La matriz de Facebook, Meta, ha amenazado con cerrar servicios como sus redes sociales Facebook e Instagram en la Unión Europea si las normativas comunitarias siguen sin permitirle en el futuro transferir datos de sus usuarios europeos a Estados Unidos.
- Así lo denunció la empresa estadounidense en un informe presentado a la Comisión de Seguridad e Intercambios de Estados Unidos, en el que ha abordado la problemática a la que se enfrenta su negocio de publicidad a nivel internacional.
- En el caso de la Unión Europea, en julio de 2020, una sentencia de Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) anuló la normativa ‘Privacy Shield’, que regulaba hasta el momento la transferencia de datos de usuarios entre países.
Con ello, entró en vigor en este aspecto el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) comunitario, en marcha desde 2018 y que prohíbe a las empresas procesar los datos de los ciudadanos europeos fuera de la Unión Europea.
«Si no podemos transferir datos entre países y regiones en los que operamos, o si tenemos restricciones para compartir datos entre nuestros productos y servicios, esto podría afectar a nuestra capacidad para brindar nuestros servicios, la forma en que brindamos nuestros servicios o nuestra capacidad para orientar los anuncios», advirtió Meta en el informe.
- La compañía de Mark Zuckerberg confía en llegar a un nuevo acuerdo con las instituciones comunitarias este año con el que la transferencia de datos entre ambas partes vuelva a ser legal. En caso negativo, ha amenazado con un cierre de algunos de sus servicios más populares.
«Si no se adopta un nuevo marco de transferencia de datos transatlánticos y no podemos seguir confiando en las SCC [Cláusulas contractuales estándar] o confiar en otros medios alternativos de transferencia de datos de Europa a los Estados Unidos, probablemente no podamos ofrecer un número de nuestros productos y servicios más importantes, incluidos Facebook e Instagram, en Europa», alertó Meta.
No obstante, la compañía reconoció que esta medida sería contraria a sus propios intereses, y que «afectaría material y adversamente» a su negocio, su situación financiera y sus resultados de operaciones./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO