AGENCIAS
Cada vez resulta más normal pasar dos o hasta tres horas en el tránsito para llegar al trabajo, a la escuela o para volver a casa. Sin embargo, al asomarse por la ventanilla de cada vehículo es posible ver que en cada camioneta o auto compacto va una sola persona.
Hoy, por ejemplo, la velocidad promedio en el Distrito Federal es de apenas de 20 km/h según datos de la Secretaría de Movilidad (Semovi), aunque hay cifras, más pesimistas que calculan que el promedio es de 12 km/h y podría caer a 9 km/h en cinco años, de no tomar las medidas necesarias.
Para ayudar a solucionar ese problema, en 2010, Cristina Palacios, Ignacio Cordero y Alberto Padilla, fundadores de Aventones, fueron pioneros en México en ofrecer servicios de carpooling —un sistema que promueve que los conductores de automóviles ofrezcan sus asientos libres a pasajeros que viajan al mismo destino a través de internet—. Aventones centró su atención en empresas y gobierno. Sus fundadores lograron convencer a más de 70 organizaciones en cinco países de América Latina. En México, crearon alianzas con ocho secretarías, empresas como Grupo Modelo, De Acero y universidades.
Dos años más tarde, Fabien Georjon y Armando Vélez lanzaron Dame un Aventón, un proyecto que buscaba resolver el mismo problema, pero ellos se enfocaron en usuarios particulares. A la fecha, no han monetizado su plataforma, pues creen que primero deben incentivar el uso de su página y crear el hábito entre las personas.
Oscar Mexía, de Guadalajara, lanzará Bochito, en octubre de 2015. Ya realiza pruebas piloto en su universidad, el Tecnológico de Monterrey. Aún no tiene claro cómo monetizar su aplicación, pero dice que ya recibe apoyos de la firma de tecnología HP para asegurar la seguridad de su interfase.
A vuelta de rueda
La tendencia del carpooling existe desde la década de los 70, pero cobró fuerza en 2005 gracias a internet. En México, el avance ha sido lento. “Hay mucha desconfianza en el peer to peer”, explica Vélez, cofundador de Dame Un Aventón. “Son plataformas que sólo utilizan ciertos sectores que buscan ser cool”.
El gobierno juega un papel clave para que funcionen estas plataformas.
Aventones consiguió alianzas con ocho secretarías, pero Vélez, de Dame Un Aventón, dice que su empresa no recibió incentivos de gobierno ni de la iniciativa privada.
“Creo que la labor principal de una autoridad de movilidad frente a estas plataformas, es incentivar su uso, alinearlos y darles incentivos”, dice Diego Canales, asociado en World Resources Institute, una organización dedicada a investigación en temas de sustentabilidad, quien ha estudiado la problemática del transporte urbano desde 2011. “Pero en cambio, la mayoría de las ciudades depaíses de economías emergentes intentan solucionar los problemas de movilidad construyendo más vialidades, puentes, bajo-puentes, túneles y demás infraestructura para aliviar el congestionamiento vehicular”.
La Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal (SEDECO), por medio del Fondo para el Desarrollo Social de la Ciudad de México (FONDESO), actualmente trabaja en la creación delFondo de Capital de Riesgo. Su objetivo es hacer un fondo de inversión que permita participar en proyectos escalables en etapas tempranas,que a su vez, ayuden a solucionar problemáticas de la Ciudad de México, entre ellas, la movilidad.
El Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), también apoyó a emprendedores enfocados en movilidad. Carrot, un servicio de renta de automóviles, recibió 2.3 millones de pesos (MDP), en 2013; Aventones obtuvo 4.2 MDP, en 2014 y E-conduce, que tiene un modelo similar a Carrot, pero con motonetas, recibió 2.7 MDP.
Laura Ballesteros, que desde julio es titular del Nuevo Modelo de Movilidad de la Semovi en la Ciudad de México, dice estar interesada en los proyectos de carpooling.“Podría ser una gran solución para todas las personas que trabajan en Santa Fe”, explica Ballesteros. “Es algo que tenemos que analizar”.