En la Ciudad de México, por lo menos en la Zona Rosa, no se están activando los mecanismos para frenar la violencia de género, como lo prometieron las autoridades.
- El fin de semana pasado, un sujeto, sin importar que hubiese gente a su alrededor, manoseó a María, una joven de 24 años, quien identificó a su agresor y pidió a los encargados de seguridad del bar Kinky, así como a policías capitalinos, detener al sujeto; sin embargo, los empleados lo dejaron ir, puesto que argumentaron que no era su labor.
- En el 911 respondieron que una patrulla atendería el caso. No fue así. La joven solicitó ayuda al número de emergencia 911; pidió que se enviara una patrulla, la más cercana, pero lamentablemente el vehículo de la policía nunca llegó, a pesar de que a unas cuadras se encuentra el edificio sede de la SSC, desde donde se opera el Centro de Mando de la Policía capitalina.
Ante esta negativa y malos tratos la joven decidió abandonar el sitio sin poder tener alguna ayuda, ni de los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ni de algún trabajador del bar./LA CRÒNICA