El régimen chino de Xi Jingping deslumbró ayer al mundo, al inaugurar el puente más largo sobre el mar, que reducirá la brecha geográfica entre el país asiático y Hong Kong, una de las regiones administrativas especiales que, si bien conforman la República Popular, su autonomía política y económica le ha permitido erigirse como uno de los polos económicos más importantes del mundo, al margen del gobierno comunista. Ayer, tras la apertura, luego de casi una década en obras, a las voces que celebraron un milagro de la ingeniería mundial se sumaron los detractores del proyecto, principalmente del lado hongkonés./ LA RAZÓN