El lunes dos de julio a las 10:45 de la mañana en la Ciudad de México los mariachis callaron. El TRI sucumbió ante Brasil…
Pero la mariachiza sigue toca y toca por la derrota del PRI a lo largo y ancho de toda la República mexicana.
Perdió de calle Peña Nieto y su acólito el señor José Antonio Meade, quien apenas quedó 9 puntos arriba del cínico bufón El Bronco.
A Meade, quien no ganó ni en su casilla, le lava un poco la cara haberse mostrado algo democrático al reconocer su derrota.
El tamaño de la debacle tricolor es monumental. La desgracia total.
El PRI fue borrado del mapa por la Presidencia, en las gubernaturas y en los congresos federal y locales.
Fue el golpe más mortífero recibido en toda su existencia.
Lo paradójico es que el nocaut fulminante se lo proporcionó el único priista originario que estaba en la contienda.
Anaya el canalla también reconoció su derrota. Esa fue una de las escasas ganancias de nuestra corrupta y costosa democracia.
Dicen que la victoria tiene muchos padres y que la derrota tiene cara de hereje…
Ahora que México se declaró Chairo por mayoría, ¿dónde están los que, arrogantes, como el hijín de Felipe Calderón y algunas famosas de la tele, decían que se iban de México si ganaba López Obrador?
¿Ya andarán por el aeropuerto o en las centrales camioneras que van directo al rancho del Peje…?
En fin, ¡ufff! Se acabó la larga, tediosa, espantosa, sangrienta y costosísima contienda electoral con el triunfo arrollador del dueño de Morena.
Hasta el propio señor Trump lo felicitó.
No se diga otros interesados actores políticos que de inmediato se pusieron de rodillas.
Una gran noticia es que muchos partiditos chafas morirán. No les alcanzará la votación para seguir medrando con el dinero ajeno, aunque sea legal.
Asimismo, la prensa oficial y sus textoservidores aprestan la mudanza.
Bajo la consigna de que rey ha muerto viva el rey, los culiempinados del poder rinden pleitesía al nuevo tlatoani.
Algunos titulares de la prensa más anti lopezobradorista son reveladores: claman reconciliación.
Los sicarios de la pluma y el micrófono buscan una piedad que no tuvieron para el tabasqueño.
Igual los intelecuales neoliberales y abusivos: ¡Señor del gran poder no me dejes sin comer! De pena ajena…
Bueno, hasta quien llamó a asesinar al Peje, reconoce acomodaticio: “Medio país está equivocado, yo no”. Ajá.
Ganó El Peje y con él regresó por sus fueros el PRI nacionalista y revolucionario corrido del tricolor hace algunos ayeres por Miguel De la Madrid y Carlos Salinas.
Perdieron la tecnocracia y la bandidocracia.
Hoy el viejo tricolor del compromiso con la gente regresa por la puerta grande.
Ganó Andrés Manuel López Obrador pero recibe un país quebrado. Con una violencia de espanto. Con una mega deuda de escándalo…
Y de todo ello tiene que hacer fortaleza.
AMLO necesitará algo más que suerte para enderezar la nave.
La mafia del poder no entregará tan fácilmente sus privilegios, así Salinas de Gortari, embozado como es, haya mandado señales de paz al felicitar muy solícito al Peje.
El próximo presidente de México ha sido cauto.
Muy puntual, ha mandado ya los mensajes necesarios. Calmó a los mercados y a los mercaderes, tanto de las finanzas como de los templos.
Con precisión de relojero mandó mensajes encriptados y abiertos. Ni uno más ni uno menos. Más le vale.
Esto apenas empieza y habrá muchos obstáculos en el camino.
Por otra parte, el Cuau, El Camellito, arrolló en Morelos y parece que no habrá cárcel suficiente para albergar a Don Graco y su pandilla.
Y hasta la próxima, sean felices, aunque hayan perdido el PRI y el TRI con escasas horas de diferencia. A sobarse. O en su caso a festejar, pero todos a trabajar.