En menos de 24 horas el móvil del doble asesinato de israelíes en un restaurante de la Plaza Artz dio un giro de 180 grados.
Las autoridades locales desecharon el ataque por motivos pasionales y ahora se centran en un ajuste de cuentas entre bandas delictivas, en el que tienen dos hipótesis: una es la lucha entre grupos criminales de Israel y la otra involucra al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La participación del cártel mexicano es la que toma fuerza, según testimonio de Esperanza “N”, quien asesinó a Benjamín Yeshurun Sutchi y al escolta Alon Azulay.
En sus declaraciones ante el Ministerio Público, la mujer reveló que era gatillera y que por cada “jale” cobraba 5 mil pesos, agregó que desconocía a las víctimas y que la contrataron junto con otras tres personas más originarias del sur de la Ciudad. Los sicarios que participaron en la balacera del estacionamiento provienen de Jalisco./EL UNIVERSAL