De los 8.8 millones de habitantes de la Ciudad de México, 2.2 millones reciben agua potable con muy baja presión y 1.3 millones no tienen un abastecimiento diario adecuado, de acuerdo con un informe del Sistema de Aguas (Sacmex) elaborado para el nuevo Gobierno capitalino.
- «El suministro de agua potable que se proporciona mediante tandeos o en forma deficiente se presenta en 10 delegaciones de la Ciudad, situación que afecta a 358 colonias, ubicadas principalmente en Tlalpan, Iztapalapa y Magdalena Contreras», precisa.
- En otras alcaldías el flujo es continuo pero insuficiente. «Aunque no prevalece una situación grave de tandeo, se presentan problemas por bajas presiones en Cuauhtémoc, Benito Juárez, Iztacalco y Venustiano Carranza», señala el informe.
- Además, confirma que se pierde en fugas el 42 por ciento de los 32 mil litros por segundo que recibe la Ciudad vía el Sistema Cutzamala. Por eso propone implementar un programa de sectorización en la ciudad para saber dónde se encuentran las tuberías más viejas.
«Al término de la elaboración de las nuevas bases de licitación, los tiempos requeridos para su aplicación sobrepasaban al de la presente gestión, por lo que se decidió dejar su ejecución a la nueva Administración», anota.
La recolección de agua de lluvia, agrega, es una solución en casos de colonias en donde introducir la red de distribución es complicado, pero se descarta que pueda resolver todo el problema de escasez.
«Si la captación de agua de lluvia se estableciera en todos los techos de la ciudad, solamente captaría un equivalente al 8 por ciento del suministro actual y con una inversión de entre 30 mil y 40 mil millones de pesos».
En los último seis años, expone el documento, fueron invertidos 6 mil 161 millones de pesos para mejorar el abasto, de los cuales 620 millones fueron destinados a la construcción de 15 plantas potabilizadoras.
Esta infraestructura, detalla, permitió entregar 820 litros por segundo en Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac y Venustiano Carranza. Para Manuel Perló, experto del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, el rechazo social hizo que terminara la creencia de que ampliando el Cutzamala se puede mejorar el abasto.
«El corte del Cutzamala nos mostró que no podemos depender más de una o dos fuentes, porque la otra, los pozos con la sobreexplotación, nos tienen metidos en un grave problema de hundimientos», señaló./REFORMA