¿Cuál te gustaría que fuera la marca principal de tu gobierno?
—Queremos fortalecer la idea de una ciudad de derechos, tal y como está marcado en la Constitución de la Ciudad de México. Promover los grandes derechos sociales, pero también los que tienen que ver con la viabilidad de la Ciudad a largo plazo: el derecho a la movilidad, al espacio público, al agua y al saneamiento. Lo más importante es dar una visión de futuro y sustentabilidad a la Ciudad.
¿Cuáles serán tres prioridades de política pública?
—La seguridad —entendida como pacificación—, la educación y la cultura en su sentido más amplio, el agua y la movilidad. El agua es un tema importante, porque cada vez tenemos un peor servicio de agua potable. En el tema de transporte vamos a crear un sistema que permita conectar mejor metrobuses, Metro, transportes eléctricos y concesionados en un esquema de mayor innovación.
En seis años, ¿a qué ciudad del mundo te gustaría que se pareciera la Ciudad de México?
—Me gusta la experiencia de Medellín, porque es una ciudad que entró en un interesante proceso de innovación en materia de política pública. Pusieron en el centro la educación y la cultura y entraron a un modelo de participación ciudadana que permitió a la ciudadanía rescatar su urbe y reducir la delincuencia.
¿Qué dirías que hizo de bueno el gobierno de Miguel Ángel Mancera que deba preservarse?
—Una de las cosas buenas fue la Constitución de la Ciudad de México, la cual nos coloca en otra condición de ciudad. Este ordenamiento; sin embargo, debe revisarse porque se mete en muchos detalles. Otro aspecto positivo fueron los grandes espectáculos, a pesar de haber sido onerosos. El maratón de la Ciudad de México es mejor hoy que hace seis años…
¿Cuáles son los vicios políticos en los que incurrió esta administración que no deberían repetirse?
—Corrupción.
¿Fue especialmente corrupta?, ¿en obra pública?
—Sí, en todo. Se privilegió al mercado en el uso de suelo y no hubo planeación. Asumieron que la Ciudad se tenía que redensificar y por lo tanto crecer sin importar cómo ni dónde, ni a costa de qué. Otro gran vicio fue el clientelismo y la compra de voto. La Ciudad vivió un retroceso en la agenda de derechos, aunque discursivamente la Constitución representará un avance.
La Constitución de la Ciudad es muy ambiciosa. ¿Es realista pensar que se puede cumplir con los recursos que tiene la Ciudad?
—Debemos cumplir con lo que se pueda de esa Constitución con los recursos que tenemos. Obviamente tendremos que establecer prioridades. La Constitución es muy ambiciosa en términos de recursos, y ni el país ni la Ciudad están como para subir los impuestos. En su momento tendremos que revisarla, porque la gente votó por un programa de austeridad.
¿Los recursos de la Ciudad son suficientes para impulsar lo que prometiste? Andrés Manuel López Obrador dijo que hay un Estado en bancarrota, ¿la capital del país también?
—No podría decir que está en bancarrota. Incluso ha habido un buen manejo de la deuda, aunque los recursos se hayan utilizado mal. Vamos a cumplir lo que prometimos en campaña. Haremos hasta lo humanamente imposible por mejorar las condiciones de vida de los capitalinos. Hoy estoy planteando la posibilidad de hacer un Metro sorbe Ermita-Iztapalapa. Eso no lo prometí en la contienda, porque sabía que los recursos eran limitados.
¿Fue acertado eliminar la tenencia en la Ciudad?
—En el momento en que se planteó a nivel federal, Marcelo Ebrard tuvo que aceptarlo. No podía ser la nuestra la única ciudad que mantuviera la tenencia. Quien posee un vehículo privado en la Ciudad destina muchos recursos en verificación y otras cosas. La Ciudad tiene que reorientarse a mejorar su sistema de transporte público.
¿Cómo promover la participación ciudadana en la Ciudad?
—Necesitamos crear un nuevo modelo de participación. Los comités ciudadanos ya dieron de sí, y el presupuesto participativo cada vez es menos participativo, porque cada vez incluye a meno s gente. Debemos romper con el clientelismo y la apropiación de la participación ciudadana por parte de un partido político para beneficio electoral. Uno de los programas prioritarios de mi gobierno será la creación de 300 centros comunitarios que estarán ubicados en las zonas de mayor marginación y violencia. Queremos construir socialmente con quienes viven ahí.
¿Por qué es necesario cambiar el logo de la Ciudad de México con cada nueva gestión? Hay quien dice que esto es muy caro…
—Todos los gobiernos crean su propio diseño institucional en todo el mundo. Eso no cuesta nada. Es solamente tener una nueva imagen en la papelería y el portal. Quiero dejar muy claro que no obligaré a los taxistas a cambiar sus vehículos ni obligaré a la ciudadanía a generar gastos por un cambio de imagen.
Muchos planteamientos tuyos se parecen a los de López Obrador. ¿Dónde sientes que tu gobierno se distinguirá del estilo de Andrés Manuel?
—Somos personas diferentes.
¿Cómo definirías tu propio estilo?
—Soy una persona sencilla, dedicada, que valora mucho el conocimiento científico y busco una cercanía grande con la gente.
¿En qué sientes que te distinguirías del gobierno federal?
—Él es hombre y yo soy mujer (risas).
¿Vas a recurrir a él para recibir consejo? ¿Lo has hecho ya en las decisiones que has tomado?
—Yo voy a gobernar la Ciudad de México, tengo un proyecto y lo voy a cumplir. Eso no lo consulté con él, sino con la ciudadanía que votó por mí. Es inevitable que como jefe de Gobierno de la Ciudad preguntes cosas al Presidente de la República. Habrá cosas que tengan que ver con el gobierno federal que deba consultarle. Además yo creo en la Cuarta Transformación y creo que la Ciudad debe entrar en ella.
¿Qué tienes para ofrecer a los jóvenes de esta ciudad?
—Una enorme simpatía hacia ellos y una gran admiración. Vamos a construir juntos. Los 300 centros comunitarios y toda la agenda cultural, educativa y deportiva de la ciudad está dirigida particularmente a la juventud.
Una de las críticas a López Obrador como jefe de Gobierno fue haber creado opciones educativas que no necesariamente tenían la suficiente calidad. ¿No es necesario replantear el tema de la calidad educativa?
—Me parece que hay mucho prejuicio frente a la UACM. Necesitamos trabajar con la universidad respetando su autonomía para resolver los problemas que tiene actualmente, pero también debemos darle orgullo de pertenencia. Creo que la UACM requiere un reposicionamiento de muchas de sus virtudes.
Los jefes de Gobierno son siempre actores en la política nacional. ¿Qué papel piensas jugar en ese juego?
—A mí me toca la Ciudad de México y a eso me voy a dedicar.
¿Le ha hecho daño a la Ciudad que casi todos sus últimos jefes de Gobierno tengan aspiraciones presidenciales? ¿Tú las tienes?
—Es parte de la política. Yo no las tengo en este momento ni las pienso tener.
¿Hay un problema serio de narcotráfico en la Ciudad?
—Sí, y hay un problema de violencia asociado a él que creció durante el último gobierno por el abandono.
¿Hay complicidad con autoridades?
—En algunos casos posiblemente sí. La corrupción descompone todo.
¿Qué es lo que más le quita el sueño a Claudia Sheinbaum?
—Tener todo listo para cumplir y que el gobierno opere adecuadamente. La inseguridad y la violencia son graves, pero tenemos una estrategia para reducirla.
A un año de los sismos, ¿cuáles son las principales enseñanzas?
—La primera es que la Ciudad no está preparada. La respuesta de este gobierno dejó mucho que desear. Recientemente, y por demanda de los damnificados, se logró crear un esquema de reconstrucción en forma. Mañana [hoy] haremos un anuncio en materia de reconstrucción que contempla una estrategia y un protocolo de actuación. Vamos a responder a los afectados con justicia y reconociendo el derecho a una vivienda digna./EL UNIVERSAL