El número de satélites lanzados al espacio va en aumento. Y su presencia está empezando a dificultar la observación espacial desde nuestro planeta.
- Un informe de la revista Nature destaca que 2022 batió un récord con 180 lanzamientos exitosos de cohetes a órbita, lo que supone 44 más que en 2021. El Índice de Objetos Lanzados al Espacio Exterior, supervisado por la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA), indica que 8 261 satélites individuales orbitan actualmente la Tierra, lo que supone un crecimiento del 11.84% desde abril de 2021.
- Además, varias corporaciones están planeando crear “constelaciones” de satélites, grupos de cientos de satélites diseñados para proporcionar servicios móviles o de banda ancha a nivel mundial. Estos satélites tienen que estar en órbita terrestre baja, lo que suscita preocupación por su potencial para perturbar las observaciones del cielo nocturno.
“Hay varias empresas compitiendo, lo que hace que haya más satélites. Y la ambición de las empresas en cuanto a los servicios que prestan y a quién se los prestan también está creciendo, lo que conduce a más satélites y más grandes”, explicó a Metro el Dr. Dave Clements, profesor titular del Departamento de Física del Imperial College de Londres (Reino Unido).
Ante el auge de los satélites, los astrónomos temen que estos aparatos, sobre todo los de mayor tamaño, obstaculicen su capacidad para estudiar las estrellas y realizar radioastronomía.
Un equipo internacional de científicos dirigido por astrónomos del Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Silencioso frente a las Interferencias de los Satélites de Constelación (CPS) de la Unión Astronómica Internacional (UAI), entre los que se encuentran investigadores del Imperial College de Londres, publicó un artículo en la revista Nature en el que se evalúa el impacto detallado del prototipo de satélite BlueWalker 3 en la astronomía.
- Los datos que documentan la luminosidad del BlueWalker 3 a lo largo de 130 días revelan un aumento significativo coincidiendo con el despliegue completo de su conjunto de antenas de 64 metros cuadrados, el mayor conjunto de antenas comerciales jamás colocado en órbita terrestre baja.
- Además de las observaciones visibles, el equipo descubrió que BlueWalker 3 también podría perturbar la radioastronomía debido a su uso de longitudes de onda similares a las empleadas por los radiotelescopios.
“BlueWalker 3 transmite activamente en radiofrecuencias cercanas a las bandas reservadas a la radioastronomía, y las protecciones existentes en los observatorios contra las radiointerferencias podrían no ser suficientes”, comentó el Dr. Mike Peel, codirector del Sathub del CPS de la IAU e investigador del Departamento de Física del Imperial College de Londres.
- Aunque los socios de la IAU y el CPS reconocen la importancia de las nuevas constelaciones de satélites para mejorar la comunicación mundial, subrayan que las interferencias de estos satélites podrían obstaculizar seriamente el progreso de nuestra comprensión del cosmos. Abogan por un despliegue cuidadoso de estos dispositivos, teniendo en cuenta sus posibles efectos secundarios y los esfuerzos para minimizar su impacto en la astronomía.
“Es necesario seguir investigando para desarrollar estrategias de protección de los telescopios actuales y futuros frente a los numerosos satélites cuyo lanzamiento está previsto para la próxima década”.
Dr. Mike Peel, codirector de Sathub de IAU CPS e investigador del Departamento de Física del Imperial College de Londres, Reino Unido.
6 718 satélites funcionales orbitan actualmente la Tierra, según la Unión de Científicos Conscientes./Agencias-PUNTOporPUNTO