Pese a que ayer fue uno de los días más contaminados hasta el momento, pues a las partículas PM 2.5, que alcanzaron 161 puntos, los más altos en los cuatro días recientes, se sumó la polución por ozono, la Ciudad de México continuó con su ritmo acelerado.
En medio de la anormalidad que puede significar que el valle de México esté envuelto desde que sale el sol hasta que anochece en una nube tóxica, la normalidad se instaló entre los capitalinos, a quienes ayer, como cualquier otro día, les apuró dejar temprano a sus hijos en la escuela o encaminarse a su trabajo o negocio.
No faltaron los precavidos, pero fueron los menos, que hicieron uso de cubrebocas o de pañuelos para reducir las afectaciones del humo y el hollín que han comenzado a causar irritación en ojos, nariz y garganta, aunque hubo otros que en el Bosque de Chapultepec, por ejemplo, continuaron con sus rutinas de ejercicio./LA JORNADA