En estos días, tres mujeres tres ganaron los titulares de la prensa nacional: Karime Macías, esposa de Javier Duarte; Rosalinda González Valencia, esposa del mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, y Nestora Salgado, ex comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, y clavo ardiente de la campaña del señor Meade.
Las tres mujeres, en particular Nestora, exhiben las miserias y la descomposición del sistema político mexicano.
Karime Macías es beneficiaria de la demencial corrupción y riqueza de su esposo Javier Duarte quien saqueó Veracruz. La dama huyó a Londres con parte del botín.
Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera Cervantes, el mencho es, al decir de la autoridad, una poderosísima señora con prósperos negocios dedicados al blanqueo de dinero. Ya está sujeta a proceso…
Y Nestora Salgado, quien tiene varios días en el centro del debate político, es jaloneada entre quienes la demonizan porque Morena la postuló como senadora y quienes la defienden con tibieza.
Los detractores encabezados por el abanderado del PRI, José Antonio Meade, acusan a Nestora de ser una criminal temible, una secuestradora de niños y han hecho con ello, de forma lastimera, su eje reciente de campaña.
Meade omite decir que el asuntillo le cayó del cielo.
No es extraño que se desgarre las falsas vestiduras pro víctima. Eso es parte de su estrategia del miedo contra López Obrador.
Los defensores de Nestora, por su parte, centraron su defensa en lo jurídico y con la presunción de inocencia como ariete, demostraron que no se le puede señalar como criminal.
Ambos grupos se han concentrado en el qué, pero omiten el porqué.
¿Porqué Nestora se hizo auto defensa? Porque México es un Estado fallido, sobre todo en Guerrero, y los mexicanos tienen el derecho a defender su patrimonio y su vida cuando el gobierno es incapaz de hacerlo.
¿Porqué el Estado exoneró a Nestora? Porque no le pudo acreditar su culpabilidad. Está jurídicamente limpia.
¿Porqué desempolvan carpetas que dormían el sueño de los justos? Porque estamos en campaña. Allí están las claves y las respuestas.
Me soltaron a los perros, dice Nestora. Ella es el pretexto, pero el blanco de los dardos envenenados es López Obrador.
Síntesis: el caso Nestora es un asunto político-electoral que busca dañar al puntero.
Se trata de engañar a los electores y no dar información completa pues ello implicaría enseñar los sucios calzones del Estado.
Nestora se fajó los pantalones y un arma de fuego ante la incapacidad del gobierno que ahora se muestra quesque muy indignado con una mujer a quien no fue capaz de defender en tiempo y forma cuál era su obligación.
Como autodefensas, Nestora y compañía cometieron excesos pero esa lucha era contra sus agresores a quien ahora el señor Meade defiende caracterizándolos como pobres víctimas…
El candidato presidencial tricolor ataca a Nestora pero no tiene empacho en pasearse con el asesino del periodista Héctor El Gato Félix, el ex convicto Antonio Vera Palestina, y dice que está de lado de las víctimas…
A otro perro con ese hueso.
Las mentiras y manipulaciones sobre el caso Nestora evidencian y ocultan la profunda crisis del sistema político mexicano.
Algo se debe hacer pronto para que las mujeres mexicanas ya no se manchen las manos por la incompetencia y complicidad criminal de los gobernantes.
Y hasta la próxima, sean felices, aunque se encuentren por ahí a otras infelices mujeres como la señora Wallace que acusan muy interesadas a sus pares de género, sin una pizca de autoridad moral.
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