Jessica, de 42 años de edad, iba rumbo a su trabajo cuando se dio cuenta que un hombre, de entre 38 a 40 años, la estaba fotografiando y sin mostrar ninguna pena o remordimiento. Acercaba su celular hacia ella, mientras continuaba mirándola de forma libidinosa.
Un miedo recorrió automáticamente su cuerpo y las ganas de salir corriendo la invadieron dejando un solo pensamiento en su mente: ¿dónde me escondo? Para un amplio sector de mujeres, usuarias del Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad, el viajar diariamente a lo largo de esta red se ha convertido en una verdadera pesadilla.
En entrevista con Crónica, usuarias contaron que, además de ser acosadas, tocadas e intimidadas también han sido fotografiadas y grabadas sin su consentimiento para posteriormente difundir estos materiales de índole sexual por medio de redes sociales y sitios para adultos./LA CRÓNICA