Editorial de La Prensa
A casi ocho meses del pasado terremoto que causó muerte y destrucción en varias entidades del país, los habitantes de la Ciudad de México que resultaron afectados, en su mayoría, aún están a la espera de que los apoyos anunciados por autoridades capitalinas se hagan afectivos.
- En la danza de los millones destinados para “apoyar” a los damnificados, el gobierno tiene que defender su actuación, aunque a todas luces se observen deficiencias, apatías y hasta decisiones de lucrar políticamente con el dolor de las familias.
- Tras la presión ejercida por diversos sectores, la administración que heredó José Ramón Amieva, después de que Miguel Ángel Mancera privilegiara sus ambiciones políticas por encima de las necesidades ciudadanas, salió al paso para aclarar que los fondos para la reconstrucción son por un monto de 6 mil 855 millones de pesos y no de 14 mil 684 millones.
- Ciertamente, entre una y otra cifra hay una diferencia abismal, sin que el monto primero sea una “ganga”. La máxima de toda administración es que no hay presupuesto que alcance, pero no por eso se justifica que la mayoría de las familias afectadas sigan sin recibir apoyo./ CON INFORMACIÓN DE LA PRENSA