Los capitalinos tienen una opinión mayoritariamente positiva sobre el sector empresarial; sin embargo, entre las tres principales urbes del país, la Ciudad de México se ubica como metrópoli en la que menos se confía en el sector empresarial, de acuerdo con la Encuesta de Percepción del Empresariado y el Capitalismo (EPEC) 2022.
- Según el estudio elaborado por la Iniciativa de Capitalismo Social del Tecnológico de Monterrey, en la CDMX el 69% sus habitantes tienen una opinión muy o algo buena sobre el empresariado por factores como la generación de empleo y la ayuda a la economía, ubicándose detrás de ciudades como Monterrey (83%) y de Guadalajara (73%).
En contraste, el 14% de los capitalinos señaló tener una opinión muy o algo mala por considerar que siguen intereses egoístas, no pagan impuestos, son corruptos, y explotan laboralmente a sus empleados.
A diferencia del concepto de “empresas”, los patrones despiertan mejores opiniones entre los habitantes de la CDMX, pues 70% confían mucho o algo en sus empleadores directos. “La gente en general ve positivamente al empresariado, pero con desconfianza”, puntualizó Jaime Martínez Bowness, director de la EGADE Business School Ciudad de México del Tecnológico de Monterrey.
- De acuerdo con Martínez Bowness “la sociedad mexicana está ávida de un empresariado y liderazgos empresariales más comprometidos con la justicia, la percepción de la justicia social”, razón por la que ahora exigen que los empresarios se hagan responsables y tengan un papel más activo en la resolución de problemáticas sociales.
- En la CDMX más del 20% de las personas piensa que los empresarios son responsables de la falta de empleo y oportunidades; más del 10% los culpa por la contaminación y la crisis económica; y cerca del 20% los responsabiliza por la desigualdad social.
En este sentido, la académica y especialista en Desarrollo Organizacional y de Empresas, Angelina Arreola, abundó en que, aunque haya una visión positiva del empresariado, aún existe la percepción de una asimetría entre empresarios y ciudadanos, pues los trabajadores sienten que no tiene los recursos para “saltarse las reglas”, como ocurre con el sector empresarial.
“Los resultados de este estudio se enmarcan en una coyuntura global de creciente de desconfianza –en general de pérdida de optimismo económico de que mi ingreso, mi patrimonio, mi calidad de vida va a mejorar en los siguientes años– , de polarización, es decir, de que hay una brecha entre segmentos de la sociedad, una brecha económica, cultural o religiosa que es insolventable”.— Jaime Martínez Bowness./Agencias-PUNTOporPUNTO