Después de ocho años de lento recorrido y exploración en la superficie del planeta Marte, en 2020 el robot Curiosity llegará a una región conocida por los investigadores como “la tierra prometida”, donde hay suelos de arcilla que posiblemente contengan aminoácidos, es decir, las moléculas base para construir proteínas, indispensables para los procesos asociados a la vida.
Así lo comentó el doctor Rafael Navarro González, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la agencia espacial estadunidense, la NASA.
- El científico mexicano, Premio Crónica 2018, quien diseñó algunos de los experimentos que transporta el robot Curiosity, explicó que desde su llegada al cráter Gale, en Marte, en agosto del 2012, el robot explorador ha buscado evidencias de vida en el pasado del planeta rojo, y para ese objetivo encontrar compuestos orgánicos es un punto clave.
- Este robot ya pudo demostrar que sí hay carbono en la superficie de Marte, lo cual es una molécula indispensable para la vida, pero ahora busca los aminoácidos, que serían el siguiente peldaño en la escalera de complejidad bioquímica asociada a la vida.
Para saber qué moléculas están presentes sobre el suelo de Marte, el robot tiene que convertir lo que encuentra en vapor, ya sea por medio de un horno o por medio de reacciones químicas con un pequeño paquete de sustancias que es transportado dentro de sus compartimentos.
“Curiosity fue diseñado, desde su concepción, para hacer análisis, en busca de compuestos orgánicos, a través de un horno que calienta el suelo, volatilizando los gases que se generan y los analizamos. De esa manera podemos ver la presencia de compuestos orgánicos. Pero tiene un número pequeño de experimentos que puede realizar donde toma el suelo, le pone un reactivo y ese reactivo hace que los compuestos orgánicos que estén presentes se vuelvan volátiles y los podamos detectar con el instrumento que lleva a bordo, que es un cromatógrafo de gases con un espectrómetro de masas”, indica el doctor Navarro González en su sede de trabajo: el Laboratorio de Química de Plasma, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
Gracias a la materia convertida en vapor se puede analizar mejor su composición y enviar los datos a la Tierra.
“Es como si le pusiéramos ‘alas’ a los compuestos presentes en la superficie de Marte, por medio de los reactivos que lleva el robot Curiosity, y así los volvemos volátiles y los podemos estudiar mejor. En esta etapa de la investigación esperamos encontrar aminoácidos, que son moléculas que forman las proteínas y las enzimas de los seres vivos. Entonces, si hay aminoácidos en el suelo y rocas de Marte tenemos la posibilidad de detectarlos con estos experimentos que se han guardado con mucho cuidado porque el mejor sitio para hacer estos experimentos estaba a 20 kilómetros del sitio donde descendió el robot, en 2012”.
“En ese lugar, donde trabajará Curiosity este año, hay arcillas y las arcillas pueden proteger los compuestos orgánicos porque esas moléculas se pueden meter en espacios pequeños donde se pueden proteger del efecto de los rayos cósmicos que provienen del Sol o de otras estrellas. Entonces, estamos a punto de hacer esos experimentos y esos resultados nos van a dar información muy importante de si hay o no evidencia de vida en el pasado. Ya sabemos que hay compuestos orgánicos, como el carbono, pero no sabemos si son biológicos o son abióticos, pero estos experimentos para buscar aminoácidos, que fueron diseñados hace más de 15 años, nos van a arrojar información sobre si es factible que sí haya compuestos más relacionados con la posibilidad de vida en Marte”, añadió el investigador mexicano./LA CRONICA-PUNTOporPUNTO