigente de partido. Administrador público en el poder ejecutivo municipal, estatal y federal.
Tengo doctorado en administración pública y creo que la Mesa Directiva debe consolidar el buen papel que han hecho mis compañeros. La senadora Olga, una jurista; la senadora Mónica, una compañera con una gran capacidad de articulación; el senador Eduardo Ramírez ha hecho un trabajo extraordinario de articulación, y desde luego el senador Martí Batres hizo un trabajo excepcional.
Me siento con la capacidad suficiente de fortalecer la tarea institucional con el Poder Ejecutivo, con respeto a la soberanía de poderes.
P. ¿Alejandro Armenta será militante en la mesa o será uno de los 128 senadores?
R. Quien sea, porque debo ser respetuoso y no quiero adelantar filias ni fobias, porque quiero ser producto de la unidad y del consenso y así lo he platicado con mis compañeras y compañeros; yo quiero dejar en claro que la Ley Orgánica del Poder Legislativo y del Senado establecen las facultades y funciones y las competencias legales que tiene la Mesa Directiva como un cuerpo colegiado interno, que coordina la asamblea.
En esa lógica, el presidente y los integrantes de la Mesa se despojan del énfasis partidario, sin dejar de militar en sus partidos.
Quiero destacar: se despojan del ánfasis partidario en el uso de su facultad.
Cuando un senador o senadora de la Mesa quiere fijar postura partidaria, piden permiso a la Mesa; se retiran de la Mesa, van a su escaño y desde ahí solicitan el uso de la palabra. Esa es la práctica legislativa. Para ello, ofrezco prudencia; ofrezco equilibrio y ofrezco sensatez y ofrezco apertura. Desde luego, reitero, las y los presidentes de la Mesa han hecho un buen trabajo, todas y todos, desde mi punto de vista.
P. ¿Ha comenzado a hablar con la oposición?
R. He dialogado. Yo en estos cuatro años he dialogado con todos. Todas y todos los senadores son excelentes compañeros y seguiré haciéndolo, pero en el momento en que yo sea factor de división no me interesa participar.
Primero, tendremos que procesarlo internamente, eso es lo que estamos haciendo en Morena, pero lo estamos haciendo internamente.
A mí no me has visto hablar con medios; no haré un carrusel mediático, porque sin duda tenemos que ser prudentes, cuidadosos, respetuosos, atentos del sentimiento de nuestros compañeros y compañeras senadoras, que saben que esto se aprueba en el seno del grupo parlamentario de Morena y no en los medios.
Tengo 53 años. Ni tengo tanta juventud acumulada ni soy un chamaco en política, entonces tengo que ser muy prudente.
P. ¿Cómo describe el ánimo político que impera en el Poder Legislativo?
R. Tenemos que avanzar. Tenemos que dialogar. La política es el arte del diálogo y la conciliación. El arte del acuerdo. Cuando ya no hay política, hay guerra. Tenemos que dialogar y tenemos que respetarnos y tenemos que comprendernos y tenemos que trabajar en apego a las facultades y funciones que tenemos para poder dilogar el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial; los tres órdenes de gobierno.
La primera clase que tuve como licenciado en administración pública fue la dicotomía de la administración. La racionalidad y la dicotomía de la administración; la decisión política y la racionalidad. Tenemos que hacer eso. En el Poder Legislativo tenemos que lograr que la decisión política que impera está sustentada en la racionalidad; racionalidad y decisión política nos permite lograr grandes acuerdos, porque es ciencia y política; técnica y política.
P. ¿La moratoria no es para usted un obstáculo, sino un reto?
R. La vida la veo positivamente, siempre. Soy un hombre que ama el planeta. Son perruno, soy gatuno, tengo 26 años sembrando árboles, porque creo en eso; procuro ser positivo y cuando hay una parte de conflicto veo la parte positiva. Por ejemplo, en los procesos electorales siempre he dicho que se gana o se aprende, nunca se pierde. Nunca se pierde cuando se aprende.
José Narro Céspedes: Ser mayoría también significa saber escuchar
VICEPRESIDENTE DEL SENADO, José Narro Céspedes quiere ser ahora el presidente para abonar a la consolidación de la Cuarta Transformación y aunque es un férreo crítico de Ricardo Monreal, incluso forma parte del ala radical que ha frenado decisiones de su coordinador, se considera como una persona que sabe escuchar y que sabe construir en medio de las diferencias.
P. ¿Por qué apostar por la presidencia del Senado?
R. Porque es un espacio donde se fortalece la posibilidad de servir a la gente y de servir y fortalecer el proyecto de la Cuarta Transformación, y aparte servirle a los senadores.
P. ¿Qué le aportará al Senado en un año en que se prevé una mayor polarización de las fuerzas políticas?
R. Fortalecer la capacidad de diálogo, de acuerdo. Nosotros somos actores políticos de muchos años en el país y hemos hablado con fuerzas políticas muy diferentes y siempre vamos a buscar llegar a acuerdos.
Yo fui miembro de la corriente Concordia y logramos hacer acuerdos entre el gobierno federal de aquella época y el EZLN.
Creo que tenemos la capacidad sentarnos y de construir acuerdos, a pesar de la polarización y de los problemas que pudieran llegar a existir.
P. ¿Cree usted que ese escenario de confrontación prevalecerá durante el próximo año o cree usted que existan elementos que atenúen esta polarización del pleno?
R. Yo creo que la tensión en el Senado va a mantenerse. El Senado es un espacio de debate y discusión. La oposición llega a presentar sus posturas, a veces polarizar para hacerse notar. A plantear sus puntos con fuerza y a veces con cierta energía y adjetivando las cosas y eso polariza, pero creo que tenemos la capacidad de poder construir y lograr conducir las cosas para que al final, a pesar de la tensión que se viva, pueda llegarse a acuerdos, podamos lograr diálogo y también con los otros poderes.
El diálogo es la única manera para que sigamos caminando, para que tengamos avances sustantivos. Yo creo que alguna propuesta del Presidente pueden avanzar más fácilmente en el Senado que en la Cámara de Diputados; creo que hay más madurez, expertis política en el Senado, más experiencia acumulada y hay mejores condiciones para sacar las cosas.
P ¿Qué tan difícil es ser equilibrado en el pleno frente a las presiones de su propio grupo parlamentario?
R. Yo creo que son presiones legítimas las de Morena, pero también Morena debe estar claro que tenemos que hacer del Senado un espacio de diálogo y ser respetuoso y tolerante con las posiciones diferentes que podamos tener en el Senado.
P. José Narro ¿se alejaría de la exclusión de minorías?
R. Lo hemos hecho. Hemos participado en mesas de alto nivel de diálogo y hemos llegado a acuerdos. Me tocó participar en el diálogo cuando estaba Emilio Chuayffet de Secretario de Gobernación para sacar la reforma electoral de 1996 y fue una reforma muy importante, que antecedió a la elección de 1997 y la primera vez que la izquierda ganó espacios muy importantes en el poder, como el gobierno de la Ciudad de México.
Creo que el hecho de que hayamos sido opositores y que fuimos minoría, que fuimos tratados con exclusión, a veces groseramente, a veces sectariamente. Creo que tenemos la capacidad de lograr, a final de cuentas, unificar criterios. Poner por encima el interés general de los intereses particulares, por muy legítimo que sea un interés, si optamos por construir acuerdos; si optamos por escuchar las mayorías a las minorías y las minorías a las mayorías.
P. ¿Ser mayoría implica ser aplanadora?
R. Ser mayoría significa también a escuchar y lo positivo que diga la oposición, pues tomarlo en cuenta.
P ¿Sus diferencias con las decisiones de Ricardo Monreal; será un factor de división en Morena?
R. No, porque creo que podemos trabajar juntos. Yo a él le tengo respeto. Creo que es una gente con mucha experiencia en la política. Lo mejor es plantear las diferencias, platicarlas, dialogarlas y acordar sobre eso./CONGRESO-PUNTOporPUNTO